La gestión de la salud en Chile ha desarrollado importantes innovaciones que son destacables a nivel mundial. La más relevante, en mi opinión, es la creación del sistema de Isapres, que dio acceso a la salud a través de la libre elección de prestadores, y que, finalmente, derivó en el sistema estatal-privado con el que contamos hoy en día.
En esta era, en especial para la salud, la dinámica de los mercados conducida por la conectividad, la tecnología, la convergencia de las industrias (computación, telecomunicaciones, electrónica de consumo y contenido) y el activismo de los consumidores, crearán una necesidad de cambio permanente para poder generar valor para los hospitales, clínicas y sus clientes.

El poder de la innovación en salud

Desde un punto más exhaustivo y específico, el poder de la innovación en salud se manifiesta de manera más destacada en el MRI o resonador magnético y en la tomografía computacional asistida. La lista sigue con el tratamiento de hipertensión y falla cardíaca congestiva (Inhibidores ACE (Angiotensin-Converting Enzyme), angiografía de globo, estatinas (control colesterol) y Mamografías.

Además de las innovaciones anteriormente mencionadas, también se emplean otras nuevas tecnologías en la operación diaria, de acuerdo a las características propias de cada institución. Ahí nos encontramos con Procedimientos de cirugía mínimamente invasivas, centros integrados enfocados a cuidado de enfermos crónicos y medicina personalizada.
Para innovar en la gestión de instituciones y poder mejorar la atención a pacientes, el experto en innovación, Clayton Christensen sugiere utilizar tres modelos de negocios:

I.Hospitales generales y consultas especializadas.
Diagnostican y resuelven problemas no estructurados, entregando valor a sus pacientes a través de expertos, de su intuición, experiencia y habilidades de solución de problemas de salud.

II.Formatos especializados.
Orientados a hacerse cargo de procedimientos y tratamientos médicos requeridos por el paciente después de su diagnóstico, en “fábricas” especializadas (diabéticos; asmáticos, enfermos cardíacos; reparación de hernias; angioplastia; cirugía láser ocular).

III.Redes facilitadoras
Apoyan el cuidado de condiciones crónicas orientadas a proveer información y cambiar la conducta del paciente para un mejor bienestar del mismo. Operan en base a redes que unen a los profesionales, y se organizan alrededor de los pacientes y las familias, facilitando el acceso a la información, discutir temas respecto a las dosis en drogas y efectos adversos, nuevas drogas y clinical trials y referenciar en base a resultados obtenidos.

Muchos de los elementos de estos modelos de negocio se han intentado, pero se ha perdido la batalla al tratar de cambiar el sistema desde adentro (el dilema del innovador). Sin embargo, de no hacer lo anterior, estaremos dejando todo el cuidado en el ámbito de la medicina intuitiva. ¿Será esto por el bien del paciente?