La cocina, la nueva disrupción en Silicon Valley

Un reciente informe publicado por Naciones Unidas advirtió que para el año 2050 la población mundial alcanzará los 9 mil millones de personas y que no existirán suficientes recursos en el planeta para alimentarlos a todos. El informe sugirió a los insectos como una solución nutritiva.

¿Puede el ingenio de Silicon Valley hacer apetecibles los insectos para los paladares occidentales? “A medida que la población crece, no va a ser suficiente proteína para la gente. No hay manera que podamos producir carne en la escala necesaria”, dice Megan Miller, cofundadora de Chirp Farms, una start-up local que se dedica a hacer comida, en las que destacan barras, que son bocados hechos de grillos, que se venden a $US 2.50.

Explica que lo que están tratando de hacer es popularizar una proteína que no está en la cultura occidental. Sabe que las cucarachas están llenas de proteínas y dice que con ellas se puede hacer preparaciones sorprendentemente sabrosas. Dice que si al comensal le provoca rechazo, si las presenta en polvo, de tal forma que las alas y piernas no se verán y éste se guiará sólo con el sabor de la preparación.

Con formación en el desarrollo de productos digitales, Miller explica que está utilizando el mismo tipo de pensamiento relacionado con la tecnología para sus nuevas creaciones. Al igual que otras nacientes empresas Chirp Farms ha recibido importante apoyo de empresas de capital de riesgo en Silicon Valley, lo que les da pie para pensar en competir con grandes empresas del sector alimentario.

“Lo que sucede es que Silicon Valley está comenzando a ver las oportunidades de disrupción en otras áreas además de la tecnología tradicional”, dice Miller. Sin embargo, Josh Tetrick , fundador y director ejecutivo de Hampton Creek Foods, cree que “el sistema alimentario es totalmente carente de innovación“. Estima que la creación de una empresa de alimentos con éxito requiere mucho más que sólo una buena idea. “Hay reglas y regulaciones gubernamentales y la competencia de los conglomerados arraigadas con sistemas de distribución grandes”.

METODOLOGÍA ÁGIL
Sin embargo, estas nuevas empresas están tratando de funcionar como los equipos más exitosos de tecnología, que han pasado de las ideas a ser gigantes. Algunos utilizan programadores que escriben códigos para probar los aperitivos y determinar los tipos de ingredientes que pueden ir o no juntos. Enfocan su gestión de la misma manera que las empresas tradicionales ejecutan sus operaciones, mediante un proceso llamado metodología ágil, donde los jefes de proyecto trabajan en pequeños equipos con los programadores, para desarrollar productos de manera rápida.

“Hay que pensar en términos de escala, como el software y eso es lo que Silicon Valley hace hoy al impulsar la comida de nueva creación, en el que sabemos cómo crear algo pequeño y luego iterar rápidamente, para después ampliarlo y escalarlo “, dice Miller.

Manuel Thomas, es director ejecutivo de Nu- Tek Food Science, que desarrolla productos bajos en sodio y ha trabajado en la industria de la alimentación y la agricultura desde hace 43 años. Advierte sobre las dificultades de entrar en el negocio de los alimentos con ideas innovadoras. “A diferencia de otras industrias de la tecnología, donde las personas pueden llevar a las patentes y proteger sus ideas, la mayoría de la industria de la alimentación no tiene dicho resguardo. “Si tienes una gran idea y comienza a convertirse en un verdadero éxito, entonces alguien más puede simplemente venir y copiarlo. Y no hay mucho que puedas hacer al respecto.

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