Confianza creativa

Nos olvidamos de ser creativos y pensamos que es algo que no corresponde a nuestra edad adulta. Lo dejamos para artistas, locos, excéntricos, y no como parte de las habilidades de un hombre de negocios o un emprendedor.

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Todos nosotros somos personas creativas. Basta remontarnos a nuestra niñez y recordar cómo nos bastaban elementos básicos para entretenernos y crear robots, autos y ciudades completas. Aun así, con el tiempo perdemos nuestra capacidad de ser creativos; el trabajo, la rutina y la estructura en la que estamos inmersos inhiben nuestras habilidades. Y lo peor de todo es que hacemos poco para recuperar esa habilidad.

David Kelley, profesor de Stanford, en un gran video TED llama a reclamar nuestra confianza creativa. Kelley dice que una de las principales tareas a las que se dedica en sus clases no es a enseñar a sus alumnos a ser creativos, sino a re-descubrir su creatividad.

La principal habilidad que busca desarrollar es aprender a manejar la incertidumbre y el miedo a ser juzgados a través de pequeños ejercicios y prácticas. ¿Qué hacemos hoy para recobrar nuestra confianza? En nuestro trabajo claramente no hacemos mucho. Nos olvidamos de ser creativos y pensamos que es algo que no corresponde a nuestra edad adulta. Lo dejamos para artistas, locos, excéntricos, y no como parte de las habilidades de un hombre de negocios o un emprendedor. Nos preocupa cómo juzgan nuestros aportes y nos contenemos al hablar.

Al momento de diseñar las oficinas, pensamos en cómo tener un lugar de trabajo que se vea serio y respetable, pero no se nos ocurre cómo puede afectar a la generación de ideas o a sentirnos cómodos y confortables (tan confortables como cuando estamos en la ducha, el lugar donde se les ocurren las ideas al 90% de las personas). ¿Por qué ocurre esto? ¿Qué elemento hemos perdido? ¿Cuándo dejamos de creer que las ideas deben fluir libremente y que no todas las ideas serán geniales, pero que la única forma de llegar a ellas es dejar que todas fluyan?

Les propongo un juego. Anoten una idea sobre cómo mejorar su empresa/lugar de trabajo/oficina y anótenla en un lugar visible. Sigan anotando una idea diaria. Les apuesto que en menos de una semana más gente se une. Créanme, es contagioso.

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