Inauguran en Chile el radiotelescopio más grande del mundo

“Atención. Apuntar ALMA al centro galáctico”, fueron las palabras mágicas que dieron inicio a uno de los proyectos astronómicos más esperados por la comunidad científica mundial en las últimas décadas. Se trata de un conjunto de 66 antenas, de las cuales ya hay 57 instaladas y que tendrán la misión de ser el oído más poderoso jamás construido por el ser humano y descubrir los secretos que todavía nos niega el cosmos.

Así entró en funciones el Atacama Large Milimiter/Submilimiter Array (ALMA), el mayor proyecto astronómico del mundo, que cuando esté completo, en octubre próximo, tendrá 66 antenas de alta precisión ubicadas a cinco mil metros de altura en pleno Desierto de Atacama, el más árido del mundo.

En su conjunto, se convertirá en el mayor radiotelescopio en la Tierra, con capacidad para observar en alta resolución zonas del universo desconocidas hasta ahora. Con un peso aproximado de 100 toneladas, las antenas cumplen un rol fundamental en el proceso del observatorio ALMA. Al trabajar todas unidas podrán desentrañar los misterios más ocultos del espacio.

La ceremonia inaugural estuvo encabezada por el Presidente Piñera, quien estuvo acompañado por representantes de los socios internacionales de ALMA: el director General de ESO, Tim de Zeeuw; el director de la Fundación Nacional de Ciencia de los Estados Unidos, Subra Suresh y el viceministro del Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología de Japón, Teru Fukui. Todos ellos acompañados por el director de ALMA, Thijs de Graauw.

En la ocasión, el Mandatario dijo que “uno de nuestros muchos recursos naturales es el espectacular cielo nocturno de Chile. Creo que la ciencia ha sido una contribución vital para el desarrollo de Chile en los últimos años. Estoy muy orgulloso de nuestras colaboraciones internacionales en astronomía, de las cuales ALMA es el mayor resultado y el más reciente”.

Para “observar” las hasta ahora invisibles partes del universo, las antenas trabajan en conjunto recibiendo ondas radiales, las cuales luego son procesados y combinadas por un supercomputador y luego transformadas en datos. Todo eso funciona sólo si todo el conjunto trabaja con una precisión de una millonésima de segundo. Así, las ondas de radio provenientes del espacio traspasan la atmósfera terrestre y absorben la humedad del ambiente, que en el desierto de Atacama es muy baja, lo que facilita la observación. El conjunto de antenas, perfectamente sincronizadas, recibe los datos. Cada una de ellas recolecta y concentra las ondas de radio proveniente de la fuente astronómica en un punto llamado foco.

Con ALMA se espera confirmar o rechazar la teoría de la formación de los planetas, que establece que las estrellas se forman a partir de nubes de polvo y a su alrededor se crean discos donde nacen los planetas. Aunque este miércoles se celebró la inauguración formal de este complejo astronómico, sus operaciones comenzaron oficialmente en octubre de 2011 con un tercio de sus antenas operativas que permitieron desarrollar la denominada “ciencia temprana”.

El actual director de ALMA, Thijs de Graauw, cree que este colosal proyecto “cambiará nuestra idea sobre la formación de las estrellas y nos ayudará a saber cuál es la naturaleza de la materia oscura”.

Su costo aproximado es de US$ 1,5 mil millones y gracias a que fue instalado en Chile los expertos nacionales podrán tener el 10% de las opciones para realizar estudios allí.

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