En Chile se usan sistemas muy inseguros:

Destacan las ventajas del uso de la firma manuscrita biométrica

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Una realidad que se espera cambie en el corto plazo ya que no existe un impedimento legal para su utilización y porque ofrece varias ventajas respecto de firma electrónica basada en certificados digitales personales, entre ellas la mayor seguridad que proporciona para evitar fraudes por suplantación, mayor aceptación para su uso por parte de toda la población porque se continua usando las firmas de las personas en lugar de claves como mecanismo de autenticación y consentimiento y porque no requiere que las personas compren certificados digitales.

Expertos de Alemania, España y Chile abordaron, en el seminario “Firma Manuscrita Biométrica,  una alternativa eficiente y un complemento de seguridad al uso de certificados digitales”, sus beneficios, su impacto para los negocios y el actual marco legal existente de la firma electrónica en Chile.

Durante el encuentro, organizado por SOFTPRO, se indicó que la firma manuscrita biométrica permite capturar en un dispositivo (pad, smartphone o tablet) las características biométricas únicas de la firma de la persona en cuanto a desplazamiento, velocidad, presión y aceleración durante todo el trazado de la firma, por lo que el sistema es invulnerable.

Heinz Reschke, CEO de la multinacional alemana, explicó que mientras más precisa es la información de una firma, mayor es la seguridad y que el proceso de comparación es muy confiable. “Nuestra solución está en todo el mundo, en diversos segmentos de la industria donde la autenticación es necesaria como: bancos, empresas de seguros, de gobierno, retail, salud y telecomunicaciones, entre otras. Hoy día todas las compañías están interesadas en reducir costos, manteniendo o incrementando la seguridad en las operaciones, algo que con nuestro sistema hemos hecho en más de 50 países en el mundo”.

EL ÉXITO ESPAÑOL

Un caso de éxito en la incorporación de la firma manuscrita biométrica es el de la CECA, Confederación Española de Cajas de Ahorro, que agrupa al 50% de la banca de ese país y que hace 6 años opera en un 100% con el sistema.

Santiago Uriel, secretario técnico de la COAS, detalló que su objetivo al comenzar a operar con firma manuscrita biométrica era conseguir una oficina sin papel y aunque antes habían buscado otros mecanismos, éstos no fructificaron, ya que siempre se requería guardar al menos un documento legal firmado por el cliente. “Nos significaba tener mil millones de documentos, ocupar 9 mil toneladas de papel, que equivalen a destruir 20 kilómetros cuadrados de bosques al año y la emisión de CO2 era equivalente a la que produce una  ciudad de 50 mil habitantes. Un costo y un impacto medioambiental muy alto”, precisó el ejecutivo.

También indicó que incluso el uso de certificados digitales gratuitos, incluidos en la cédula de identidad hace varios años en España, no fructificó como solución de firma de documentos por la necesidad de tener que portar y usar la cédula, la falta de confianza en la seguridad de un sistema basado en passwords, y la necesidad de lectores.

COAS, gracias a la firma manuscrita biométrica, evitó todos estos aspectos creando el documento original del cliente en digital, lo que les permite además saber qué y quién lo ha firmado, cuándo y dónde lo hizo; e incluso se puede acceder al documento desde distintas partes del mundo en pocos segundos, si es necesario.

Otra de sus ventajas es que reduce las posibilidades de fraudes, porque permite validar en tiempo real si la persona que está firmando es la que dice ser.  En España en el 2012, previo a la implementación de verificación en tiempo real, sólo tuvieron un caso real de suplantación en más de 4 millones de operaciones, el cual además pudo ser resuelto fácilmente por medio del análisis y comparación de las características biométricas de las firmas y con la información de auditoría.

EL CASO DE CHILE

El abogado Rodolfo Herrera, experto en derecho informático y tecnología, explicó que actualmente en nuestro país se usan sistemas muy inseguros para firma como el pie de firma basado en imágenes JPG capturadas desde un documento escaneado o el típico control de acceso a sistemas basado en “identificación de usuario y password”. Buscando incrementar la seguridad y la confianza y también reducir el uso del papel, ha llevado a usar firmas electrónicas o la huella para la firma de documentos electrónicos.

En Chile desde el 2002 existe la ley 19.799, que regula los documentos y firmas electrónicas y hoy se busca perfeccionarla en el parlamento, pero actualmente está principalmente centrada en Firma Electrónica Simple y Firma Electrónica Avanzada, estas últimas basadas en el uso de certificados digitales personales, emitidos por Entidades Certificadoras acreditadas.

En este escenario, para Herrera, con el marco legal actual no hay ningún impedimento legal para usar la firma manuscrita biométrica en la mayoría de las transacciones y contratos que se efectúan en Chile a nivel de todas las industrias incluyendo la banca y compañías de seguro. “La ley es clara, si se interpreta en el sentido que no se puede ocupar la firma biométrica, es ir en contra de ella porque ésta establece que debe interpretarse cada uno de sus artículos con neutralidad tecnológica, es decir, no restringirla a la tecnología existente en el momento en que fue creada, lo que permite la incorporación de otros modelos de firmas”.

Hoy más que nada se trata de voluntad política para abrir el mercado a uno de los mecanismos más efectivos de firma en el mundo, para que también sea considerada como Firma Electrónica Avanzada”, concluyó el abogado.

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