Una herramienta de apoyo al emprendedor:

¿Cuáles son los beneficios de tener un mentor?

En los últimos años se han hecho muy recurrentes los trabajos de “mentoreo”, como parte del proceso para desarrollar emprendimientos en etapas tempranas. Un espacio de encuentro e interacción entre “mentor” y “mentoreado” del que suelen surgir buenas ideas para los proyectos. Pero, ¿qué se entiende realmente por este proceso y cuáles son sus reales proyecciones?

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Marcelo Díaz: "La gran diferencia entre un trabajo profesional de mentoreo con una entretenida y animada conversación de amigos es que el mentor es un profesional que conoce su ámbito de acción y que no tiene relación anterior con la persona ni la empresa asesorada" .

Los entendidos en la materia coinciden en que el mentoreo se trata de encuentros organizados entre un profesional experto en una materia determinada (el mentor) y alguien que necesita que le enseñen ciertas habilidades y conocimientos para llevar adelante el proyecto. Esto, en un contexto donde se entiende que no siempre el emprendedor posee todas las competencias y destrezas que le permitan hacer escalar el proyecto, por muy buena que sea la idea y cuente con los recursos para llevarlo adelante.

Por medio de esta conversación, el mentor pone a disposición del seguidor sus conocimientos y traspasa su experiencia con el objetivo de instruirlo, guiarlo y ayudarle en su carrera profesional o emprendimiento y a que éstos, mediante una relación de confianza y cercanía, potencien y mejoren sus capacidades. Generalmente en esta instancia los líderes traspasan sus conocimientos y logros personales, de manera que los seguidores vean un camino posible para empezar su propio camino de liderazgo y éxito.

Marcelo Díaz, presidente de Incuba UC, cuenta a Innovacion.cl que el trabajo que realizan los mentores resulta fundamental para desarrollar los emprendimientos porque, más importante que conseguir financiamiento, lo que hace la diferencia es la calidad de los mentores y la red de contactos que se pueda generar a través del mentoreo. Asegura que para conseguir óptimos resultados es indispensable la existencia de una buena retroalimentación entre ambas direcciones y una química. “El mentor participa porque le gusta apoyar a alguien que está comenzando, igual como él partió en algún momento. Estos personajes son capaces de ver mejor las posibilidades de negocio, aconsejar y analizar la diferenciación que puede tener un negocio con sus competidores, el modelo de negocio a adoptar. Y a su vez, el emprendedor es lo suficientemente humilde para ponerse en la posición de alguien que sabe que tiene muchas cosas por aprender”.

Díaz, que también es presidente de Chile Incuba, piensa que la labor de las mentorías es importante porque se trata de espacios donde los expertos, al compartir sus conocimientos y ricas experiencias, automáticamente se validan ante sus interlocutores y como dominadores de sus áreas de mentoreo, lo que les da un plus y un reconocimiento dentro del ecosistema emprendedor. “Por ejemplo, en Incuba UC tenemos mentores tecnológicos, que conocen el particular lenguaje de esta área, otros expertos en otras materias específicas, además de mentores capacitados para apoyar en temáticas más generales, que pueden apoyar con buenas ideas para el desarrollo del negocio”, cuenta el presidente de Incuba UC.

Asimismo, Marcelo Díaz cuenta que si los emprendimientos y las ideas son buenas, la dinámica que se va a generar va a ser muy rica y entretenida. En cambio, si alguna de las dos partes no son buenas ni tienen una buena actitud, difícilmente sea positivo el resultado final. “Esto es una relación y para que funcione, ambas partes deben aportar”, dice.

Seguridad y visión estratégica
Andrés Donoso, creador de Cabo de Hornos, empresa que desarrolla diversos implementos de ropa de cama, como sábanas, almohadas y plumones, tenía claro que necesitaba alguien que le ayudara a darle un salto al emprendimiento. Su idea nació a partir de la crianza de gansos en un campo familiar, de donde plumones y almohadas surgieron como sus principales líneas de productos, para luego pasar a otros en los que destacan las sábanas finas de alto hilaje. Explica que tomar el camino del mentoreo, a través de Red de Mentores, le permitió hacer una revisión crítica del desarrollo de la empresa, además de tener un referente autorizado con quien discutir y proyectar los pasos futuros. “Este mentoreo me dio seguridad en lo que había hecho antes y en la toma de decisiones estratégicas a futuro, lo que me ayuda a evitar tener que estar repensando constantemente y enfocar las energías con mayor fuerza en la ejecución”, explica.

El ejecutivo cuenta que ser mentoreado le permitió ver el futuro de un modo diferente. “Creemos más en el valor de las ideas y en nuestra capacidad para alcanzar las metas que nos hemos propuesto. La clave en todo este proceso ha sido atreverse, perseverar y profundizar al máximo los temas productivos y estratégicos”. Estima el creador de Cabo de Hornos que la mentoría sólo le trajo beneficios y que los únicos problemas que le tocó enfrentar se relacionaron con intentar aplicar los consejos en la empresa cuando muchas veces no estaban los medios para hacerlo, o cuando se dio cuenta que estaba mal enfocado en el negocio, situaciones en las que la propia mentoría le ayudó a corregir. “En mi caso, el trabajo hecho con el mentor Javier Martínez me permitió ampliar la mirada al modo de administrar una gran compañía, a formar criterio para el equilibrio de las partidas y a tener nociones claras de los valores críticos, mínimos y óptimos en que una empresa debe desenvolverse“.

Similar es el caso de Oriana Ponzini, dueña de Opiluminación, oficina de proyectos de iluminación arquitectónica, que llevan adelante iniciativas en diversas áreas de la arquitectura. Cuenta Oriana que si bien lleva 25 años trabajando en forma independiente y conoce los riesgos del emprendimiento, se decidió a ser mentoreada por la necesidad de evaluar qué proyecto dentro de sus ideas era el más rentable y para conocer sus fortalezas y debilidades. Asimismo, revela que su mentor la guió también en temas administrativos, controles de ingresos y gastos, además de mostrarle la posición de la empresa dentro del mercado. Trabajo que, al parecer rindió frutos, pues a pesar de la crisis económica externa, la empresa, en la que trabajan ocho personas, el año pasado creció un 15%. Éxito que se sustenta, entre otros factores, en lo aprendido en el mentoreo, de cuyo aprendizaje, explica Oriana, se sacaron importantes lecciones.

La bicicleta mentoreada
Antes de proyectar el negocio como en la actualidad, Joel Martínez era -y sigue siendo- un apasionado de las bicicletas y siempre con la inquietud de desarrollar un proyecto relacionado con este medio de transporte, pero que fuera sustentable y capaz de entregar una atractiva e innovadora oferta turística.

Hoy, su emprendimiento La Bicicleta Verde se ha posicionado como un importante operador de turismo sustentable, que realiza city tours en bicicleta por Santiago, y por viñedos del Maipo Alto y Casablanca. Pero este transitar no ha sido fácil y ha requerido de ayuda externa, materializada en la presencia de un mentor: Juan Carlos Altmann, quien a juicio del emprendedor, realizó una espléndida labor. Cuenta Joel que iniciar la ruta del mentoreo se debió, básicamente “a tener la posibilidad de compartir el día a día, los medianos y largos plazos con alguien que aportara una visión distinta y que tuviera mayor experiencia”.

Este emprendedor revela que el mayor aporte que le brindó Altmann se relaciona con la entrega de una visión estratégica para expandir el negocio. “Ideas surgidas al calor de ricas y animadas conversaciones entre ambas partes. Interacción que resultó vital para la proyección y despegue de la empresa”. Camino que aconseja a ojos cerrados y que para él marcó un antes y un después.

El fundador de La Bicicleta Verde cuenta también que para ganar el sitial que tienen hoy, con ampliación de la flota, presencia en las regiones Metropolitana y de Valparaíso y estar trabajando junto a destacadas aerolíneas en sus actividades corporativas, el trabajo del mentoreo fue fundamental. Labor marca una importante diferencia para alguien que no tiene todos los conocimientos ni las competencias que permitan escalar un negocio. Éste u otro”, señala.

Para Marcelo Díaz, los ejemplos de mentoreo son claras muestras de la diferencia y alcances que tienen estas instancias de encuentro, en las que, a su juicio, nuestro país está en una buena posición respecto de otros países de la región, aunque aún falte darle mayor profesionalismo a la actividad. “Recién estuve en Brasil y me di cuenta que allá el mentoreo está atrasado respecto de Chile en unos cinco años. Veo que acá la gente está más receptiva a comunicar sus ideas y la confidencialidad no es tan grande como antes. Se nota un cambio cultural importante en el ambiente, que favorece el desarrollo del mentoring.

De igual manera explica Díaz que aunque se trate de una conversación e interacción, mentorear es muy distinto de una conversación entre amigos donde uno le pueda dar consejos al amigo emprendedor. “La gran diferencia entre un trabajo profesional de mentoreo con una entretenida y animada conversación de amigos es que el compadre siempre va a querer ayudar y en ese contexto se le va a hacer muy difícil decir que el negocio es malo, no es viable o que tiene muchos defectos que arreglar. En cambio, el mentor es un profesional que conoce su ámbito de acción y que no tiene relación anterior con la persona ni la empresa asesorada. No es lo mismo un mentor que un opinólogo”, opina el presidente de Chile Incuba.

Si usted es emprendedor,  no tiene excusas para no proyectar y escalar su negocio. Las herramientas y apoyo están al alcance de la mano. Sólo hay que tomar las herramientas que provee e entorno.

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