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Todo por el salmón

Stiven Kerestegian (35), egresado de la Academia de Arte de San Francisco, California y diseñador industrial, se ha enfocado y dedicado en los últimos ocho años al área de la tecnología de innovación, así como también al diseño y desarrollo sustentable.

¿Cuántos años tiene este proyecto?
 
Este proyecto va en su tercer año. El primero fue el esfuerzo y tiempo que poníamos los socios durante la noche para avanzar, pero si hablamos de tiempo financiado y con algún feedback de mercado, hace más o menos dos años.
 
¿Cuántas personas conformaron el equipo en sus inicios?
 
Al comenzar identificamos la posibilidad de utilizar el cuero de salmón y su potencial. Luego verificamos las áreas de experticia que necesitábamos. Y fue allí donde identifique, entre amigos y gente conocida relacionada con el rubro, a las personas idóneas que podían ayudarnos en cada área específica. Les hice una oferta en porcentajes para que participaran de esta compañía y de esto se sumaron cinco personas: un director comercial, un productor, un publicista, un director creativo y un experto en marketing online (multimedia y web). Actualmente, nuestro equipo sigue siendo pequeño.
 
¿Por qué consideras que tu caso es innovador?
 
En Chile la industria del cuero es pequeña, pero esto no le resta importancia. Existen algunas curtiembres que llevan años funcionando, pero no se ha innovado. Eso es lo que estamos haciendo con la utilización de este material que nunca antes se había pensado usar. Hay  varios proyectos financiados por Corfo dentro del área del cuero de salmón que han sido enfocados en desarrollar productos como billeteras o carteras.
 
Respecto a la calidad del cuero de salmón. ¿Es igual o superior a los otros cueros que tradicionalmente se utilizan en la fabricación de productos de vestir?
 
El 99% de la composición química del cuero, ya sea de chacho, salmó o vaca, es igual, por lo que no hay hay mucha diferencia en las pieles. Sí hay diferencias importantes en la estética, textura y grosor: el salmón es, fuera de sus cualidades estéticas, muy resistente y flexible. En algunas pruebas demuestra ser más resistente que el de vacuno y se podría comparar con el chancho. Si hablamos de sus cualidades dinámicas son buenas, superiores y únicas en el cuero de salmón, especialmente por su flexibilidad. Esto que es muy útil para saber dónde queremos llegar en el futuro, hablando de implementos más "tecnológicos", como por ejemplo, guantes de deporte. También puede curtirse para alcanzar grosores desde medio milímetro hasta un milímetro y medio, lo que lo hace bastante útil y versátil al utilizarlo para la fabricación de algún producto.
 
¿Cómo lograron financiar el proyecto en sus inicios?
 
Fue un poco de todo, ya que tienes que hacer lo imposible para conseguir los fondos. Claramente los socios que integraron el equipo pusieron un capital inicial, después, tuvimos otro socio inversionista que se sumó que agregó un capital más o menos importante. Pero en realidad, el 60% ó 70% de los fondos y de toda la inversión que hemos hecho la hemos obtenido a través de fondos públicos. Podría mencionar Capital Semilla 1 (2007), Capital Semilla 2 (2007), Apoyo a la protección intelectual (2008) y Sercotec.
 
En 2009 lanzamos nuestro producto en una feria muy prestigiosa llamada 100% Design Show en Londres. Fuimos los primeros chilenos en ser aceptados y ahí obtuvimos un premio de mejor uso de material. Ese mismo año ganamos el premio Chile Diseño, el único y más importante reconocimiento al alto diseño de productos reconocido por el Qvid (Asociación Chilena de Empresas de Diseño). Bueno, y ahora con el primer lugar obtenido en el Primer Concurso de Casos de Innovación con ustedes.
 
¿Cuáles son las fortalezas del producto?
 
Nuestro perfil es de diseño y desarrollo sustentable: el balance entre lo económico, ecológico y social, que es la misión de nuestra compañía y lo que nos destaca y es nuestra fortaleza.
 
Desde un principio estábamos enfocados al desarrollo sustentable, que significa que todo lo que hacemos no tiene como meta única su viabilidad económica, sino que además tiene que ser ecológicamente posible, pues para que nosotros consideremos algún producto, cualquiera que desarrollemos, debe cumplir con ese balance. Para muchos economistas este requisito es visto como una mochila que nos pueden acarrear ciertas barreras. Sin embargo, tenemos la experiencia contraria, ya que esto nos ha abierto las puertas.
 
¿Cuál es el perfil social que buscan?

Tenemos una relación con todos los trabajadores y artesanos que se considera justa, ya que no le pagamos el sueldo mínimo, sino lo que ellos consideren por cada producto. Por ejemplo, el producto que estamos desarrollando es el Chilote Shoes (ganador del premio Chile Diseño), es de lana que tiene una suela de cuero de salmón, que aparte de ser muy cómodo para usarlo dentro de casa, es muy bonito.

El proceso de producción de este producto es lo interesante: organizamos a grupos de artesanas mujeres de Chiloé y Puerto Montt y les entregamos una especificación del zapatito de lana, que es tejido con lana chilota y patagónica. Ellas se organizan al ritmo que estimen conveniente, trabajando desde su propia casa y una vez al mes y a través de la líder le compramos los productos sin negociar su precio, sino que pagando por cada zapato lo que cuesta (sin comprar al por mayor). Este no es un proceso industrial y, siendo sincero, nos cuesta encontrar un nombre que lo defina, pues es una producción en donde todos ganan.
 
¿Los costos de producción son muy altos en comparación con el tratamiento de otras pieles de la industria?
 
Aspiramos a desarrollar la primera curtiembre ecológica sin el uso del cromo, es decir, que el agua que entra y sale es limpia. Para llegar hoy a esa meta debemos tener cierto financiamiento y demanda, y eso es a lo que apostamos para el futuro.