2. MARCO CONCEPTUAL

Antes de analizar el aporte real que han hecho los Fondos Tecnológicos -a través de los proyectos que financian- al tema de las tecnologías ambientales, y a fin de detectar fortalezas y debilidades del estado actual de las capacidades tecnológicas para encarar el tema, es necesario, en primer lugar, definir y limitar el objeto principal de análisis. Es decir, reconocer - para efectos de este trabajo- qué se entenderá por medio ambiente. 

La Ley de Bases del Medio Ambiente (Ley 19.300) define medio ambiente como: "(...) el sistema global constituido por elementos naturales y artificiales de naturaleza física, química o biológica, socioculturales y sus interacciones, en permanente modificación por la acción humana o natural y que rige y condiciona la existencia y desarrollo de la vida en sus múltiples manifestaciones". 

Esta definición es bastante completa y da una cierta idea de la complejidad estructural y dinámica del tema, pero, desde el punto de vista de la operatividad, no entrega un elemento concreto sobre el que orientar el estudio. Así, teniendo a la vista el texto de la citada ley, se hizo necesario generar una definición operativa de medio ambiente en la forma de un marco concreto de análisis que facilitara la selección y sistematización del estudio. 

En ese sentido, se puede reconocer: 

a) El sistema global, que si bien desde un punto de vista teórico es la totalidad del planeta, en la práctica queda circunscrito a un área mucho más reducida, donde las acciones emprendidas producen un efecto más o menos visible: es decir, lo que usualmente se conoce como área de influencia del proyecto, que, dependiendo del tipo de proyecto o acción, puede ser un área geográfica, económica y/o política; 

b) Elementos naturales de naturaleza física, química o biológica: los llamados recursos naturales, renovables o no renovables,  son la fuente de sustento, bienestar y permanencia de las actividades humanas, y que por lo mismo, son objeto permanente de extracciones, modificaciones, alteraciones, decrementos y/o mejoras; 

c) Elementos socioculturales, que son las costumbres, procedimientos o mecanismos a través de los cuales el hombre se relaciona con los elementos naturales y consigo mismo, y que determinan las necesidades de utilización o mantención de los mismos; 

d) Elementos artificiales de naturaleza física, química o biológica ,  constituyen el producto de la transformación que los elementos socioculturales hacen de los elementos naturales; y

e) Interacciones,  entre las que se pueden reconocer diferentes niveles y alcances:

i) las que ocurren entre los elementos naturales y que constituyen los procesos ecosistémicos, mediante los cuales se logra la permanencia o evolución de los organismos, poblaciones y comunidades. 

 ii) la relación mediante la cual los elementos naturales generan bienestar en los elementos socioculturales (sombra, calor, agua, estética, etc.). 

 iii) las modificaciones que los elementos socioculturales ejercen sobre los elementos naturales a través del consumo y transformación de éstos, así como la incorporación de elementos artificiales sobre el medio natural. 

 iv) las relaciones internas de los elementos socioculturales que determinan las demandas hacia los elementos naturales y la forma de acceder a ellos (la creación del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental es un ejemplo de ello). 

Puede pensarse el medio ambiente como una serie de elementos y relaciones, originalmente naturales y luego naturales y artificiales, en permanente modificación por parte de elementos socioeconómicos que aspiran a conseguir su crecimiento y bienestar. 

Sin embargo, la posibilidad y grado de inserción de los diferentes elementos y relaciones dentro del concepto sufre variaciones más o menos marcadas según la filosofía o corriente de pensamiento de que se trate, disyunción que constituye una de las principales relaciones dentro de los elementos socioeconómicos. 

Así, por ejemplo, un segmento de la población de filosofía ambientalista dura considerará el medio ambiente exclusivamente como los elementos naturales y sus relaciones, donde el hombre sólo cabe en su rol de primitivo cazador recolector (un consumidor primario o secundario en la cadena trófica original) que actualmente se encuentra fuera del medio ambiente, por lo que las actuales intervenciones del hombre sobre el medio natural no son modificaciones, sino una eliminación del medio ambiente. 

En el extremo opuesto, y desde una filosofía ultra desarrollista, los elementos naturales son solamente la fuente generadora de bienes y la alteración de ellos o de sus relaciones constituyen el costo necesario de asumir para conseguir el bienestar humano. 

En medio de estos dos polos, existen también otras concepciones del medio ambiente. 

Con todo, la percepción general creciente es que las relaciones de los elementos socioeconómicos y sus obras (elementos artificiales) con los elementos naturales y sus relaciones sistémicas son cada día más estrechas, en el sentido que condicionan fuertemente la calidad de vida del hombre, relación que -proyectada hacia el futuro- se vislumbra aún más estrecha. Ello ha movido a los elementos socioculturales a establecer mecanismos o procedimientos tendientes a armonizar sus relaciones con el medio natural. El sólo hecho que un cuerpo legal se ocupe, entre otras cosas, de definir medio ambiente, o la creación y puesta en marcha del SEIA, son  claros ejemplos de ello. 

En definitiva, y tratándose de sistematizar el análisis del efecto que una acción o proyecto tiene sobre el medio ambiente, es necesario considerar, en primer lugar,  que el principal objetivo de la gestión ambiental, definido por los elementos socioculturales, es -como se dijo anteriormente- asegurar y elevar la calidad de vida del hombre, tendiendo a que este proceso sea de rápida y creciente generación. 

La gestión ambiental es un concepto de reciente explicitación en las políticas de públicas,  pero,  sin embargo, ha estado presente de manera implícita desde el momento en que la Constitución aborda el tema medioambiental como un deber del Estado. 

En este marco, y si bien la política ambiental no ha sido aún plasmada en un documento programático que defina objetivos, estrategias y mecanismos de gestión, los intentos de sistematización han logrado establecer ciertos principios de política que -refrendamos en la Ley 19.300 sobre Bases Generales del Medio Ambiente- se refieren a la gradualidad y el realismo con que la gestión ambiental ha de implementarse; a la prevención del deterioro ambiental; a que quien contamina paga; a la responsabilidad por el daño ambiental; a la eficiencia de la gestión ambiental del gobierno; y a la participación ciudadana. 

En la línea de estos principios, la agenda ambiental del gobierno contiene, entre otros programas, la inclusión efectiva de los componentes ambientales en los programas de actividad de los ministerios; la valorización de los recursos naturales; y la adecuación del sector industrial y de las tecnologías utilizadas de acuerdo a la demanda de los consumidores y de la ciudadanía. 

Asimismo, se han establecido bases de políticas ambientales sectoriales en el Control de la Contaminación Atmosférica; en el Uso Sustentable de los Recursos Hídricos; en el Manejo Adecuado de Residuos Sólidos; en el Uso Sustentable y la Protección de los Recursos Naturales (pesca, forestal, conservación de suelos y biodiversidad); y la Protección del Hábitat Urbano. Para el cumplimiento de los objetivos de la política, n todas y cada una de estas bases subyace -explícita o implícitamente- la colaboración entre el Estado y el sector privado, el desarrollo permanente de investigación y el mejoramiento tecnológico. 

No obstante lo anterior, la gestación de muchos de los proyectos financiados por los Fondos Tecnológicos ha ocurrido fuera de una concepción de gestión ambiental, por lo que no han incorporado la variable ambiental en sus diseños y/o ejecución. Después de la adjudicación de recursos para alrededor de mil proyectos, se hace necesario evaluar la consistencia que existe entre los tipos de proyectos desarrollados (financiados por los Fondos Tecnológicos) y las políticas públicas que se han establecido respecto del medio ambiente.