Critican calidad y precios de los trabajos:

Controversia entre diseñadores: ¿Es un juego justo el crowdsourcing?

1 Comentario

Existen en la actualidad varias plataformas online, en distintos idiomas, que aprovechan el crowdsourcing y que cuentan con cientos de miles de miembros. Sin embargo, no están exentas de polémica, especialmente en el campo del diseño gráfico. ¿Cuáles son las críticas más frecuentes de los diseñadores, y qué responden quienes defienden este modelo?

Para aquellos que no estén familiarizados con el término, el crowdsourcing es una modalidad de trabajo a distancia por la cual cualquier persona que necesite resolver una tarea o solucionar un problema específico realiza una convocatoria pública y abierta, a través de Internet, para encontrar a la persona idónea para hacer el trabajo, o la mejor idea o solución. Lo ponen en práctica tanto profesionales, como emprendedores e incluso grandes marcas de la talla de Starbucks y Dell, lo cual no debe sorprendernos: el crowdsourcing ha demostrado brindar buenos resultados y a un bajo costo.

Pero donde el crowdsourcing más se ha desarrollado es en el campo del diseño gráfico. Choosa.net, una plataforma enteramente basada en el modelo de crowdsourcing para ofrecer diseño de logos entre otros servicios, es la primera plataforma de habla hispana creada enteramente bajo este modelo, y desde su creación muchas otras la han seguido. Tanto Choosa como las demás funcionan bajo un mecanismo similar: el cliente indica qué diseño necesita, cuánto desea pagar y cuándo desea recibirlo. En base a esas indicaciones, decenas o incluso cientos de diseñadores envían sus propuestas. Al finalizar el plazo, el cliente elige al ganador, y éste recibe el pago prometido.

Entonces, ¿cuál es la polémica? Algunos diseñadores, generalmente profesionales, critican que el crowdsourcing simplifica demasiado la operatoria del diseño, convirtiéndolo en una compra online más, cuando en realidad es necesario que haya un asesoramiento más completo por parte del diseñador. También se cuestionan los precios, ya que son más accesibles que lo que suele cobrar un diseñador por su trabajo. Quienes abogan por el crowdsourcing, señalan que ésta debe ser considerada una opción efectiva y económica justamente para aquellos que no desean pagar un servicio costoso, o no pueden hacerlo. Los diseñadores, por su parte, tienen la libertad de sólo participar cuando consideran que la retribución por su trabajo vale el esfuerzo.

Otro punto importante es que en los sitios de crowdsourcing cualquiera puede participar en los proyectos, independientemente de su capacitación o experiencia laboral. Es decir que pueden competir tanto un profesional con experiencia, un estudiante, como un amateur autodidacta. Hay quienes critican que eso hace que se presenten trabajos de calidad muy discímil, y que los clientes no están capacitados para reconocer un trabajo profesional de uno de baja calidad. Por otra parte, los defensores del crowdsourcing señalan que lo que aquí realmente vale no son los antecedentes, sino la pura creatividad y el talento, y que el cliente no obtiene ni más ni menos que lo que elige y prefiere.

En cualquier caso, el debate está abierto. Y usted, ¿qué opina?

1 comentario Deja tu comentario