Resultados

En el Cuadro Nº1 se presentan los resultados con respecto al empleo. En relación al crecimiento de la cantidad de mano de obra, mencionaremos que Chile experimentó una tasa de crecimiento muy baja en el período 1950-73. En tanto, después de la crisis de los ochenta la incorporación de trabajadores se aceleró.

 

Cuadro Nº1

Tasa de Crecimiento del Insumo Empleo, 1950-1994

(tasa media anual de crecimiento)


Cantidad de Empleo Calidad de Empleo Empleo Aumentado (a)




1950 1973 1980 1989 1950 1973 1980 1989 1950 1973 1980 1989

73 80 89 94 73 80 89 94 73 80 89 94


Argentina 1.32 0.82 1.06 1.39 0.87 0.88 0.86 0.86 1.31 1.02 1.15 1.35

Brasil 2.90 3.01 2.11 1.54 1.33 1.83 1.27 1.28 2.53 2.90 2.03 1.69

Chile 0.55 1.85 3.17 3.10 0.93 0.99 1.05 1.05 0.68 1.70 2.53 2.49

Colombia 2.03 3.02 1.95 2.12 1.35 1.24 1.87 1.87 2.03 2.56 2.29 2.39

México 2.22 3.66 2.46 2.60 1.59 2.70 1.08 1.08 1.97 3.82 2.12 2.21

Venezuela 2.87 5.01 1.83 3.39 1.72 2.43 2.09 2.09 2.75 4.46 2.35 3.29

Promedio 1.98 2.90 2.10 2.36 1.30 1.68 1.37 1.37 1.91 2.74 2.08 2.24


Fuente: Serie A del Anexo.

Nota: (a) Corresponde a la incidencia del empleo aumentado en la tasa de crecimiento del PIB.

En el Cuadro Nº1 los incrementos en la cantidad y en la calidad del empleo han sido combinados en una tercera variable, que considera los insumos totales de empleo "aumentados". Esta variable se pondera por 0.6. En relación al efecto de la calidad del empleo, se supone que un aumento de un 1.0% en la escolaridad causa un aumento proporcional de 0.5% en la calidad del empleo.

En el Cuadro Nº2 se presentan los resultados con respecto al insumo capital. Cabe mencionar que la aplicación del método de contabilidad del crecimiento solamente es posible cuando existen estimaciones confiables de los flujos del capital físico, por ejemplo que se conozca el número de horas de maquinarias empleadas (en analogía con la estimación del empleo) en el período de referencia. Es así como la escasa disponibilidad de datos generalmente no permite efectuar dicho procedimiento, por lo que habitualmente se aplica un modelo que consiste en la estimación del stock de capital, basado en el método de inventario permanente desarrollado por Raymond Goldsmith (1951).

De esta manera se observa que Chile se ubicó entre los países con tasas de crecimiento más bajas en el período 1950-1980, en tanto, entre los años 1989 y 1994 presentó la tasa más alta.

Cuadro Nº2

Insumos de Capital, 1950-1994

(tasa promedio anual de crecimiento)


Stock de Capital Calidad de Capital Capital Aumentado (a)




1950 1973 1980 1989 1950 1973 1980 1989 1950 1973 1980 1989

73 80 89 94 73 80 89 94 73 80 89 94


Argentina 4.83 5.14 2.23 0.82 1.40 1.50 1.29 1.38 1.87 1.99 1.06 0.66

Brasil 9.43 11.21 5.37 2.33 1.52 1.36 0.80 0.70 3.29 3.77 1.85 0.91

Chile 4.44 2.56 3.61 4.67 1.17 0.86 1.04 1.49 1.68 1.03 1.40 1.85

Colombia 3.79 5.14 4.79 3.50 1.19 1.32 1.26 1.14 1.49 1.94 1.82 1.39

México 7.71 7.64 4.30 2.45 1.22 1.46 1.14 1.49 2.68 2.73 1.63 1.18

Venezuela 6.14 7.91 3.12 0.14 2.66 1.88 1.16 1.26 2.64 2.94 1.28 0.42

Promedio 6.06 6.60 3.90 2.32 1.53 1.40 1.12 1.24 2.28 2.40 1.51 1.07


Fuente: Serie A del Anexo.

Nota: (a) Corresponde a la incidencia del capital aumentado en la tasa de crecimiento del PIB.

El Cuadro Nº3 presenta una comparación entre el PIB y dos medidas de productividad total de los factores. La interpretación de la productividad total de los factores es todavía un tema de debate, siendo la primera medida mencionada la más sencilla y, aparentemente, aquélla empleada por el Ministerio de Hacienda en sus estimaciones. En tanto, se debe mencionar que la productividad total de los factores con doble aumento es una medida algo más sofisticada.

Al respecto, hay que mencionar que América Latina experimentó un cambio importante en su estrategia de desarrollo durante los años ochenta. Uno de los principales elementos de aquella nueva estrategia fue la orientación del aparato productivo hacia el mercado internacional, terminando con una larga experiencia de industrialización en base a sustitución de importaciones. El caso de Chile es mencionado cada vez más como el ejemplo de un país que ha logrado una transformación exitosa.

Una de las características más importantes de la situación actual de reestructuración es el efecto que este cambio pueda tener sobre la productividad y la competitividad latinoamericana. En contraste con los países asiáticos, donde muchos de los cambios estratégicos se efectuaron en una situación de alto crecimiento económico, en América Latina la reestructuración ha debido coexistir con situaciones de bajo dinamismo económico, incluyendo recesiones.

Cuadro Nº3

PIB y Productividad Total de los Factores 1950-1994

(tasas promedios anuales de crecimiento)


PIB Productividad Productividad

Total de los Total de los

Factores (PTF) Factores Doblemente

Aumentados (PTFA)




1950 1973 1980 1989 1950 1973 1980 1989 1950 1973 1980 1989

73 80 89 94 73 80 89 94 73 80 89 94


Argentina 3.99 3.04 -1.02 6.09 1.67 1.00 -2.32 5.02 0.73 0.02 -3.23 4.09

Brasil 6.91 7.18 2.26 0.90 2.14 1.88 -0.67 -0.81 0.88 0.37 -1.67 -1.78

Chile 3.58 2.84 2.95 6.38 1.84 0.89 0.11 3.10 0.93 0.04 -0.82 2.02

Colombia 5.12 4.97 3.31 4.27 2.77 1.62 0.58 1.93 1.61 0.48 -0.92 0.47

México 6.50 6.43 1.36 2.99 2.82 1.84 -1.30 0.70 1.50 -0.22 -2.29 -0.39

Venezuela 6.44 4.10 -0.01 3.61 2.81 -1.28 -2.04 1.51 1.40 -3.26 -3.62 -0.06

Promedio

América Latina 5.42 4.76 1.48 4.04 2.34 0.99 -0.94 1.91 1.18 -0.43 -2.09 0.73


Fuentes: Serie A del Anexo.

En el período previo a la crisis de los ochenta el esfuerzo en materia de acumulación de factores productivos de los países de América Latina fue bastante positivo, tanto en inversión como en empleo, a pesar de lo cual fue claramente inferior al esfuerzo realizado por los países asiáticos. En la productividad total de los factores (PTF), tal diferencia de desempeño es todavía más notoria. Entre 1950 y la actualidad, el crecimiento en la productividad total de los factores ha venido descendiendo en la región. Creció en un 1.18% anual entre 1950-1973; se estancó entre 1973 y 1980 (-0.43%) y cayó en un 2.09% anual en la década de los ochenta. En tanto, en el período 1989-1994 se observó una leve recuperación (0.73%).

En alguna medida Chile se distingue de la descripción anterior, en parte debido al hecho que su desempeño en el período pre-crisis fue bastante discreto. La incorporación de factores de producción, como empleo y capital, se encontraba entre los niveles más bajos de los países latinoamericanos, y representaba alrededor de la mitad de la incorporación evidenciada en los países con alta acumulación. Sin embargo, y como analizaremos más adelante, su eficiencia en el uso de los recursos, es decir el crecimiento de la producción por unidad de insumos, fue bastante razonable.

Esta evolución contrasta con la de otras regiones, como los NICs asiáticos y los países de la OCDE, donde la productividad no solamente creció más rápidamente sino que continuó creciendo, incluso en la década de los ochenta.

Más aún, en la mejor época del crecimiento de América Latina -entre 1950 y 1973-, la PTF creció la mitad de lo que ocurrió en los NICs asiáticos y los países de la OCDE. Del aumento medio de 4.3% anual en el producto de la región, entre 1950 y 1994, aproximadamente el 33% fue explicado por aumentos en la cantidad de capital físico, un 9% por mejoras tecnológicas incorporadas en el stock de capital, un 18% por mejoras en la calidad de la mano de obra (principalmente mayor educación) y un 29% por aumentos de la cantidad de empleo, en tanto sólo un 11% del aumento del PIB regional fue explicado por el progreso técnico.

Lo anterior confirma la especial importancia que tiene para el crecimiento económico de la región, políticas que fomenten una más rápida y amplia difusión tecnológica. En efecto, entre 1950 y 1994 la mejora tecnológica elevó el crecimiento del PIB de América Latina en apenas 0.6 puntos porcentuales anuales, monto que alcanzó a 2.8 puntos porcentuales en los NICs asiáticos y en la OCDE (muy superior incluso a la mejora de 1.2 puntos porcentuales anuales en nuestra mejor época, 1950-1973). Asimismo, el análisis confirma la importancia de elevar el ahorro, y con ello la formación de capital, de desarrollar el funcionamiento del mercado de capitales para asignar mejor la inversión y de incrementar la calidad de la mano de obra.

Como consecuencia de lo anterior, uno de los efectos deseables de la reestructuración es obtener mayores tasas de crecimiento del PIB y de la productividad, en particular de la productividad total de los factores. Sin embargo, hasta la fecha los resultados demuestran un crecimiento del PIB claramente inferior al histórico, mientras la productividad del empleo ha crecido a una tasa similar, o algo mayor, que en el decenio anterior a la crisis. Estas tasas son claramente inferiores a las logradas en el período 1950-1970, y es así como el conjunto de América Latina presenta, actualmente, un nivel de productividad del empleo similar al alcanzado en 1950, el que se sitúa en alrededor del 30% del de los EE.UU.. Hay que señalar que en el mismo lapso los NIC's asiáticos triplicaron su nivel de productividad en comparación con EE.UU..

Los niveles de productividad todavía se ven afectados por los bajos niveles de inversión y de demanda interna, en tanto, en escenarios de mayor inversión se puede esperar aumentos en la tasa de crecimiento del producto y en la productividad total de los factores. Es así como recién en una situación de relativa normalidad de incremento de los factores, produciendo cerca de la frontera de producción, se pueden evaluar los efectos de la reestructuración sobre la productividad total de los factores y, por ende, sobre las mejoras de la eficiencia del proceso productivo.

Es importante destacar la diferencia entre la generación y la incorporación (difusión) del progreso tecnológico, aunque ambos pueden tener efectos similares en el proceso productivo. Por otro lado, todavía existe un amplio espacio en América Latina para aprovechar la brecha tecnológica existente en relación con los países líderes, a través de la incorporación de tecnología, ya sea en el capital físico o en forma blanda a través de mejoras organizativas.

Para aquellos procesos de producción que se encuentran a cierta distancia de la frontera tecnológica, existe la posibilidad de aumentar la productividad total de los factores a través de la incorporación de la tecnología existente, siendo este proceso denominado "catching-up". Es así como en los países que no están en la frontera tecnológica, el aumento de la productividad de los factores se puede lograr mediante el progreso técnico genuino o la incorporación de tecnologías existentes. Cabe mencionar que existe una importante cantidad de literatura sobre los procesos de catching-up y la correlación existente con el progreso técnico auténtico.

Los factores de producción, aunque aumentados, explican normalmente sólo parte del crecimiento económico y es importante incluir otras fuerzas explicativas para llegar a niveles más aceptables de interpretación. Debido a lo anterior, a continuación se incluyen 3 factores adicionales en el análisis.

El primero es el cambio estructural que refleja el desplazamiento del empleo de bajo rendimiento o de sectores menos dinámicos a sectores más dinámicos. Maddison (1991) indica que los cambios estructurales reflejan dos fuerzas básicas que han actuado en todos los países cuando ellos, sucesivamente, alcanzan niveles más elevados de renta real y productividad. La primera de dichas fuerzas es la elasticidad de la demanda de determinados productos, donde se ha reducido la participación relativa de los productos agrícolas en el consumo, al mismo tiempo que ha aumentado la de la industria y aquella de los servicios. La segunda fuerza básica ha sido el ritmo diferencial de avance tecnológico entre sectores. En el Cuadro Nº4 estos cambios se reflejan en la distribución en el tiempo de la fuerza laboral.

En el año 1950 el 50% de la población económicamente activa de América Latina se desempeñaba en la agricultura, en tanto en el año 1990 sólo lo hacía un 23%. El sector secundario se mantuvo relativamente estable, mientras que la participación de los servicios (sector terciario) subió de un 26% en 1950 a un 48% en 1990. En el caso de Chile la participación del empleo en el sector agrícola en 1950 fue más baja (32%) que el promedio de América Latina, en tanto la participación de los servicios fue más alta. En tanto, en 1990 la participación de la agricultura en Chile representaba tan sólo un 16% y la de servicios un 60%.

Cuadro Nº4

América Latina: Estructura Productiva, 1950-1990

(fuerza laboral sectorial como % del total)


Primaria Minería Secundaria Terciaria

1950 48 2 24 26

1973 31 1 30 38

1980 26 1 32 42

1990 23 1 28 48


Fuente: Anexo C de Hofman (1996).

Un segundo factor es el impacto de la difusión de tecnología (catch-up). Sin embargo, la tecnología creada en la frontera no puede ser copiada con facilidad. Su asimilación y explotación lleva consigo muchas innovaciones y adaptaciones, implica también aprender practicando, al mismo tiempo que se debe considerar que la transferencia de conocimientos técnicos no ocurre a cero costos.

El tercer factor está relacionado con el comercio exterior, e implica beneficios derivados de las economías de escala y de especialización. Maddison (1991) estima que la expansión del comercio exterior (tasa porcentual), ponderada por su participación en el PIB y posteriormente por un factor de 15%, explica en definitiva el aporte del comercio internacional en el creciminto del PIB.

Un elemento que destaca en el Cuadro Nº5 es la creciente importancia del efecto comercio en los países estudiados, sobre todo en el caso de Chile. A lo anterior hay que añadir que para Chile, dicho efecto también fue significativo en el período 1973-1980.

En la literatura de contabilidad del crecimiento no se ha resuelto satisfactoriamente el problema metodológico de la contribución de los recursos naturales al crecimiento económico. En el caso de Chile se puede verificar que gran parte del acelerado crecimiento de los últimos años se sitúa en sectores altamente intensivos en recursos naturales y, sin llegar al pesimismo pronosticado por el "Club de Roma", es importante destacar que este crecimiento puede tener ciertas limitantes.

En la nota metodológica (anexo) se presenta un ejercicio de sensibilidad del crecimiento, usando como proxy para internalizar el impacto de los recursos naturales las exportaciones totales. Medido así, las recursos naturales tienen una importante incidencia en el crecimiento. En el caso de Chile se observa (ver serie "C" en el Anexo) que este factor explica entre el 15% y 20% del crecimiento. Este dato confirma el resultado presentado en el Cuadro Nº5 donde el rol creciente del sector exportador en Chile y en el resto de América Latina fue medido como efecto de comercio exterior.

Cuadro Nº5

"Explicaciones del Crecimiento Económico, 1950-1994" ?)

(tasas promedios anuales y porcentajes de contribución al crecimiento del PIB)


1950 1973 1980 1989 1950 1973 1980 1989 1950 1973 1980 1989

73 80 89 94 73 80 89 94 73 80 89 94

Argentina Brasil Chile

PIB 3.99 3.04 -1.02 6.09 6.91 7.18 2.26 0.90 3.58 2.84 2.95 6.38

Insumos de factores

aumentados 3.26 3.02 2.19 2.01 6.03 6.79 3.88 2.60 2.65 2.80 3.93 4.34

% Explicado 82 99 ... 33 87 95 172 ... 74 99 133 68

Efecto estructural 0.29 0.05 0.15 0.35 1.25 1.57 0.23 0.20 0.34 0.48 0.10 0.12

Efecto "Catch-up" -.04 0.05 -.10 0.27 0.29 0.18 -.16 0.05 0.09 0.05 0.10 0.25

Efecto comercio 0.06 0.08 0.13 0.37 0.16 0.17 0.26 0.25 0.08 0.61 0.50 0.79

Total Explicado 3.57 3.20 2.37 3.00 7.73 8.71 4.21 3.10 3.16 3.94 4.63 5.50

Residual

No explicado 0.42 -.16 -3.39 3.09 -.82 -1.53 -1.95 -2.20 0.42 -1.10 -1.68 0.88

% Explicado 89 105 ... 49 112 121 186 ... 88 139 157 86


Colombia México Venezuela

PIB 5.12 4.97 3.31 4.27 6.50 6.43 1.36 2.99 6.44 4.10 -.01 3.61

Insumos de factores

aumentados 3.51 4.49 4.09 3.78 5.00 6.65 3.75 3.39 5.04 7.36 3.63 3.71

% Explicado 69 90 124 89 77 103 ... 113 78 180 ... 103

Efecto estructural 0.78 0.48 0.07 0.20 1.18 0.15 0.68 0.24 -.63 -1.19 0.20 0.10

Efecto "Catch-up" 0.15 0.13 -.04 0.10 0.30 0.20 -.13 0.05 0.23 -.10 -.12 0.05

Efecto comercio 0.12 0.13 0.21 0.51 0.12 0.51 0.46 0.35 0.10 -.57 0.02 0.52

Total Explicado 4.56 5.23 4.33 4.59 6.60 7.51 4.76 4.03 4.74 5.50 3.73 4.38

Residual

No explicado 0.56 -.26 -1.02 -.32 -.10 -1.08 -3.4 -1.04 1.70 -1.40 -3.74 -.77

% Explicado 89 105 131 107 102 117 ... 135 74 134 ... 121


... niveles extremos de sobreexplicación.

?) estimaciones preliminares.

Fuente: Hofman (1996).

Actualización al año 1994 de la Base de Datos para Chile

En el Anexo de este trabajo se presenta una base de datos para Chile actualizada hasta el año 1994. Esta base consiste en las series anuales de Producto Interno Bruto (PIB) en pesos constantes de 1980 y en dólares constantes de 1980. Con la serie de población disponible se genera una serie de PIB per cápita que posibilita una comparación del desempeño de Chile en relación a los demás países de América Latina.

En las Tablas Nº2 y Nº3 del Anexo B se presentan las estimaciones de la formación bruta de capital fijo de los componentes del stock de capital para el período 1950-1994, que son las series básicas para las estimaciones del stock de capital. Las estimaciones de esta última serie se presentan en pesos chilenos y en dólares internacionales, ambas series en precios constantes de 1980.

El stock de capital se encuentra desagregado en maquinarias y equipos, construcción no residencial y viviendas. Se calcula también un stock de capital bruto y un stock de capital neto. Además, se presentan estimaciones de la edad promedio y de la vida útil promedio del stock de capital. Todo lo anterior con el objeto de estimar las relaciones capital-producto.