Un término que empezó a ser utilizado frecuentemente en empresas y en importantes universidades es el de innovación abierta u open innovation (se entiende por innovación abierta cuando una institución genera las plataformas necesarias para recibir y potenciar buenas ideas que vengan desde fuera de ella). Estas ideas pueden dar vida a nuevos productos, mejorar los ya existentes (también alguna dimensión del proceso productivo y comercial) o incluso pueden servir de antecedente para la creación de tecnologías completamente innovadoras.

La innovación abierta se puede encontrar, por ejemplo, en la industria de los computadores personales, del cine, desarrollo de juegos y aplicaciones para celulares. Esta industria muestra alta movilidad laboral, y hay capital de riesgo activo. Frecuentemente se generan desprendimientos de nuevas empresas y las que desarrollan innovación abierta tienen una gran relación con las universidades.

Nuestro país requiere descubrir las bondades de este modelo de innovación. Hoy, varias industrias a nivel global están viviendo una transición, ejemplos son la automotriz, la de biotecnología, farmacéutica, la industria de la salud, computadores y softwares; también las comunicaciones, aseguradoras y la industria de bienes de consumo envasados.

Se hace necesario que las universidades aprovechen los trabajos que constantemente realizan. La innovación abierta permitirá que el conocimiento y las ideas se puedan multiplicar por diversos usos, aumentando la creación de valor. Lo que llevará a vincular con mayor fuerza el trabajo de la empresa y Gobierno en esta materia. 

En los laboratorios de las empresas se pasará desde la investigación de ciencias básicas a una más aplicada. Crecerá en importancia el rol de las instituciones de educación, en cuanto a ser el epicentro de los descubrimientos relevantes. Empresas y universidades deberán encontrar los mecanismos de colaboración mutua para transferir los hallazgos a nuevos productos comercializados a través de modelos de negocios apropiados.

 Nuestro país tiene que transitar hacia este nuevo escenario que ya se vive en varias instituciones de educación superior a nivel global. Si queremos superar nuestro nivel de desarrollo, serán la investigación aplicada y la relación con la empresa, las protagonistas a la hora de generar un cambio radical en la forma en que se genera la innovación en nuestro país.