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Innovación en Chile

Destacan atractivo y desafío de los clusters de servicios globales

Miércoles 02 diciembre 2009
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El director del MBA de la Universidad Gabriela Mistral, Jaime Retamal, destaca en el Diario Financiero la importancia de esta nueva forma de hacer negocios en Chile.

El dinamismo del crecimiento de la industria de servicios globales mundial es un fenómeno económico difícil de encontrar en otras industrias. En efecto, con tasas de crecimiento de 40% anual, se espera que alcance los US$ 281 mil millones en 2010, desde los US$ 65 mil millones de 2006.

En este contexto, estudios de diferentes instituciones donde destacan las consultoras AT Kearney y Boston Consulting Group, han concluido que Chile aparece con ventajas competitivas para desarrollar centros de servicios globales. Las principales fortalezas provienen, como siempre, en primer lugar de la estabilidad macroeconómica, transparencia institucional y sofisticación de mercados. En segundo lugar, Chile posee una infraestructura y telecomunicaciones de clase mundial. La tercera ventaja es que existen recursos humanos técnicamente calificados en términos relativos y finalmente, la economía en general ofrece una competitividad destacable. Sin embargo, existen debilidades que provienen en gran medida de deficiencias en el dominio del inglés, también hay déficit prácticos asociados a las profesiones y, se nota falta de habilidades interpersonales para el trabajo en equipos multidisciplinarios y multiculturales, es decir, las llamadas habilidades blandas.

Cabe preguntarse, entonces, ¿lograremos cerrar estas brechas de competencias a tiempo para llegar a ser un jugador destacado en esta industria?

Si bien el optimismo es esencial en la vida y por cierto en el mundo de los negocios, es conveniente reconocer que las debilidades antes descritas son endémicas en nuestro país. Aparecen en todos los estudios de competitividad y lamentablemente parecen ser heredadas de generación en generación. Si bien somos capaces de formar profesionales de excelencia técnica, a la hora de evaluar las habilidades interpersonales se obtienen resultados muy insuficientes.

Nuestra homogeneidad cultural no ayuda cuando es necesario trabajar con equipos multiculturales, lo que se ve agravado por el hecho que Chile no cuenta con demasiados profesionales con experiencias fuera de sus fronteras. En relación a otros países de América Latina, las multinacionales se topan con la enorme dificultad de atraer a profesionales chilenos para llevarlos a otras filiales. Si bien se podrá argumentar que para esto hay variadas y muy buenas explicaciones, como la larga estabilidad económica del país que ofrece oportunidades profesionales atractivas, buena calidad de vida en general, apegos familiares, etc., el hecho concreto es que en términos generales, para el profesional chileno no es natural desempeñarse en ambientes y prácticas distintas a las conocidas.

Es por todo lo anterior que el esfuerzo que hay que realizar es de gran envergadura y si bien un mínimo de optimismo y confianza en nuestras capacidades como país debería llevar a pensar que es posible, minimizarlo sería un gran error. Hay que reconocer que existen esfuerzos importantes en el ámbito público a través de Corfo, donde se están abordando muchas de estas brechas para reducirlas. Sin embargo, una solución más integral y definitiva pasa por repensar el tipo de profesionales que queremos formar. Es aquí donde las universidades tienen un rol ineludible en rediseñar tanto sus mallas académicas como métodos de enseñanza para así formar profesionales idóneos para los desafíos profesionales actuales.

Fuente: Diario Financiero