Carlos Marqueríe, experto en innovación abierta:

“Se puede emprender y tener más de 60 años”

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De visita en nuestro país para exponer en importante encuentro sobre ciencia y tecnología en las empresas chilenas, el destacado consultor español Carlos Marqueríe compartió con Innovación.cl su experiencia en la materia y se refirió a los desafíos que tienen nuestro país para promover la innovación y el emprendimiento.

Convencido que uno de las áreas donde más se debe avanzar es en dejar de castigar el fracaso empresarial como suele hacerse en nuestra región, Marqueríe aspira a que países como Chile se acerquen al modelo israelí, donde no sólo no se sanciona económica o socialmente a quienes no les va bien, sino que se les privilegia por sobre quienes no han fallado. Al respecto, detalla que en este país, la cultura imperante valora la experiencia recogida en los proyectos fallidos. “Allá, los fondos de inversión sólo dan dinero a quienes hayan fracasado tres veces antes. Entienden que es más importante contar con un empresario que sigue adelante con sus ideas, a pesar de las caídas. Y esa es la pieza clave del sistema de innovación: que el emprendedor no sea penalizado socialmente, porque es el agente que es capaz de mantener la innovación”. En relación  a lo anterior, el CEO de 4 Innovation dice que las instituciones privadas y públicas no deben hundir ni declarar como insolvente a quien falló, porque puede que estemos frente a alguien que no fracasó por su culpa, sino que a alguien a quien diversos factores externos le echaron abajo el negocio, como el alza en los precios de algún insumo en otro país.

Dedicado a la asesoría en el proceso de transferencia de la innovación a las empresas, 4 Innovation está aterrizando en nuestro país de la mano de la compañía local Intangible Consultoría Limitada, con la que está abocada a la búsqueda de tecnologías innovadoras. Exploración que se realiza analizando sistemáticamente start ups, patentes y tecnologías mediante una plataforma que indica las oportunidades específicas para que las empresas evalúen la posibilidad de invertir. Posterior a ello, 4 Innovation asesora en todo el proceso de transferencia de la innovación a las empresas. Trabajo que en los últimos años ha desarrollado de forma exitosa en Estados Unidos, Israel, España y Colombia, y ahora también en nuestro país.

Con la experiencia de varios años liderando equipos en materia de innovación, Carlos explica que no hay edad para ser emprendedor y desarrollar los proyectos que siempre soñó. Piensa que el emprendedor no tiene porqué ser alguien joven de poco más de 20 años. “Perfectamente pueden ser personas de 60 años o más, que tienen mucha experiencia a cuestas, la que pueden aprovechar”. Cuenta que conoce muchos casos de innovadores que tienen más de 60 años, por lo que no es correcto vincularlos con un segmento etario joven y agrega que los fondos de capital de riesgo lo van a pensar dos veces antes de otorgar capital a jóvenes que pueden ser muy entusiastas, pero a la vez, un tanto inexpertos.

No temer a querer ser rico
Cuenta también que a las empresas asesoradas les explican con detalle la definición de innovación, para que la entiendan y trabajen sobre ella. “La entendemos como aquello que afecta a las ventas o a los costos de la compañía y tiene un reflejo de la demanda, no en la oferta. Entonces, si la innovación no se transfiere al mundo de los agentes económicos, éstos no van a ser capaces de desarrollar una ventaja diferencial. Y la idea siempre es buscar una superioridad como consecuencia de ese proceso”, explica. En este sentido, sentencia que la innovación puede ser  vista como  el caso de Aguas de Barcelona, empresa que declaró como innovación la reducción de un costo, de un sensor de medición del agua en las tuberías, lo que le permite tener una ventaja competitiva”.

Asimismo, Marqueríe piensa que es tiempo de dejar de mirar como algo negativo el hecho de querer hacerse rico través del emprendimiento y la innovación y que alguien que quiera encabezar un proyecto tiene todo el derecho a querer ganar dinero, porque si éste no puede hacerlo, no va a poder capitalizar sus ideas atrayendo fondos, en circunstancias que no se puede emprender por amor al arte. “La disrupción cuesta mucho dinero y ser innovador es muy caro. Por eso, la innovación y transferencia tecnológica sólo tienen sentido si hay una capitalización después. Precisamente, relacionado con la investigación y transferencia tecnológica, el consultor internacional piensa necesario hacer la diferenciación que se hace en los países más avanzados, en cuanto a separar la investigación industrial y la académica, las que dice son muy diferentes y con objetivos muy distintos, aunque partes de un mismo sistema. “Es la industria de capital de riesgo la que produce la transferencia tecnológica, porque está interesada en ganar dinero, y que esa innovación llegue al mundo de la empresa. Y, a su vez, la Start-up existe porque existe un fondo que le permitió desarrollarse”.

Mirando la tendencia global, Marqueríe revela que la demanda por innovación en el mundo se está concentrando en cinco grandes ecosistemas: energía; tecnologías verdes; tecnologías de la información y comunicaciones avanzadas; seguridad y defensa y salud y biotecnología aplicada. En todas ellas, explica, las investigaciones deben ser rápidas y no demorar largos años, dado lo dinámico de los mercados y que en muchos lados se desarrollan proyectos similares. Por eso, también recalca la necesidad de diferenciarse ser únicos, además de tener siempre muy claro la respuesta para la clásica pregunta que recae en estos casos por parte del empresario: ¿En cuánto tiempo voy a poder comercializar mi innovación?

 

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