Financiamiento privado para investigación y desarrollo.

II. FALLAS DE MERCADO PARA LA INVERSIÓN EN INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO (I+D)

En esta sección se revisa en forma conceptual aquellas fallas de mercado que, de una u otra manera, afectan la inversión en investigación y desarrollo o de proyectos innovadores en general. La sección se divide en dos partes bien diferenciadas. En la sección 2.1 se analizan las fallas de mercado propias de la naturaleza misma de la investigación y desarrollo, que dicen relación con la característica de bien público y externalidades asociadas a dicha inversión. La sección 2.2 analiza las fallas de mercado propias de los sistemas financieros privados, que también influyen en la viabilidad de que cualquier proyecto sea financiado en forma privada. La sección 2.3 incluye un sondeo realizado entre participantes del sector financiero que son potenciales financistas de los proyectos de capital de riesgo (administradores de Fondos de Inversión de Desarrollo de Empresas -FIDE- y ejecutivos de la Pequeña y Mediana Empresa -PYME- de la banca).

2.1 FALLAS DE MERCADO PROPIAS DE LA INVERSIÓN EN INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO

Grossman (1989) examina los diversos argumentos que se han dado en favor de una política de promoción industrial y la evidencia que los respaldan. Su conclusión es que de la limitada evidencia empírica que existe, se desprende que el caso más fuerte para la intervención gubernamental surge en I+D.

En I+D se producen dos importantes fallas de mercado. Primero, dado que el conocimiento tiene características de bien público, el gestor de una innovación no puede apropiarse de todos los beneficios que ésta reporta, a pesar de la existencia de patentes; y, segundo, cuando las firmas realizan su propia I+D se puede producir duplicidad de esfuerzos. En efecto, una innovación produce externalidades tecnológicas ("spillovers") que benefician tanto a firmas competidoras en la misma industria como a otras industrias y a los consumidores finales. En consecuencia, la rentabilidad social de la inversión en I+D excede su rentabilidad privada, por lo que esta actividad se desarrolla por debajo de su nivel socialmente óptimo.

Bernstein y Nadiri (1989) estiman el retorno social y privado de la I+D en cuatro industrias de los EE.UU. Sus resultados indican que el retorno social excede al privado en 67%, en el caso de la industria química, y en 90% en el caso de la industria de instrumentos. La industria de maquinarias exhibe el menor diferencial con 30%, y la industria del petróleo el mayor con un 123%.

Por otro lado, cuando las distintas firmas de una industria desarrollan su propia I+D en forma independiente, se produce una multiplicación de esfuerzos con el consiguiente desperdicio de recursos. El problema de duplicación de esfuerzos es particularmente grave en los países en desarrollo, donde los recursos, especialmente aquéllos que se usan en I+D, son escasos.

En general, existen dos soluciones a los problemas anteriores: el subsidio a la I+D y la colaboración entre las firmas de una industria. A continuación se analizan las principales ventajas y desventajas de estas soluciones. En todo caso, es necesario tener presente que ambas alternativas no son mutuamente excluyentes.

Si bien es cierto que el subsidio a la I+D de firmas individuales va en la dirección correcta de reducir la brecha entre la rentabilidad social y privada, esta alternativa no resuelve el problema de la duplicación de esfuerzos. Además, surgen problemas al momento de poner en práctica este instrumento. En efecto, por un lado es necesario determinar el monto óptimo del subsidio y, por otro, se requiere fiscalizar que los recursos entregados no se usen con otros fines. Una alternativa de solución al mal uso de los recursos es el financiamiento con fondos públicos de instituciones de I+D, entendiendo por ellas a organismos destinados a generar innovación y, luego, diseminarla entre los productores.

Por su parte, la colaboración entre firmas reduce el problema de la duplicación de esfuerzos, pero no elimina totalmente el problema de la apropiabilidad de los resultados de la I+D. En efecto, la I+D que realiza una industria tiene externalidades en las firmas que no colaboran (ya sea de la misma industria o de otras), o directamente en los consumidores. Por ejemplo, una innovación que reduce los costos de una industria competitiva beneficia principalmente a los consumidores. Por ello, la colaboración de las firmas de una industria no elimina necesariamente la necesidad de otorgar subsidios para eliminar la brecha entre las rentabilidades privada y social.

La sección 5.1 propone una solución de colaboración ex-ante que llamamos cartel de investigación.

2.2 FALLAS DE MERCADO DE LOS MERCADOS DE CAPITALES

Además de las fallas de mercado propias de la I+D, en tanto es una actividad que genera externalidades y tiene características de bien público, es necesario revisar las fallas de mercado propias de los sistemas financieros, por cuanto estamos interesados en el financiamiento privado de la I+D.

Para identificar las fallas de mercado en los mercados de capitales, es necesario identificar los roles que el mercado de capitales debe cumplir para ser socialmente eficiente. Stiglitz (1993) identifica siete roles para el mercado financiero:

  • Transferir recursos de capital desde quienes lo tienen (ahorrantes) a quienes pueden darle un buen uso (inversionistas).

  • Juntar capital: el tamaño de los proyectos es a menudo mayor que una fuente de recursos particular.

  • Seleccionar proyectos e inversionistas: con frecuencia hay más potenciales individuos que creen tener un buen proyecto que los recursos disponibles para llevarlos a cabo.

  • Monitorear el uso de los recursos de modo de asegurarse que serán utilizados de la manera prometida.

  • Asegurarse que los contratos se cumplan.

  • Transferir, compartir y diversificar riesgos.

  • Llevar cuenta de los registros de las transacciones. Es decir, el mercado de capitales tiene un importante rol en la provisión de medios de pago.

Como vemos, el rol de asignar recursos en forma intertemporal, que usualmente es el más enfatizado, no es el único. Los roles en cuanto a manejo y diversificación de riesgos y procesamiento de información con respecto a proyectos, inversionistas e instituciones, son tanto o más importantes. Un mercado de capitales desarrollado es aquel cuyo diseño institucional permite al mercado realizar estos roles en la forma lo más eficiente posible. Existe un gran consenso que el mercado funciona eficientemente sólo cuando es un mercado regulado. Es decir, el más simple de los diseños institucionales, el mercado competitivo libre, no puede ser eficiente por las razones que veremos a continuación.

La recolección y procesamiento de información y la manera en que ésta sea realizada, es la actividad esencial que determinará si el mercado de capitales puede o no realizar los roles señalados en forma socialmente eficiente. En el modelo competitivo simple se supone información perfecta sobre precios y calidad de los bienes que se transan, lo que permite a los participantes del mercado expresar sus demandas y ofertas en forma socialmente óptima. Además, la información es exógena al modelo y no se afecta por las decisiones de los agentes. Aunque esta versión es extrema, con información menos que perfecta -por ejemplo, asimetrías con respecto a la calidad- el mercado desregulado aún puede funcionar eficientemente desarrollando mecanismos de bajo costo para producir la información necesaria. Los costos por pérdida de reputación pueden ser muy grandes, lo que crea fuertes incentivos a no abusar de asimetrías de información. Este es probablemente el caso en muchos mercados de bienes y servicios donde, ya sea que la información relevante del bien se obtiene a bajo costo, incluso sólo con observarlo, o donde el carácter continuo de las transacciones implica que la amenaza de no transar en el futuro, si se pierde una reputación de calidad, es un gran desincentivo al abuso.

En el mercado de capitales ninguno de estos supuestos es correcto. La naturaleza de este mercado implica que la información relevante es muy costosa de obtener y los mecanismos de reputación son débiles como desincentivo a abusos. Puesto que los problemas de información están en el corazón del funcionamiento del mercado de capitales, revisaremos en forma más sistemática las fallas de mercado asociadas a problemas de información. Como veremos, la información crea fallas de mercado en tanto la información es un bien público; la producción de la información crea externalidades; la producción de la información es costosa, con características de "costos hundidos" (sunk costs), por lo que los mercados intensivos en información costosa serán necesariamente de competencia imperfecta; la no exogeneidad de la información significa que los equilibrios de mercado no pueden ser eficientes, y, por último, es común que un segmento de usuarios transe sin estar adecuadamente informado. A continuación se elaboran estos puntos con más detalle.

Un primer conjunto de fallas del mercado de capitales está asociado a la característica de bien público que tiene la información, o más bien, al monitoreo o recolección de información respecto de alguna institución financiera o sus administradores. Un bien público es aquel que no excluye a otros potenciales consumidores cuando es consumido por algún agente. Cuando se produce o utiliza información en el mercado de capitales, no se puede evitar que otros también se aprovechen de esa producción o utilización. Por ejemplo, un acreedor o accionista que, se sabe, monitorea (se informa acerca de) la solvencia de una institución financiera, o monitorea a la administración, no pudiendo evitar que otros se beneficien de su información al mover sus fondos. Es decir, la acción efectuada luego de informarse, por ejemplo, girar o depositar fondos, no puede excluir a otros de la misma información. Lo que uno sabe sobre una institución no excluye a otros de saber lo mismo. Como todo bien público, la solución competitiva entrega una producción de información que será subóptima (producción menor que el óptimo). Esto tiene consecuencias para la toma de decisiones de las instituciones financieras que, al saberse monitoreadas en forma insuficiente, pueden tener incentivos a abusar de ese hecho, tomando más riesgo que el que estarían dispuestos a aceptar los acreedores, extrayendo valor de ellos. Una segunda consecuencia del insuficiente monitoreo será que las instituciones gozarán de menor confianza del público y, por lo tanto, el público canalizará menores recursos a través de ellas, lo que implica una asignación subóptima de fondos a dichas instituciones. Lo mismo que hemos dicho sobre instituciones financieras puede extrapolarse para proyectos, puesto que los financistas enfrentan los mismos desincentivos de monitoreo con respecto a proyectos. La primera falla no es normalmente importante para financiar I+D, aunque como veremos en la sección 1.3, algunas regulaciones a los FIDE generan este problema. Sin embargo, la segunda sí es muy importante. Existen pocos recursos para financiar nuevos proyectos precisamente por las dificultades de dar confianza a los inversionistas con respecto al monitoreo de los recursos invertidos.

Otra externalidad surge por problemas de contagio, debido a que la información que se tenga sobre cualquier institución es necesariamente imperfecta. La falla de un banco afectará a los otros. La presencia de malas firmas colocando acciones, afectará la capacidad de buenas firmas para colocar acciones y levantar capital. Una versión más extrema de este tipo de externalidades se refiere a riesgos sistémicos que pueden causar grandes perturbaciones económicas y que es una de las principales justificaciones para la intervención del Gobierno en el sistema bancario. La caída de un banco tendrá un impacto de señal de crisis que puede afectar en gran modo al sistema de pagos, generando una reacción sistémica de corrida bancaria. En estas circunstancias, el Gobierno no puede comprometerse creíblemente a no intervenir, con lo cual surge un seguro de facto, especialmente en las grandes instituciones, El Gobierno, por tanto, es un asegurador involuntario de los pasivos de los bancos, lo que desestimula el monitoreo de los acreedores de éstos. Surgen los tradicionales problemas de riesgo moral y selección adversa asociados con la provisión de seguros. El comportamiento de las instituciones aseguradas será afectado en la dirección de preocuparse menos del evento contra el cual están aseguradas, es decir, la quiebra, lo que estimula la toma de riesgo. Este tipo de fallas es irrelevante para financiar proyectos de I+D, puesto que estos necesariamente son de magnitudes pequeñas relativas al agregado.

FALLAS DE MERCADO ADICIONALES DICEN RELACIÓN CON LOS MERCADOS IMPERFECTOS Y CON MERCADOS INCOMPLETOS

Un mercado con fuertes costos de entrada normalmente será un mercado mejor descrito como de competencia imperfecta, cuando esos costos de entrada no se puedan recuperar a la salida (costos hundidos o "sunk costs"). La recolección de información en el mercado financiero será usualmente de este tipo. No todas las instituciones se informarán igualmente de los potenciales inversionistas o de sus proyectos debido a estos costos, por lo que un alto número de instituciones en el mercado no es garantía de competencia. Cada inversionista tendrá una o dos instituciones de financiamiento, y algunas prestarán mayor información que otras. No existe en el mercado del crédito un precio con muchos oferentes y demandantes, como requiere un mercado competitivo, y los precios de mercado no son los que igualan la oferta y la demanda. Además, si los costos son fijos y no dependen de la cantidad prestada o financiada, entonces habrá una relación de monopolio natural con respecto a un deudor en particular. Este es un problema muy característico de los proyectos nuevos e innovadores. Simplemente no hay mercado competitivo de financistas y las negociaciones para conseguir financiamiento se deben centrar en una relación de monopolio bilateral.

Los problemas de riesgo moral y selección adversa que existen en todos los mercados financieros son la principal fuente de los grandes costos de las transacciones. En todo contrato financiero hay componentes de seguro porque existe una probabilidad de que el contrato no se respete (por ejemplo, que una deuda no se pague), lo que genera la necesidad de gastar en información para protegerse de los incentivos al riesgo moral y selección adversa. Los problemas de selección adversa pueden ser tan fuertes que incluso pueden hacer que un mercado desaparezca. Esto, en parte, puede explicar lo poco profundo del mercado accionario en muchos países en desarrollo, especialmente cuando no tienen leyes de entrega de información y fiscalización apropiadas. En esos casos, quienes ofrecen acciones lo hacen porque ellas están sobrevaloradas, lo que quita credibilidad y profundidad al mercado. Cuando se trata de proyectos nuevos e innovadores, los problemas de riesgo moral y selección adversa son muy graves porque las asimetrías de información se ven acrecentadas.

Otra falla viene del hecho de que la competencia imperfecta de los mercados intensivos en información no sólo surge por el lado de la oferta, sino también por la demanda, donde la información también es un insumo de la formación de demandas. Los costos de información generarán consumidores que transan desinformados. Este es el típico caso de los pequeños depositantes de un banco que simplemente no tienen la capacidad de informarse de los aspectos relevantes de su institución. También será el caso de los afiliados de las AFP y de los pensionados de las compañías de seguros, quienes no tienen la capacidad de entender la complejidad de elementos que están envueltos en el contrato que están demandando. Esto lleva a estrategias perversas de parte de los oferentes de los servicios, quienes se basan en aspectos accesorios a lo que debiera ser el interés del afiliado con el fin de captarlo. En muchos casos, la única solución es estandarizar y limitar la manera en que la información es entregada. Este es un problema propio de depositantes de bancos o AFP, pero no de financistas o gestores de proyectos de innovación.

2.3 SONDEO ENTRE AGENTES DEL SISTEMA FINANCIERO CHILENO

En esta sección se resume el sondeo que se hiciera entre diciembre de 1994 y enero de 1995 sobre la opinión del sector financiero que potencialmente está más cercano al financiamiento de proyectos innovadores de desarrollo tecnológico, respecto a la situación actual y futura del financiamiento de dichos proyectos. Se entrevistó a cuatro gerentes de administradoras de Fondos de Inversión de Desarrollo de Empresas (FIDE) y a dos ejecutivos bancarios de la Pequeña y Mediana Empresa (PYME).

Consultados por la factibilidad de que los agentes (tanto los bancos como las FIDE) financien proyectos de innovación, se pudo constatar lo siguiente:

A) EL SISTEMA NO FINANCIA CAPITAL DE RIESGO

Unánimamente se señala que ni los FIDE ni los bancos financian capital de riesgo, ya que ello constituye una etapa que requiere de mucho desarrollo previo, no realizado hasta ahora. Pese a esto, se mostraban optimistas respecto de la factibilidad de desarrollo de este tipo de financiamiento a futuro, sin perjuicio de estimarse que los bancos nunca llegarán a abordar ese negocio, como tales, sino muy probablemente como administradores de FIDE.

B) CARÁCTER PEQUEÑO DE LOS PROYECTOS DE INNOVACIÓN INHIBE SU FINANCIAMIENTO

A juicio de los representantes del sector financiero, generalmente los proyectos que podrían ser calificados como innovadores (que constituyen "ideas muy buenas", en sus propios términos) tienen una escala muy reducida, lo cual incrementa los costos unitarios (costo de cada peso colocado por el financista), por lo que resulta siempre más conveniente abordar otro tipo de proyectos, por ser menores sus costos unitarios de evaluación y de transacción.

Un elemento adicional que los entrevistados reconocen en los proyectos pequeños, es que la posibilidad que éstos tienen de profitar se sus innovaciones son muy reducidas en comparación con los proyectos grandes, que dispondrían de un mayor grado de apropiabilidad de los beneficios del desarrollo que hagan.

Un efecto de esta característica es que los bancos han fijado montos mínimos para operar con créditos CORFO-BID (que requieren de unos obligados trámites de evaluación que presentan costos de operación importantes) y los FIDE han debido fijar un monto mínimo de inversión en cada empresa cerrada en la que invierten, que fluctúa entre US$ 500.000 y US$ 1.000.000. Si a esto se agrega la existencia de límites máximos de inversión por empresa destinataria de los recursos de un FIDE (40%) del activo del mismo), hace que las Administradoras de Fondos de Inversión (AFI) sean muy cuidadosas respecto del máximo financiamiento que el proyecto puede demandar del FIDE. En tanto más incertidumbre respecto de los requerimientos máximos de capital del proyecto, mayor es la probabilidad de que los beneficios asociados al esfuerzo financiero desplegado deban compartirse con

futuros socios que aporten el capital que el FIDE estaría legalmente impedido de hacer. Aquí surge el tema de desincentivo a invertir debido a la externalidad asociada al monitoreo, dado que la regulación obliga a compartir el proyecto.

C) PROYECTOS DE INNOVACIÓN SON MÁS RIESGOSOS

Unánimamente, los entrevistados señalaron el mayor riesgo relativo de los proyectos innovadores, agregando los representantes de bancos que dichos proyectos además no eran sólidos patrimonialmente. La actual legislación bancaria castiga fuertemente a los créditos de este tipo, por medio de clasificaciones de riesgo de cartera que redundarían en grandes gastos por provisiones. Desde el punto de vista del riesgo máximo aceptable por los FIDE, su marcada orientación a la colocación de cuotas en los fondos de pensiones podría significar la existencia de una cuota de riesgo imposible de alcanzar por los proyectos de inversión en I+D. Por otra parte, los posibles recursos que proviniesen de los fondos de pensiones nunca conllevarán la participación activa de los dueños últimos del capital en cuestión, como sí sería en el caso de empresarios inversionistas eventualmente involucrados.

A juicio de los representantes bancarios, CORFO ha puesto especial énfasis en la reducción del riesgo a través del sistema de subsidios a los seguros de crédito, tema que no estaría bien tratado, ya que sólo una compañía de seguros (Continental) opera en el programa de CORFO cubriendo tal riesgo, imponiendo una pauta de concesión de créditos adicional a las que tienen la propia CORFO y la entidad bancaria. Con estos condicionamientos, se termina por reducir sustancialmente el espectro de los posibles negocios que se podrían financiar, redundando esto en un menor interés del sector privado por financiar pequeños proyectos innovadores.

D) CALIDAD DE LOS GESTORES COMO ADMINISTRADORES

Otra característica que los entrevistados observan en estos proyectos es que, más allá del riesgo del proyecto en sí, los mayores riesgos se centran en quién lo desarrolla. En este sentido, todos los representantes consultados indican que el valor de los socios gestores como "managers" o buenos administradores, el conocimiento que se tenga de éstos y su probado éxito en emprendimientos previos, son elementos importantes para aprobar proyectos. Precisamente, a juicio de los entrevistados, serían esos los factores que por lo general están ausentes en los proyectos pequeños. Además, en el caso de los bancos, se pone énfasis en la situación patrimonial del socio gestor. Por lo tanto, los entrevistados indican que de un proyecto bueno en sí no se puede deducir una buena administración ni (en la perspectiva bancaria) un buen respaldo de garantías extra proyecto.

E) EXISTENCIA DE MUY POCOS PROYECTOS A FINANCIAR

Otra característica de generalizado reconocimiento, que sería causante de la mínima dedicación del sistema financiero al financiamiento de la innovación, es la inexistencia de proyectos de inversión en el mercado nacional, lo cual impide que se desarrolle una masa crítica de éstos, de modo que sea factible operar exclusivamente en el ámbito de proyectos en su etapa primaria. Esto, entre otras cosas, habría sido determinante en la desaparición del fondo orientado al capital de riesgo que creara la CORFO con la IFC, hace algunos años.

Esta carencia es indicada como una de las causas de que los cuatro actuales FIDE (Pionero, Américas Emergente, Midway y Estrella Americana) a fines de septiembre mostraran inversiones en instrumentos de empresas cerradas por el equivalente a menos de un 25% de sus activos.

Este bajo número de proyectos lo atribuyen a distintos factores. Una explicación sería la idiosincrasia que se expresaría en "la dificultad de los dueños para compartir" la propiedad, lo que limitaría el número de proyectos. Otra explicación que resalta de las entrevistas es la fundamental importancia que le asignan las AFI al conocimiento de los eventuales socios que requieren de su participación financiera. El carácter subjetivo de la apreciación de cuán confiable es el socio potencial, y de cuáles son sus reales capacidades de llevar adelante un proyecto, es un condicionamiento adicional que indudablemente restringe las posibilidades de disponer de proyectos innovadores suficientes en número para sustentar una organización o industria dedicada a su financiamiento. Es decir, la razón c) descrita más arriba surge nuevamente como limitante del número de proyectos.

F) CALIDAD DE LA PRESENTACIÓN DE PROYECTOS

Las AFI indican que no existe en Chile una "cultura de buena presentación de proyectos", lo cual determina que los posibles financistas se deben involucrar en la evaluación misma de los proyectos, y muchas veces en la redefinición de los

negocios que supuestamente sólo iban a financiar, incurriendo en costos mayores a los previstos e imposibles de solventar. Señalan que son típicos los desarrollos muy incipientes de ideas solas, sin una visión global de la etapa de implementación ni de las necesidades futuras de comercialización de los productos o servicios. Finalmente, también se menciona que es común la falta de acabados planes de financiamiento. Adicionalmente, en Chile conspiraría contra la calidad de la información la falta de transparencia respecto de los proyectos, por desconfianza mutua entre el innovador y el potencial financista.

En este comentario se denota cierta confusión de parte de las AFI, puesto que no se puede financiar este tipo de proyectos de manera pasiva.

G) EL SISTEMA NO DISPONE DE MÉTODOS ADECUADOS DE EVALUACIÓN

Los representantes de bancos han señalado que el riesgo que ellos evalúan es el de no recuperación de los créditos, por lo que siempre requieren de un respaldo patrimonial de los socios gestores de un proyecto que no tenga claros flujos, como sería el caso de los proyectos de innovación. En otras palabras, la evaluación es sobre las garantías, reales o personales, que puedan aportar los gestores de los proyectos, más que la evaluación acuciosa de los riesgos implícitos de los proyectos. Esto es consistente con el enfoque bancario de financiamiento e implica que necesariamente los bancos no pueden financiar capital de riesgo en Chile (véase capítulo III).

Por su parte, los representantes de las administradoras de FIDE reconocieron la falta de ideas ordenadas y sistematicidad en el análisis de los proyectos más innovadores, como también falta de métodos de evaluación para dicho tipo de proyectos, métodos sin los cuales no pueden ser abordados los costos hundidos propios de este tipo de emprendimientos. Si bien se ha ido generando una capacidad de decisión respecto de entrar o no en determinados negocios y, en el caso de algunas administradoras, la capacidad de analizar rápidamente proyectos de inversión, ello está cualitativamente muy distante de los requerimientos mínimos para una seria evaluación como la que requeriría el financiamiento de la I+D. De hecho, la falta de experiencia en la administración de mayores grados de incertidumbre las induce a buscar una mayor certidumbre de los flujos de los proyectos, procurando una participación en otros tipos de proyectos menos riesgosos. En este comentario de los administradores de FIDE se denota una falta de know how y "expertise" en la forma particular que se evalúan los proyectos de capital de riesgo (véase capítulo IV).

H) ESTRUCTURA DE COMISIONES DE LAS AFI IMPIDE SOLVENTAR COSTOS HUNDIDOS DE PROYECTOS DE INNOVACIÓN

Las estructuras de comisiones que hoy mantienen vigentes los FIDE (básicamente determinadas por las AFP aportantes) impiden la debida dedicación de tiempo de las AFI a los proyectos pequeños, por no serles rentables a éstas. En efecto, dado que la actual estructura de comisiones hace énfasis en el volumen de recursos administrados, cualquier costo de estudio se mide en términos de mayor o menor costo por unidad monetaria de posibles recursos administrados. Indudablemente, un proyecto de inversión en etapa más primaria requiere de un estudio más costoso. Si, además, dicho proyecto es pequeño, y si no se prevé un gran volumen futuro, el estudio puede no ser rentable para el administrador, puesto que los fondos de pensiones, o los actuales inversionistas, en general no financiarán estos costos hundidos.

2.4 RESUMEN

La sección 2.1 revisó las fallas de mercado que surgen de la naturaleza misma de la investigación y desarrollo, a saber, el hecho de que la I+D es un bien público, por lo que no es posible apropiarse privadamente de los beneficios de la I+D. Las soluciones a estos problemas dicen relación con patentes, subsidios y consorcios de investigación. El capítulo V de este trabajo explora estos temas, con énfasis en el cartel de investigación.

La sección 2.2 revisó las fallas de mercado en general de los mercados de capitales. Los problemas principales vienen dados por la naturaleza costosa de la información en los mercados financieros que surgen de las fuertes asimetrías de información entre los participantes del mercado. Por lo tanto, los problemas de monitoreo para los financistas son de gran importancia.

Tratándose de proyectos innovadores, y por lo tanto sin historia, los problemas informativos y de agencia entre los contratantes de un contrato de capital son de magnitud acrecentada. Como veremos en el capítulo IV, el desarrollo de la industria de capital de riesgo, con su particular manera de aminorar estos problemas de agencia, es una solución para obtener financiamiento de pequeños proyectos innovadores.

La sección 3.3 entrega las conclusiones de un sondeo entre actores del sistema financiero, lo que nos lleva a concluir que en Chile no existe una institucionalidad apropiada para financiar privadamente los proyectos innovadores pequeños. Dicha institucionalidad es la industria de capital de riesgo, la que no existe en Chile. Los actuales FIDE tienen políticas de inversión y de comisiones muy dominadas por las AFP. Dado que los proyectos de capital de riesgo tienen problemas de liquidez y de valoración, se hace difícil para las AFP participar en dicho sistema puesto que requieren valoraciones diarias de sus cuotas. Además, el sondeo denota desconocimiento de parte de los administradores de FIDE del know how y modus operandi de la industria de capital de riesgo.

Por otra parte, el sondeo demuestra que los bancos no pueden financiar proyectos de capital de riesgo. Nuestra interpretación es que debido principalmente a las normas de cartera y al hecho de que los bancos no tienen el modus operandi de los administradores de capital de riesgo (por ley no se pueden sentar en directorios de empresas), no están llamados a financiar proyectos innovadores de capital de riesgo.

Una importante conclusión del sondeo es que los administradores se quejan de que los proyectos fracasan por mala gestión. Esto demuestra que los problemas de agencia son de primer orden en estos proyectos. El capítulo IV de este estudio profundiza sobre la industria de capital de riesgo y la formación de este mercado.