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La innovación social como herramienta para superar la pobreza

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Ángel Morales

Es Ingeniero Comercial de la Universidad de Santiago. Lidera el emprendimiento NISA (Nodo de Innovación Social Abierta). Además trabaja en Recycla Chile.

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Hace unos días tuve la oportunidad de leer un artículo sobre el Profesor Yunus y su nuevo proyecto llamado  “The Grameen Creative Lab”, desarrollado en conjunto por el Centro Yunus y una organización alemana. Fue a propósito de esta nota que reafirme mi creencia de que la Innovación Social no es una moda sino que una visión de mundo y un marco conceptual potente para combatir la pobreza.

Actualmente organismos internacionales tales como la CEPAL y el BID-FOMIN se encuentran fomentando proyectos y negocios que generen valor en la Base de la Pirámide (BdP). ¿Por qué? Pues porque se ve con buenos ojos la proliferación de proyectos privados que tengan fines sociales como la superación de la pobreza en alguno de sus aspectos. Sin ir más lejos, el 13 de septiembre se presentará el libro “De la innovación social a la política pública”, escrito por investigadores de la CEPAL.

En el plano local las cosas van igual de bien encaminadas puesto que estamos viviendo un interesante fenómeno en cuanto al surgimiento de iniciativas que buscan impactar positivamente a la BdP. Un caso exitoso es el de las viviendas sociales diseñadas por la oficina de arquitectos ELEMENTAL CHILE, las que han permitido “radicar” a las familias que vivían en sitios tomados, logrando que dichas casas aumenten de valor en el tiempo. Otro caso es el proyecto Inclusivo de Un Techo para Chile, cuyo objetivo es “apoyar la generación de ingresos en las familias más vulnerables del país, para que a través de SU emprendimiento logren romper el círculo de la pobreza”. Finalmente, en el ámbito del espacio público tenemos la labor realizada por Fundación Mi Parque quienes han logrado aumentar considerablemente los metros cuadrados de áreas verdes en zonas de alta densidad y vulnerabilidad social.

A pesar de la existencia de casos de innovación social como estos aún es mucho lo que hace falta por hacer. Solo es cosa de ver las cifras: 300.000 familias viven en campamentos en 706 tomas; 2.600.000 de chilenos habitan en situación de pobreza; 700.000 personas viven con menos de $1.000 al día; 57% de la fuerza laboral activa gana menos de $250.000 mensuales; 300.000 jóvenes de entre 15 y 29 años no estudian ni trabajan; generaciones de escolares de la BdP que salen del colegio sin oportunidad alguna; y un Índice de Gini que no muestra señal alguna de querer disminuir.

En fin, como dicen por ahí toda crisis es también una gran oportunidad, y soy de los que piensa que la Innovación Social es un paradigma que nos demuestra que existe otro modo de hacer las cosas. Estoy convencido de que es posible generar modelos innovadores que permitan reducir los niveles de drogadicción, disminuir la tasa de delincuencia, bajar los niveles de deserción escolar, permiten emplear a mujeres que son madres solteras, crear negocios que generen valor compartido en su entorno, aumentar los niveles de urbanización y áreas verdes en zonas de baja plusvalía, entre otros. En definitiva, nada es imposible cuando te enamoras de un problema y sales en búsqueda de su solución.

Fecha : 
16 agosto, 2011