Atreverse para emprender.

Hace unos días conocí a un emprendedor cuando me subí a un taxi. En el breve diálogo relativo a mi destino, me di cuenta que tenía un acento extraño. Le pregunté si era extranjero y me dijo que no, que había vivido en distintos países y que por eso ahora hablaba “extraño”, por ejemplo, pronunciando las eses (algo poco habitual para un chileno).

Cuando le conté a qué me dedicaba, comenzó a relatarme su historia como emprendedor. Hacía 6 años, andando en auto presenció un horrible accidente provocado por un auto a poca distancia del suyo. El auto lo adelantó a mucha velocidad, atropellando y matando a dos peatones. El conductor iba borracho. Dice que no pasó más  de un segundo entre ver pasar el auto por el lado y sentir el golpe que dejó sin vida a esas personas. Quedó tan impactado que se prometió crear un dispositivo que impidiera que personas en estado de ebriedad o bajo los efectos de alguna otra droga, pudieran encender el motor de su auto.

A poco de pasarle eso, ciertas circunstancias lo llevaron a dejar su muy buen trabajo en una consultora internacional de gestión. Y teniendo algo de ahorros, e hijos avanzados en su etapa escolar, decidió abordar aquella promesa que se había hecho.

El camino no ha sido fácil. Usó gran parte de sus ahorros y hoy se mantiene manejando un taxi que le da lo justo para vivir, esperando sacar su innovación al mercado. Y va muy avanzado; creo que lo logrará.

Los emprendedores son también desprendedores. Se DESPRENDEN. Se desprenden de ahorros, de estabilidad, de certidumbres, de comodidades. Pero lo hacen con una pasión, atrevimiento y aplomo dignos de imitar. Este taxista transitorio llegó al emprendimiento a través de las ganas de solucionar un problema específico; a través de un desafío personal: el de impedir que personas en estado de ebriedad transiten por las calles.

Hace un tiempo me contaron una historia que bien podría asemejarse a  ésta.

Andrea y Barry Coleman son dos ingleses que un día vieron las cosas de forma distinta, y se atrevieron a innovar para abordar un desafío social apremiante.

Hace varios años,  decidieron vender el Pub que tenían en Inglaterra y abocarse a su gran pasión: viajar en motocicleta. 

Viajando por África, notaron que muchos poblados no tenían atención médica permanente, por lo que dependían de ambulancias que los visitaban periódicamente. No obstante, también notaron que muchos de estos vehículos tenían problemas mecánicos y de acceso dada la deficiente infraestructura en algunos países y ciudades. Muchas ambulancias no llegaban donde se les requería con premura.

Andrea y Barry vieron que las motos sí podían llegar. Con algo de apoyo de la comunidad de motociclistas (de la cual eran miembros activos) y de otras agencias, hoy dirigen Riders for Health, una organización sin fines de lucro que lleva asistencia médica inicial en motocicletas a personas en distintos países como Gambia, Zimbabwe, Nigeria, Kenya, Tanzania y Lesotho. Hoy poseen un parque de motocicletas de más de mil unidades y tienen la capacidad de cubrir con primeros auxilios a más de 11 millones de personas.

El emprendedor identifica una necesidad u oportunidad y se lanza a conquistar el mundo. ¿Necesita ayuda? Por cierto, mucha. Acá las políticas de apoyo a la innovación y el emprendimiento son fundamentales. Pero por sobre todo una actitud que todos podríamos comenzar a compartir y que dice relación con hacer cambios, atreverse, no dejarse estar al ver injusticias y problemas, movilizarse por la calidad de vida propia y de otros.

¿Qué podrías emprender tú?