Concurso busca al emprendedor o Mypyme más innovador
08/10/2013Agregar «Concurso busca al emprendedor o Mypyme más innovador» a los favoritos
Superar el ensayo-error:
Según las estadísticas, cerca de 90% de las empresas desisten de sus operaciones a tan solo cinco años de su incorporación. Esto se debe, entre otras cosas, a la virtual ausencia o deficiencia de estructuras tangibles e intangibles que le den carácter sistemático y sostenible a los nuevos emprendimientos. En muchos casos, como resultado, el micro, pequeño y mediano empresario realiza sus emprendimientos simple y solamente bajo el método del ensayo-error.
Tal método no es malo o incorrecto en sí mismo. Por el contrario, tiene mucho sentido a nivel empírico pues consiste en probar o ensayar alternativas para la solución de problemas. La problemática con el método ensayo-error radica en su práctica aislada del método científico propiamente ejecutado. Esto hace que el emprendimiento se constituya en un evento cuasi aleatorio en vez de ser un proceso sistematizado de investigación, desarrollo e innovación.
La aplicación de la metodología científica de investigación en su ejecución cuantitativa y cualitativa le permite al empresario gestionar emprendimientos con mayores probabilidades de éxito por varias razones, entre las cuales están las siguientes:
En síntesis, el estudio sistematizado de las experiencias, investigaciones y teorías que se han postulado sobre el campo donde se busca realizar un emprendimiento le permite al emprendedor pararse sobre los hombros de gigantes y hacer lo que nunca antes se ha hecho. El método ensayo-error practicado de manera aislada, en cambio, puede que consuma su tiempo y espacio corriendo bien en la dirección incorrecta, reinventado la rueda, cometiendo los mismos errores que otros ya han cometido.
Emprendimientos carentes de ciencia abarcan mucho, generan poco y quieren hacerlo todo. Los emprendimientos iluminados por la ciencia e impulsados por la pasión y la diligencia buscan hacer una cosa y hacerla excelentemente bien agregando valor substancial a la sociedad y generando buenos retornos pecuniarios en el corto, mediano y largo plazo.
Por eso, es menester formar una coalición estratégica entre la universidad, el Estado y el sector privado. Esta coalición, conocida como la triple hélice del crecimiento sostenible, debe educar, financiar y proteger al emprendedor a través de su desarrollo.
Las fuerzas de oferta y demanda por sí solas no son capaces de hacerlo óptimamente pues lo que requiere la clase empresarial y el cuerpo social dominicano en sentido general es algo que se conoce en las ciencias económicas como una externalidad de mercado. De modo que es imperioso que los referidos sectores decidan internalizar en conjunto esta necesidad urgente en aras del desarrollo integral de nuestra nación. Pues, a mi humilde entender, el binomio emprendimiento-educación es verdaderamente la fuerza sine qua non para la real y efectiva inclusión económica, política y social de esta generación.
Autor: Jonathan D’Oleo Puig
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