IV. INDICES DE DESEMPEÑO

Dado que la encuesta incluyó alrededor de cien variables, el elevado universo asociado a ello pudo ser algo contraproducente, particularmente si el objetivo de la encuesta es caracterizar empresas, sectores y tamaños de forma más agregada.
Para aminorar la incidencia de ese factor, se resolvió utilizar la ‘técnica estándar de componentes principales’. Esta permite obtener combinaciones lineales (índices) de subconjuntos de las variables de interés, utilizando un criterio optimizador.
 Sobre la base de esta metodología, se construyeron los siguientes índices:

  • Indice de Calidad: sobre la base de preguntas 1 y 7 de la encuesta
  • Indice de Gestión: pregunta 8
  • Indice de Organización de Trabajo: pregunta 10
  • Indice de Recursos Humanos: pregunta 11
  • Indice de Normalización: pregunta 13
Previo a la confección de los índices, cada variable fue correspondientemente estandarizada, para acotar su variación en el intervalo (0-1). Los valores medios, medianos, de dispersión, máximos, mínimos y la concentración de empresas en los extremos se presentan a continuación (Cuadro 12).
Una primera conclusión general susceptible de ser extraída de este cuadro es la existencia de niveles similares entre los distintos índices -con la sola excepción del de calidad (0.70) y normalización (0.24). Descartando el comportamiento observado respecto del índice de normalización -porque cualquier procedimiento ‘avanzado’ de calidad exige el cumplimiento de alguna norma, aunque ésta sea voluntaria-, el hecho de que el índice de calidad se aleje de la similaridad registrada entre los otros indicadores refleja el grado de ‘exageración’ en las respuestas dadas por los empresarios. Esto último es también deducible de la evidencia de que mientras el 25% de las empresas encuestadas obtuvo un valor máximo en el índice de calidad (equivalente a 1), el mismo porcentaje de establecimientos alcanzó un valor de 0 en el caso del índice de normalización.
Una propiedad importante de estos índices es la existencia de una correlación positiva estadísticamente significativa entre ellos. Ello indica que todos los índices son determinados por los mismos factores tecnológicos estructurales. 
Por otro lado, las innovaciones de gestión muestran una correlación de 46% con el índice de calidad y aparecen altamente asociadas con los cambios en la organización del trabajo. En cambio, las innovaciones en recursos humanos están más vinculadas a las innovaciones de gestión y a los cambios en la organización del trabajo. Otro tanto ocurre con el índice de normalización, el cual revela una correlación mayor con los cambios de prácticas en la organización del trabajo y las innovaciones en recursos humanos que con la calidad.
Es también destacable el insignificante nivel de correlación apreciado entre la intensidad del gasto en calidad y gestión con la totalidad de los índices (salvo la correlación verificada con el propio índice de calidad). No ocurre igual con la relación existente entre los índices y la intensidad del gasto en capacitación, donde todas las correlaciones son significativas y positivas. Tal diferencia podría atribuirse al grado de error con que es medido el gasto en calidad y gestión, versus la mayor precisión con que las firmas entregan información sobre su gasto en capacitación. Asimismo, el grado de correlación positiva observado entre los gastos en gestión y capacitación puede indicar una buena ‘proxi’ del primero a los fines de interpretación de sus determinantes estructurales.
Uno de los aspectos más importantes para el diseño de políticas es determinar la relevancia de los instrumentos hasta ahora utilizados en la búsqueda de una mejor competitividad empresarial. Aunque con los datos de la encuesta no es posible inferir una relación causa/efecto, sí es factible obtener correlaciones entre la dirección y magnitud de los niveles arrojados por los distintos índices y las evaluaciones de políticas efectuadas por los empresarios.
De este ejercicio se desprende la existencia de correlaciones positivas y estadísticamente significativas , tanto para la mayoría de los índices como para las políticas evaluadas. En seguida, se eligió entre las dos mayores vinculaciones para cada par política/índice, obteniéndose algunas regularidades importantes. Así, en orden de importancia, las mayores correlaciones se concentraron en tres tipos de políticas: generación de nuevas normas, difusión de normas existentes y generación de indicadores de productividad. En un segundo plano de importancia aparecieron los subsidios y Fondos, la regulación del SNC, los Centros Tecnológicos Universitarios y los Foros. La relevancia del Premio Nacional de la Calidad obtuvo en cambio una correlación muy baja. 
Estas correlaciones pueden, entonces, ser interpretadas como  la opinión de las empresas más innovadoras -medida según los distintos índices- respecto de cada una de las políticas indagadas.