Una mirada a este fenómeno:

Descubra los alcances de la innovación disruptiva

Muy asociada a los bruscos cambios tecnológicos de los últimos años, la innovación disruptiva se asoma con fuerza y emerge como una herramienta cada vez más considerada por las empresas que desarrollan nuevos productos y buscan satisfacer las necesidades de exigentes clientes. Actualmente constituye una real necesidad para algunos rubros productivos.

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Xavier Marcet: “La innovación disruptiva sirve mejor a las empresas que estén perdiendo participación en el mercado en poco tiempo o aquellas que vayan perdiendo la batalla de la innovación contra la competencia y requieran un golpe de timón importante”.

Si entendemos la innovación disruptiva como un producto, servicio o modelo de negocio explotado exitosamente, que es capaz de transformar las demandas y necesidades de parte del mercado y que puede, a veces, eliminar a los competidores del negocio, estamos en presencia de un agente transformador de primera relevancia, al que hay que tener siempre presente. Ejemplos mundiales sobran: la irrupción del formato de audio mp3 que casi borra del mercado disqueros los clásicos disco compactos o los computadores personales que en sólo unos pocos años, hicieron de las máquinas de escribir unas verdaderas antigüedades. Y muchos más.

El término Innovación Disruptiva fue introducido por Clayton Christensen, profesor de la Harvard Business School, para diferenciarla de la innovación incremental, considerada históricamente como la respuesta natural a la entrada de nuevos competidores al mercado. Para este afamado académico, considerado el gurú de la innovación disruptiva, el problema que tenía la innovación incremental es que solía traer consigo un importante alza de los costos y una progresiva disminución de la percepción de incremento de valor por parte del cliente. Ante ello, Christensen propone la innovación disruptiva como una buena estrategia que trae aparejada una importante mejora en la percepción de valor por parte del mercado.

El presidente del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad (CNIC), Fernando Flores, en su blog, explica que las innovaciones disruptivas, normalmente, son menos eficientes inicialmente para los nichos establecidos de clientes de la práctica anterior, pero que resultan muy competitivas para clientes que están abiertos a una nueva oferta de menores costos, aunque tengan deficiencias respecto de la práctica anterior. Cuenta que los primeros programas de procesamiento de palabras o eran muy caros con sus sofisticaciones o llegaron de la mano de los primeros microcomputadores, siendo muy apetecibles por todos aquellos que no podían darse el lujo de tener una secretaria, como eran profesores, estudiantes graduados y muy pocos clientes industriales originalmente, en los albores de los 80. “Recién, tres a cuatro generaciones de softwares después, en 1985, se empieza a consolidar el desplazamiento de la máquina de escribir. Con ello, no sólo se había producido algo más barato y flexible, sino que se crearon oportunidades enormes para fabricantes de discos, memorias e impresoras. Algo inimaginable inicialmente”, revela.

En este escenario, los especialistas coinciden en el fundamental papel que juegan los denominados “no clientes”, que, por ejemplo, en el caso de la máquina de escribir, corresponde a aquellas personas que no habían sentido la necesidad de tenerla, pero, aparecidos los computadores personales, adquieren de inmediato la necesidad de utilizarlos, situación que abre la puerta a que asimilen también nuevos hábitos derivados de la tecnología absorbida. En el caso de los computadores, el uso de impresoras, escáner, diversos programas, correos electrónicos, entre otros.

El momento adecuado
Marcelo Díaz, presidente de IncubaUC cree que este tipo de innovación va más allá de la innovación de la gestión diaria, porque se trata de una forma de innovar que genera grandes cambios, ya sea en la forma de operar de la empresa o incluso puede afectar la misión y visión de ésta. “Es una jugada riesgosa que no siempre rinde frutos pero que puede ser extremadamente rentable”, dice. Además, estima que muchas veces las empresas sólo necesitan innovar dentro de sus procesos, y que ser eficaces y eficientes no les es suficiente para mantenerse en contante mejoramiento ante el mercado. Por eso cree que la innovación disruptiva no se busca, sino se encuentra gracias a la innovación abierta. Estima Díaz que este tipo de innovación va mas allá de la innovación de la gestión diaria porque “genera grandes cambios, ya sea en la forma de operar de la empresa o incluso puede afectar la misión y visión de esta. Es una jugada riesgosa que pocas veces rinde frutos pero puede ser extremadamente rentable”.

A su vez, el experto español Xavier Marcet revela a Innovación.cl que a las empresas que mejor les acomoda la innovación disruptiva es a aquellas que vean que están perdiendo participación importante en el mercado en poco tiempo, o las que constaten que van perdiendo la batalla de la innovación contra la competencia y requieran un golpe de timón importante. “Sin duda a los que no tienen nada que perder con un modelo establecido”, dice. Advierte eso si, que los mayores peligros para ésta radica en el mal gasto de recursos que pueda hacer en una innovación extremadamente riesgosa que, finalmente, no traiga beneficios. “La innovación disruptiva rompe las reglas de un mercado, por lo que es difícil de planificar. Por eso, es importante estar abierto a posibilidades no escritas y no pensadas de hacer cosas radicalmente distintas, ya sea porque una tecnología o un modelo de negocio así lo permiten. Es radicalmente distinto mirar la innovación disruptiva desde el incumbente establecido que desde la Start-up que quiere crecer desde nuevos axiomas”, explica.

El consultor español piensa que la innovación disruptiva crece alrededor de las empresas grandes sin que éstas se den cuenta. Por eso cree que los ejecutivos inteligentes son aquellos que desarrollan una habilidad especial para descubrir potenciales disrupciones.

Entretanto, Javier Salcedo, gerente del Club de Innovación, piensa que la innovación disruptiva se trata de hacer algo que antes no existía y que es capaz de romper esquemas en el mercado. En este contexto, explica que en el entorno de los emprendedores es donde se da una gran cantidad de innovadores disruptivos. “Ellos, generalmente están dispuestos a correr riesgos que las empresas más tradicionales no están dispuestas a asumir, lo que les permite llegar a soluciones más innovadoras”, precisa. Para ello, explica que primero es necesario detectar los problemas que se quieren corregir, analizar las soluciones posibles y ver qué espacios hay disponibles para innovar. “Se trata de un proceso de mucha iteración, pero que no les resulta fácil a las empresas, porque tienden a ir a pasos más lentos de lo que avanzan las tecnologías”.

Conscientes de esta situación, el Club de Innovación está empeñado en que las empresas asociadas a éste, vayan incorporando, cada vez más la innovación y estén en posición de generar fondos de inversión para promover proyectos innovadores, muchos de ellos de carácter disruptivo, tal como ocurre en los países más desarrollados. “En Estados Unidos, muchas de las grandes empresas, como Google, Facebook o Microsoft, fueron Start-up hace poco tiempo, entonces conocen de cerca de qué se trata esto de las innovaciones que rompen con los esquemas y están abiertas a acoger ideas y proyectos disruptivos”, señala Salcedo.

La disruptiva movilidad eléctrica
Jean Paul Zalaquett, gerente de Innovación y Sostenibilidad en Chilectra, desde el ámbito de su industria, piensa que la movilidad eléctrica supone un importante caso de innovación disruptiva, que podría traer importantes cambios en el mercado de los automóviles. “Hoy nos enfrentamos a escenarios, claramente disruptivos. Y en este contexto, la movilidad eléctrica puede ser, perfectamente, una innovación disruptiva. La diferencia entre un auto convencional y uno eléctrico es gigantesca. En lo único que se parecen en que transportan gente y se mueven, pero detrás de cada uno de ellos, hay un mundo de distancia”, asegura.

Mirando en proyección el tema, Zalaquett cree que las disrupciones tienen sus efectos en plazos mucho más largos que el origen de los mismos. “Los smartphones existían mucho antes de la aparición del iPhone, pero sólo con la aparición de esta generación de aparatos es que se produjo el punto de inflexión entre una época y otra. Ejemplo que se emparenta al que ilustra Xavier Marcet, quien señala el caso de Skype, plataforma que cuando aparece, no fue tomada en cuenta por las grandes empresas de telecomunicaciones, pero con el paso del tiempo se convirtió en un referente en las comunicaciones.

Como dice el experto español en relación a la innovación, “el mayor riesgo de una compañía es no innovar, blindarse en su nicho o ser prisionero permanente de sus éxitos interiores”.

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