El liderazgo innovador

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Juan Emilio Cheyre

Director fundador del Centro de Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Se desempeñó como comandante en jefe del Ejército entre 2002 y 2006. Posee los grados académicos de Doctor en Ciencia Política y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid; Magister en Planificación y Gestión Estratégica por la Academia de Guerra del Ejército; y Magíster en Ciencia Política con mención en RR.II. de la PUC.

El liderazgo es la capacidad de quien encabeza un grupo para lograr adhesión a la tarea y el logro de los objetivos de una institución, empresa, organización o entidad. Se trata de un estilo, que según algunos, adquiere características permanentes en el tiempo.  Sin embargo,  especialmente en los últimos años, el concepto y los modelos teóricos y prácticos han tenido un desarrollo dinámico. La innovación también alcanza al liderazgo y, sobre todo, a la forma como se ejerce. Es lo que propongo conocer como liderazgo innovador.

La razón de esta nueva forma de ejercer este liderazgo, radica en el dinamismo que ha adquirido el mundo, el permanente cambio en la sociedad y, en particular, a las nuevas herramientas que pone a nuestra disposición la ciencia y tecnología. También influye el salto cultural que hoy dota a la persona de talentos que antes eran patrimonio exclusivo de quienes ejercían mandos y jefaturas.

Así, lo hemos observado en la forma de enfrentar la tragedia que aún mantiene bajo tierra a 33 mineros en la Región de Atacama. El comportamiento de todos los involucrados se inscribe en las nuevas formas de ejercer el liderazgo. Lo refleja nítidamente el Ministro Laurence Goldborne, pero también cada uno de quienes han participado en el proceso de búsqueda y rescate, así como los mineros atrapados.

Los hechos son conocidos por todos. Reconozcamos algunos elementos que, a mi juicio, forman parte del liderazgo innovador.

El primer factor de interés es la tendencia a asumir la responsabilidad.  Práctica que hasta hace poco no era habitual, sino más bien la costumbre tendía a intentar evadir la responsabilidad y derivarla a niveles subalternos. Por el contrario, hoy la autoridad evaluando la magnitud del problema lo enfrentó directamente, radicándolo en el nivel con verdadera capacidad de resolución. Vimos incluso al Presidente de la República quien, cuando algunos le recomendaban no involucrarse, decidió tomar la conducción y seguimiento, estableciendo la estrategia y controlando sus resultados.

Los tiempos actuales llevan a que  la autoridad se vea exigida a asumir un liderazgo directo y sin intermediarios cuando el logro de los objetivos depende de ello. La delegación de responsabilidad, muy común en las antiguas formas de liderazgo, hoy es imposible.

Otro elemento central es actuar basándose en la verdad y la transparencia. Esto, a través de una comunicación directa y plena consecuencia con la responsabilidad de las decisiones que se adoptan.
La actuación del Ministro de Minería es reflejo de esas características. Aunque a veces fue criticado por la crudeza de sus análisis, jamás escondió o matizó los hechos, consideró distintas opciones y las comunicó con sus fortalezas y debilidades.  No se mantuvo aislado y dio la cara tanto en los momentos de incertidumbre como en las certezas.

Hablar y actuar con la verdad son condiciones exigibles en el liderazgo innovador, aquel que ya no evade temas por duros que sean. A ello contribuye la comprensión que debe tener el líder de la importancia de los medios de comunicación. Con ellos no se juega. A la prensa, la radio y la televisión no se la usa, tampoco puede pretenderse engañarla u ocultar antecedentes. Por el contrario, un liderazgo innovador, complementa su actuar valorando el rol de los medios y dejándolos cumplir su tarea de informar.

El liderazgo innovador no es jerárquico y tampoco esta monopolizado en la cabeza de la organización, equipo o institución. Por el contrario, el líder innovador descubre espacios para que otros ejerzan ese liderazgo en su ámbito propio.

En el caso que destacamos, vimos el rol de jefes de equipo, maquinistas y operadores, mineros expertos y pirquineros con larga tradición. A ello se sumó un esfuerzo por involucrar a las familias, alejándose de la tentación de aislarlas, para convertirlas en parte de la solución.

Párrafo aparte merece el liderazgo ejercido al interior de la mina por hombres anónimos que han asumido roles específicos bajo circunstancias adversas. Son ellos los que han tomado decisiones sabias que, sin duda, constituyen base para su sobrevivencia.

En síntesis, el liderazgo innovador suma y no resta. Tampoco favorece roles protagónicos ya que, está muy claro que, en ciertos momentos, el menos visible de los actores puede aportar más que quien se supone tiene el mayor poder.

Finalmente, un concepto vital. Me refiero a que este tipo de liderazgo exige creatividad y generación de soluciones compartidas, en síntesis, trabajo de equipo. Antes, el liderazgo lo ejercía quien constituía la cabeza, único motor para llevar adelante la tarea. Hoy, quien tiene el mando sigue siendo el gran articulador y responsable lo que es indelegable, pero sabe que, para actuar con eficiencia, debe encender muchos motores. Es él quien debe dar las  orientaciones, orden, objetivos e identificar los roles que cada nivel debe cumplir para aportar creativamente a la tarea compartida. De esa manera, el monopolio en las acciones se rompe y surgen soluciones de muchos que el líder orienta hacia un plan común y ordenado que contribuye al logro del fin deseado.

La innovación supone encontrar nuevos caminos y el liderazgo adaptado a los tiempos, mueve las voluntades, logra el mejor trabajo y contribuye a los resultados. En éste caso, a salvar vidas humanas.  

Fecha : 
7 septiembre, 2010