Innovación en Chile

Emprendimiento en tiempos difíciles

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Patricio Cortés

Director Ejecutivo del Centro de Emprendimiento e Innovación de la Universidad del Desarrollo(UDD). Se ha desempeñado como fundador y socio de Pharos Consultores Estratégicos; gerente corporativo de finanzas de Emelsa S.A.; y sub gerente de finanzas de Central de Puertos S.A. en Buenos Aires, Argentina.

Las crisis siempre son fuente de oportunidades, es la frase que más se repite cuando estamos en medio de una.

¿Hay oportunidades en las crisis? ¿O la frase se refiere a que los que no están en crisis pueden comprar barato a los que sí lo están? Sin duda que estas oportunidades existen, pero desde el punto de vista del emprendimiento, nos referimos siempre a aquellas que permiten formar un negocio que pueda –por sí mismo- sustentarse en el tiempo. Y aquí hay tres fenómenos.

El primero es el emprendimiento por necesidad. Ese que la serie de "Los 80's” nos trae a la memoria a los a los que bailamos con las canciones de Gloria Gaynor; a la señora que tiene que apoyar al marido; al empleado que se quedó sin pega, pero que no se rinde y que después de buscar sin éxito decide poner un pequeño negocio. Y cuando tiene la oportunidad de tener un empleo estable, se cambia de empresario a empleado. Y lo hace feliz. De estas oportunidades siempre hay, y muchas. Y se ven más en tiempos de crisis. Y habla tanto de la flexibilidad (y no el deseo) de las personas para adaptarse, como también de la falta de flexibilidad de los mercados laborales que los obliga a tomar estas oportunidades.

El segundo tipo es el emprendimiento por oportunidad. El que responde a una oportunidad de negocio real y estable en el tiempo; el tipo de oportunidad del que quiere ser empresario y sigue siéndolo aunque le ofrezcan un trabajo; el del empresario con vocación. Este es el que nos interesa. Lo que pasa es que durante las crisis cambian de forma, sobre todo cuando la economía va para arriba los productos estrellas son los suntuarios. Como los productos gourmet: la pasta de aceituna, el queso azul (que Ud. y yo conocíamos antes como roquefort), el pan con especias, entre otros. Todo eso ahora va para abajo, porque hay que ahorrar o ser prudentes. Las oportunidades aparecen en los productos de bajo precio, esos que antes se abandonaban por ser poco glamorosos y que ahora se van a la memoria. Se darán cuenta cómo de un día para otro nos vamos a acordar que los regalos de cumpleaños deben ser significativos por lo que representan y no por lo que valen. O que la margarina tipo mantequilla es tan rica como la original. Y no tiene colesterol.

La tercera alternativa es probablemente la que dio origen a la leyenda. Y es que en tiempos de crisis muchos activos bajan de precio. Y muchos de estos son esenciales para los negocios. El ejemplo más simple es la posibilidad de negociar el arriendo e incluso el precio de los insumos. Muchas veces esto toma la forma de un descuento o un pago en cuotas sin interés. Todo esto da la posibilidad de capitalizar una empresa aprovechando el descuento, el mismo que no se podría obtener en una situación de auge económico. Pero esto todavía parece simple.

Por eso tal vez el mejor ejemplo sea el que le escuché a uno de los más grandes empresarios del Chile de hoy. Él -y su socio y amigo- eran muy altos ejecutivos de una gran empresa que cayó en crisis en la depresión de los 80. Se quedaron sin trabajo y endeudados para el resto de sus vidas, pero tenían su inteligencia y el conocimiento del mercado, y su empuje. Decidieron proponerle al banco cambiar la deuda que ellos tenían por acciones de una empresa que sabían que estaba subvalorada. Audaz, por decir lo menos, hasta que convencieron al presidente del banco que les prestará más plata y compraron un porcentaje que les permitió reconvertir la empresa, pagar sus deudas y sentar las bases de su actual riqueza. Todo esto sin capital, más bien con deudas.

La pregunta ahora es dónde están las oportunidades, y –claro- cómo hago yo para tomarla. Esto es mejor contestarlo con un ejemplo: hace algunos años, en medio de la crisis argentina llamado "corralito", un empresario se debatía entre volver o no a su patria, sabiendo que justamente las oportunidades laborales iban a escasear. Entonces se acordó que uno de sus profesores en Boston le había hablado de una empresa de capital de riesgo, y que su suegro era arquitecto y constructor civil. Cuento corto, formó un fondo de inversión en EE.UU. para comprar departamentos en Buenos Aires, aprovechando que eran muy baratos en dólares. Luego los modernizaba con la ayuda profesional de su suegro y los vendía uno o dos años después. Ustedes dirán que es un nuevo ejemplo de comprar barato, pero no, se trata de hacer un negocio de seis millones de dólares sin haber tenido ninguno.

Un último ejemplo: una empresa que fabricaba ropa de algodón para niños, todo de muy alta calidad, pero que no logró sobrevivir a la competencia de bajo precio que venía desde China. Justo cuando sólo quedaba el gerente (y dueño) y la diseñadora jefe, se les ocurrió una idea, la probaron y fue un éxito. Le ofrecieron a la conocida cadena de topa Target arrendarle la marca de su empresa casi muerta, pero reteniendo el control sobre el diseño. Así la ropa se fabricaría en China, bajo una marca conocida en EE.UU. y con el diseño de calidad que la gente conocía. Cuando escuché esta historia de boca del fundador, decía que ahora ganaban más que antes.

Claro, y es que en tiempos de crisis se agudiza el ingenio, eso que el chileno tiene de sobra, y que aplicado y bien focalizado está detrás de las oportunidades. Ahora sabemos porque Voltaire dijo una vez “Dios no está del lado de los grandes arsenales, sino que del lado de los que disparan mejor”.

Fecha : 
16 noviembre, 2009