Según estudio del Banco Mundial:

América Latina: Muchos emprendimientos, pero poca innovación

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América Latina y el Caribe es una región de emprendedores. Así al menos lo señala el informe del Banco Mundial denominado: “El emprendimiento en América Latina: muchas empresas y poca innovación”, donde precisa que la tasa per cápita de propietarios de negocios es mayor que en otras regiones con niveles de ingreso similares. Pero no todo son buenas noticias: Un problema es que la región está rezagada en cuanto a la innovación.

Para el organismo, la ausencia de negocios innovadores ha contribuido a crear economías poco diversificadas y enfocadas al uso de recursos naturales para sustentar el crecimiento económico. “El panorama económico en América Latina es tal que las empresas tienden a empezar pequeñas y permanecer pequeñas”, dice Augusto de la Torre, Economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe y uno de los autores de la investigación.

De acuerdo al informe, uno de cada tres trabajadores en la región es autónomo o un pequeño empleador y contrario a lo que se cree popularmente, la proporción de empresas registradas formal también se compara. Pero pocos de estos emprendedores llegan alguna vez a contratar un trabajador. La mayoría siguen siendo muy pequeños incluso tras décadas de operación.

El informe destaca la existencia de almacenes reconvertidos en restaurantes en México DF, la proliferación de tiendas en las esquinas de Bogotá o nuevos modelos de negocio en Buenos Aires, los que son solo una muestra del espíritu emprendedor que ha impulsado económicamente a Latinoamérica en los últimos años. Pero detrás de este auge de los emprendedores, existe una realidad preocupante: la región está rezagada en cuanto a la innovación.

Las empresas latinoamericanas introducen productos nuevos a un ritmo menor que sus contrapartes en otras regiones en desarrollo. De hecho, en Ecuador, Jamaica, México y Venezuela, la tasa de desarrollo de productos es menos de la mitad que la de Tailandia o Macedonia. Consecuentemente, esta falta de innovación daña la competitividad, frena el crecimiento y repercute en la generación de puestos de trabajo de calidad —un desafío significativo para el desarrollo, especialmente en América Central.

Cuatro son las razones posibles:

  • Capital humano: Los graduados universitarios en ciencia y tecnología y los ingenieros escasean en América Latina, y esta escasez tiene un impacto directo en la innovación. De hecho, el cofundador de Scup, Daniel Heise, admite que ha estado intentando cubrir diez vacantes a lo largo de un año, aunque sin éxito. Relacionado estrechamente a la calidad de la educación, el informe reconoce que este es un desafío crucial para la región.
  • Propiedad intelectual: Dado que cada país cuenta con sus propias leyes en torno al tema, garantizar los derechos de propiedad intelectual puede llegar a convertirse en una ardua tarea burocrática para los emprendedores de la región. Este panorama complicado brinda menos protección a los creadores de un producto, desalentando la tan necesaria inversión en investigación y desarrollo de nuevos productos.
  • Asunción de riesgos: A nadie le gusta el fracaso, pero en América Latina la profunda vergüenza social asociada al fracaso frena la innovación, desalentando la asunción de riesgos por parte de los emprendedores. Esto es evidente tanto en la reticencia individual a nivel empresario como en el bajo nivel de inversión en investigación y desarrollo, especialmente en el sector privado.
  • Logística: La modernización de los puertos, el transporte y el sistema aduanero podría mejorar las ventajas competitivas de los productos regionales. Actualmente, la baja calidad de los servicios públicos, enlaces de comunicación e infraestructura de transporte multiplican los obstáculos que enfrenta la región a la hora de mejorar su capacidad de producción.

En los últimos años, las políticas latinoamericanas se han enfocado en la asistencia a pequeñas y medianas empresas. Pero estos esfuerzos también deben dirigirse a las nuevas empresas. Es un  pequeño sub grupo de las las empresas jóvenes el que suele crecer, plantea el informe.

Por suerte se avizoran ciertos desarrollos prometedores. Las agencias de promoción de exportaciones están ayudando a empresas exportadoras en varios países, mientras que los avances científicos han transformado definitivamente la agricultura en otros. Cuando enfrentan competencia, las firmas dinámicas en la región exploran nuevos mercados de exportación. El surgimiento de multilatinas es un desarrollo positivo con respecto a décadas anteriores.

“Me complace saber que ahora los tomadores de decisiones de la región son mucho más capaces de centrar esfuerzos y recursos para fomentar el crecimiento”, dijo De la Torre.“Luego de años de lidiar con debilidades macrofinancieras, ahora pueden centrar sus esfuerzos en construir las bases para el crecimiento de la productividad”.

Los emprendedores transformacionales serán cruciales en este esfuerzo y si bien no existe un número ideal de éstos para una sociedad, el hecho es que el futuro de América Latina dependerá de contar con muchos más.

Vea acá el Informe Banco Mundial

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