Bárbara Silva cuenta sus expectativas:

Los desafíos de la primera chilena en Singularity University

Desde que el año 2010 Julián Ugarte fuera el primer chileno seleccionado en participar del Graduate Studies Program de esta prestigiosa universidad californiana, más compatriotas se han sumado con el objetivo de aprender de las tecnologías y conocimientos que ayuden a resolver importantes desafíos sociales.

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Contar con el apoyo de gigantes como Google y la NASA para apalancar sus emprendimientos constituye un lujo que sólo un puñado de compatriotas han tenido el placer de conocer. Es el caso de este programa que desde el año 2010 ha estado recibiendo chilenos en un proceso de selección muy difícil y que este año consideró la presencia de 3.153 emprendimientos provenientes de los cinco continentes, de los cuales, finalmente 80 fueron escogidos, entre ellos dos emprendedores chilenos: Matías Rivera y Bárbara Silva.

Ambos partirán en junio rumbo a Silicon Valley, meca del emprendimiento y la innovación, donde está ubicada esta universidad. Estarán dos meses y medio, periodo durante el cual, deberán desarrollar proyectos que a la larga tengan beneficios para la comunidad. “Nos piden que presentemos ideas que impacten a 1.000 millones de personas en los próximos 10 años y que se relacionen con grandes problemáticas que enfrenta la humanidad, como la pobreza, calentamiento global, entre otros”, explica Bárbara a Innovacion.cl, quien se encuentra realizando todos los preparativos antes de partir. Revela además que, ubicados allá se encontrarán con “un staff de profesores de lujo y una infraestructura única, que les ayudará a desarrollar la tecnología y los talentos de los emprendedores, de manera de generar impacto social.

Bárbara Silva

Esta emprendedora chilena, psicóloga organizacional y máster en Innovación en la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), cuenta que su intención es generar un sistema que permita desarrollar un ciclo de emprendimientos continuos, de manera de generar empleabilidad, para que cada uno de ellos sea capaz de generar sus propios emprendimientos. “Lo que yo quiero cuando vuelva a Chile es hablar con cada uno de los actores del triángulo de la innovación: sectores público, privado, académico y, poco a poco, ir generando una red de personas, más que de instituciones a las que ir conectando con California”. Su objetivo final es, a través de estas personas, movilizar voluntades para desarrollar gran cantidad de iniciativas y proyectos de alto impacto social, que ayuden a abrir oportunidades a quienes no las han tenido. Explica que hay muchas ideas y proyectos que no se concretan por falta de voluntad de quienes están detrás de ellos, por eso su idea es generar las condiciones para contactar a todos los que puedan aportar, de manera que esta red de emprendimiento sea capaz de aunar voluntades. “Si esta universidad forma líderes, no significa necesariamente que cada uno tenga que llevar la bandera de cada proyecto. En mi caso, la idea es generar las condiciones para que las organizaciones realicen este tipo de iniciativas. Por eso, en la medida que éstas conecten, integren y multipliquen sus capacidades, es mucho mayor el impacto que podrán lograr, en lugar de hacer ese trabajo de manera individual. Así veo mi labor”, explica Bárbara.

Los objetivos que tiene esta joven emprendedora calzan perfecto con el modelo que imparten en Singularity University que busca formar nuevos líderes que sean capaces de influenciar en sus propios países para promover un desarrollo sostenible. “Por eso es que en este lugar nos hacen una especie de lavado de cerebro, de manera de romper con todas las estructuras que tiene desde chico y ser capaces de abrirse a las nuevas tendencias, conocimientos y tecnologías que se están creando todos los días en el mundo”, cuenta Bárbara. En ese sentido este viaje le resulta muy importante, pues, además por el hecho de ser la primera mujer chilena en acceder a este exigente programa, siente que puede ser la punta de lanza para que otras emprendedoras se lancen y atrevan a desarrollar proyectos innovadores que tengan impacto en quienes más lo necesitan.

La inspiración de Un Techo para Chile
El camino que recorrerá Bárbara siente que, en gran medida se lo debe al impulso que le dio Julián Ugarte, primer chileno en ir a Singularity University, elegido también el año pasado entre los 100 jóvenes líderes del país por la Revista El Sábado, de El Mercurio. Dice que “gracias a él me enteré del programa, el que me encantó. Por mi cuenta he viajado dos veces a Estados Unidos a conocer dicha universidad, para conocer cómo funcionan”. Revela que fue Julián quien le “metió el bichito de participar”, y que cuando conoció los alcances de la labor que realiza en Un Techo para Chile, supo los reales alcances y posibilidades que podrían tener sus proyectos, que según ella, tienen la potencialidad de impactar a mucha gente.

Por ello, es que se ha dedicado a apoyar desde su posición de mentora en el concurso de Innovación Abierta “APPLÍCATE” y también estuvo como invitada cuando este centro de Innovación trajo a Singularity University a nuestro país. “Me sumaron en todas las actividades, lo que me dio las posibilidades de generar nuevos vínculos con ellos desde Chile”, cuenta.

Respecto del difícil proceso de selección para acceder a Singularity University, Bárbara confidencia a Innovacion.cl que pensaba que sería imposible por venir del área humanista, al ser psicóloga organizacional. Sin embargo, cuando estuvo allá, como invitada tuvo la oportunidad de interactuar con muchas personas y mostrarles su proyecto de creación de redes de innovación, el que tuvo tan buena acogida que le preguntaron si quería postular al programa Graduate Studies Program. Desde ese minuto se “puso las pilas”, y comenzó a preparar su postulación, trabajo que se tomó muy en serio y que consideraba una serie de requisitos, como la creación de un video. “En el papel uno puede decir muchas cosas, pero a través de un video está la oportunidad de expresar cuál es la visión que hay sobre el proyecto a desarrollar”, cuenta Bárbara, quien llevó a cabo muchas entrevistas que incluyó en este trabajo. Incluyó a muchos líderes innovadores que se encuentran en California y en Chile, además de personas que viven en condiciones muy desfavorables en la calle. A todos ellos les preguntó cuáles son sus sueños y los problemas más grandes que hay en el mundo. Y, en función de esos testimonios, realizó el video que plasmó dichas visiones más las propias, de manera de generar iniciativas que puedan impactar a más de mil millones de personas en el mundo.

En las grandes ligas
Con un ya reconocido trabajo relacionado con emprendimientos sociales, muchos de ellos innovadores, Julián Ugarte, director Centro de Innovación de Un Techo para Chile, cuenta a Innovacion.cl su experiencia en Singularity University. Revela que tras un contacto con su director ejecutivo, Salim Ismail, le ofrecieron la beca para participar del programa, encantados con sus propuestas y trabajos que traía desde Chile.

Julián Ugarte

Cuenta que el programa, que dura dos meses y medio, considera dos partes fundamentales. Las primeras cinco semanas les enseñan a fondo todo lo relacionado con las tecnologías que están avanzando a un nivel exponencial en tiempos cortos de tiempo, como seis u ocho meses. Como el caso de la computación que trabaja con una ley que indica que cada 18 meses se duplica la capacidad computacional al mismo precio. “Lo que indica que tienden a democratizarse, sin importar si hay recesiones económicas, guerras u otro tipo de alteraciones”, asegura Julián, quien piensa que estas tecnologías tienen la posibilidad de ayudar a mejorar de manera importante la calidad de vida de muchas personas. Cuenta también que aprendió que no sólo la computación funciona bajo esta premisa, sino que también otros ámbitos tecnológicos, como la nanotecnología y la robótica. También narra la rica experiencia que tuvo el año 2010 junto a los otros 79 becados, gracias a la participación en los cursos como profesores de importantes creadores e innovadores, como el que inventó Google, la persona que desarrolló los teléfonos móviles o el último astronauta que pisó la Luna. Guías de primer orden en estos cursos que más bien eran charlas interactivas. “La idea es que la gente que viene al programa, conozca de cerca estas tecnologías, para saber su potencial y sacarle el mejor provecho en sus propios emprendimientos”, cuenta Julián.

Respecto de la segunda parte del programa, el director Centro de Innovación de Un Techo para Chile cuenta que se enfocó en desarrollar ideas que impacten a mil millones de personas, utilizando las tecnologías que van a estar disponibles durante los próximos años. Tarea que, dice Julián, no es imposible, sino que basta con recordar el caso de Instagram, que se vendió en mil millones de dólares, tras pasado sólo unos meses desde que fuera lanzado. Ejemplo de un emprendimiento que tuvo importantes efectos en millones de personas que lo utilizan a diario. “Aprendí cuáles son las tecnologías que son capaces de realizar cambios disruptivos, que básicamente se trata de herramientas de cambio para acelerar el proceso de superación de la pobreza“, como el trabajo que estamos haciendo junta a Movistar Innova, para generar conexión a internet a los sectores más desfavorecidos del país”.

Pensando en la gente que ha postulado y quienes en el futuro quieran acceder a este importante programa, Julián cree que las exigencias que pone Singularity University son muy altas. “Piden un currículum muy alto para entregar la beca. Pese a todo, mi invitación es a postular porque acceder a esta beca puede llegar a ser muy importante”. Y cuenta que esta casa de estudios reconoció a Techolab, plataforma web de innovación abierta de Un Techo para Chile, como un modo de entrada al programa, de tal forma que ellos pagan todos los gastos a quien se adjudique la beca.

Como se ve, un mundo por explorar al servicio de la gente.

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