Presidente del CNIC:

Fernando Flores explica los “seis horizontes” de la innovación

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En una entrevista con el periódico Pulso, el presidente del Consejo Nacional de Innovación para la Competividad (CNIC) se refiere a la nueva comprensión y sensibilidad respecto del fenómeno de la innovación y la competitividad, la que según él se grafica en “seis horizontes” que permiten entender los cambios por los cuales atraviesa la economía mundial y generar orientaciones estratégicas.

Con la certeza de tener que “instalar conversaciones para cambiar la matriz productiva que nos tiene atrapados”, Fernando Flores, se la juega por incentivar y profundizar en la naturaleza de la innovación, lo que para él significa comprender antes que planificar. A su juicio, la tarea pareciera tener bastante terreno avanzado y hoy, hablar de innovación no resulta ninguna novedad.

Sostiene que “haciendo una evaluación preliminar de estos esfuerzos del Estado se puede decir que hemos avanzado en institucionalidad, que hay mayor preocupación y esfuerzo financiero por apoyar la innovación”. Pero basta levantar esta primera capa para reconocer que “aún no alcanzamos los resultados esperados, la innovación está ausente de los grandes debates de futuro del país y una parte importante del país permanece ajeno e indiferente a esta preocupación. Dice que para la gran mayoría, la innovación aparece como un discurso tecnocrático de una élite política y económica y no como una respuesta a las preocupaciones más urgentes de la mayoría de las personas”.

El presidente del CNIC piensa que en la innovación, comprendida en un sentido amplio, puede estar la respuesta al concatenamiento de fenómenos tecnológicos, geopolíticos y económicos que marcan la coyuntura global. “No sabemos bien cómo, pero ahí están esos fenómenos y redundan en una cierta perplejidad, en incertidumbre, en una falta de sentido y un malestar generalizado en Occidente: un mal estado de ánimo general, una pérdida de confianza. Occidente dejó de sentirse líder y se cuestiona si el crecimiento y el desarrollo son lo mismo que la felicidad o el bienestar”, advierte Flores.

Para entender la innovación es muy importante distinguir cómo emergen los fenómenos y cómo desaparecen. Esta manera de pensar que puede parecer en principio misteriosa y vaga, es fundamental. El otro concepto clave es historicidad: todo funciona y lo nuevo emerge porque hay una vida cotidiana con sus tradiciones, sus prácticas, sus modos de ser, que se toma por familiar”, afirma el presidente del CNIC.

Es en este punto donde las conversaciones del Consejo comienzan a rendir sus frutos. “Mi teoría es que para entender este fenómeno hay que asumir la existencia de 6 horizontes”, dice Flores. Identificarlos, con sus lógicas y características, resulta fundamental para evitar las confusiones, reconocer el rol que cumplen y dimensionar su aporte en este proceso general de innovación. “Porque hoy, en cualquier parte del mundo, están surgiendo ideas, posibilidades que pueden llegar a transformarse en el mediano plazo en innovaciones, en productos; son proyectos cuyo principal desafío es conseguir financiamiento. Pero al mismo tiempo, están operando aquellas industrias consolidadas y en pleno desarrollo, o existen otras que están desapareciendo, porque una nueva práctica se está abriendo camino y las está desplazando”, añade.

Los seis horizontes de Flores:

Existe un sexto nivel de indagación sobre el mundo y de instalación de discursos a partir de eso. En ese horizonte, por ejemplo, está la astronomía, que no tiene ningún propósito práctico estrecho, súper concreto (lo que no quiere decir que no tenga consecuencias o elementos muy prácticos, como la fabricación del instrumental de observación), y también las artes, las ciencias y demás actividades humanas que van haciendo “emerger el mundo” en el que vivimos”.

En un quinto nivel se cuentan ya proyectos científicos o artísticos concretos en que la persona quiere ilustrar algo, revelar un principio, con el fin de que este sea validado por una comunidad de pares. Este es el espacio de la ciencia más básica, mientras que la ciencia más aplicada está en un siguiente nivel, el cuarto”.

En el tercer nivel están los proyectos más aplicados aun, en fase de idea, pero que pueden transformarse en productos e integración. Aquí ya hay un nivel de diseños tentativos de lo emergente”.

En el segundo horizonte hay productos que comienzan a ganar un espacio en un mercado, que van a ser la fuente de cash flow futuro. Y por último, en el primer nivel o en el horizonte más próximo, está lo más actual, los productos ya instalados que están en plena madurez, pero que están siempre amenazados por aquello que viene emergiendo, por las nuevas prácticas, por las nuevas miradas”.

En un ejemplo concreto, en el área de la energía, las plantas eléctricas, la economía del petróleo y todas aquellas tecnologías existentes hoy son del horizonte 1. El shale gas, que está avanzando en el mercado con proyectos muy concretos, especialmente en Estados Unidos, está en el nivel 2, en un nivel que se puede llamar de market transitions, en el que una tecnología está desplazando a otra”.

“Los inicios del shale gas, la idea de explotarlo y las primeras pruebas técnicas, fueron el nivel 3. Pero aquí también surge como un elemento clave para su desarrollo el “problema” de desplazar a las industrias y poderes ya instalados y, por lo tanto, el desafío de transformar el sistema energético completo para abrirse el espacio necesario”.

Fuente: Pulso.cl

 

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