Descubra cómo se benefician quienes la desarrollan:

Sepa porqué la innovación hace la diferencia

Expertos coinciden en que la innovación todavía resulta un concepto lejano y difícil de asimilar por la gente y las empresas. Dicen que no hay real conciencia que se trata de la creación de valor, que unida a una correcta gestión, trae como consecuencia, la generación de ganancias y utilidades. Y aseguran que los beneficios de innovar están por todos lados.

Sin Comentarios

En Chile son muchas las gerencias que no han asimilado la real dimensión de la innovación y su meta de crear valor.

Todavía es común oír desde muchas gerencias diversas razones para no innovar. Dicen que lo harán cuando tengan más tiempo o que por ahora tienen otras urgencias. Pero no se dan cuenta que la mayor urgencia que tienen es ponerse a innovar hoy o estarán perdidos en unos pocos años”, dice Raúl Rivera, presidente del ForoInnovación y miembro del directorio de Asech, quien explica a Innovación.cl que en la época en que vivimos innovar es una obligación. Agrega que sólo aquellas empresas que se suban al tren de la innovación, tendrán reales posibilidades de sobrevivir en un mundo competitivo, globalizado y constantes cambios tecnológicos que impactan en los negocios.

Afirma Rivera que no hay ninguna palanca más potente de creación de valor en mercados competitivos que innovar. “Si uno mira cuáles son las empresas que más valen en el mundo, verá que se trata de compañías que son el resultado de innovaciones, entre las que, obviamente están aquellas de tecnologías informáticas, que son empresas que no existían hace 40 años. Pero hay otras que surgieron hace más de un siglo, a partir de innovaciones tan potentes, como General Electric, que se han mantenido vivas porque fueron capaces de reinventarse subiéndose a sucesivas olas de tecnologías, para potenciar su competitividad en los mercados que competían”

A su vez, Denise Mahias, gerente general del Club de Innovación, piensa que la innovación es el motor de crecimiento de las empresas y la mejor opción que tienen las compañías de sobrevivir y ser relevantes, creando valor y diferenciándose. “En general los mercados comparten mucha información y por lo tanto los productos se comoditizan en forma muy rápida. Así, el valor percibido de un producto/ servicio es muy similar entre una empresa y otra y, por lo tanto, el precio queda indexado al costo del producto, lo que genera presión por bajar costos y aumentar los volúmenes de venta sólo para sobrevivir. En este escenario, la innovación ofrece la posibilidad de crear nuevos negocios, productos, servicios y permite a las compañías desprenderse de esta competencia y generar retornos muy superiores”.

Mahias explica que una empresa puede avanzar desde 0% hasta 40% de intensidad de innovación en cinco años, entendiendo “intensidad de innovación” como el porcentaje de del resultado que proviene de innovaciones (menos de 5 años). “Conocemos el ejemplo de una empresa que logró llegar a un 20% en los tres años que lleva haciendo innovación sistemáticamente”. La gerenta general del Club de Innovación revela que las compañías que se consideran innovadoras -con procesos de innovación instalados desde hace años- logran del orden de 50% o 60% de intensidad de innovación. “Es muy impresionante el efecto que puede tener en resultado”, dice.

PALABRA MUY MANOSEADA

Iván Vera, director de Reset and Start-up (RASU) cuenta a Innovación.cl que la palabra innovación está extremadamente manoseada y hoy da para todo. “En la gente significa muy poco, lo que también se puede hacer extensivo a muchos ejecutivos de empresas. Es como hablarle a la gente de ontología u otro termino así y no se va a relacionar con algo que ocurre y ha existido siempre. Al respecto, Raúl Rivera cree ésto se debe a que “en Chile nos hemos acostumbrado a ganar dinero gracias a la extracción de recursos naturales no renovables como el cobre y a la presencia ciertos monopolios que se dan en el mercado, que ayudan a que la innovación no sea vista como una necesidad y sigue siendo algo abstracto y lejano”.

Reflexiona Vera que la innovación se trata de una actividad que genera valor y que produce cosas y productos que no existían, que a la gente le sirve y que por eso los usa. Es cosa de mirar alrededor de uno y verá que todo lo que nos rodea es producto de la innovación y no sólo los últimos adelantos tecnológicos, como los smartphones o tablets, sino que se trata de algo inherente al ser humano en toda época. “Existe innovación desde que el ser humano es tal y busco maneras de tener una vida mejor. En un momento, hubo personas que desarrollaron el vidrio para no pasar frío y mojarse dentro de las construcciones; otros desarrollaron la rueda y así sucesivamente”.

Relacionado con lo anterior, Mahias agrega que, en términos macro, contar con empresas que innoven hace que tengamos un ecosistema que tienda a darle crecimiento y prosperidad del país. Desde la mirada de la sustentabilidad, dice que la innovación es la herramienta que puede generar las soluciones para necesidades o problemas de todo tipo. Todo ello, pese a que dice que no es fácil medir el retorno que genera la innovación y a la evidente falta de instrumentos que ayuden a mostrar las ventajas que tiene innovar. Explica que quizás, ése sea uno de los factores que hagan que en nuestro ecosistema no se asuma la innovación como el único camino que tienen muchas empresas, incluso si piensan en la subsistencia dentro del mercado.

El director de RASU explica que la innovación es susceptible de darse en cualquier lado y tiene un fuerte componente territorial, en el sentido que se puede dar en ciertos territorios o lugares geográficos delimitados en los que se generen las condiciones para que ésta se de. “Por ejemplo, Tocopilla no es una ciudad innovadora porque ahí no están dadas las facilidades para que se desarrolle la innovación y no por otros motivos. Tampoco podemos decir que Estados Unidos, como un todo sea un país innovador, pero sí lo es el Estado de California, que alberga universidades y lugares como Silicon Valley, mientras que ciudades del centro del país, como Oklahoma u otras, claramente están lejos de posicionarse como urbes cercanas a las innovación”.

LOS INSUMOS DE LA INNOVACIÓN

Xavier Marcet, destacado consultor español, cuenta a Innovación.cl que es necesario asumir lo que implica la innovación: el riesgo, porque asegura que innovar se trata de equivocarse bastantes veces, para que cuando se acierte, no sólo se paguen las inversiones y fracasos cometidos, sino que se construya mucho más valor del que había antes”. Cuenta que no existen casos de organizaciones innovadoras en las que cualquier error sea absolutamente castigado, porque no existe la garantía de no cometer un error.

El consultor ejemplifica con el caso de Kodak lo importante de innovar y estar actualizado en las necesidades de los consumidores. “Dicha compañía es el último gran ejemplo de una gran empresa, con mucha historia, que no supo cambiar y estar acorde a las necesidades de estos tiempos. El problema radica en no tener ejecutivos que sean capaces de ver lo que se avecina, encontrar soluciones y saber lo que deben hacer, porque pesan más las inercias que la capacidad de cambiar”.

A su vez, Vera reflexiona sobre lo que, para él, es la gran diferencia entre los episodios casuales de innovación y la posibilidad que existe hoy de generarla de manera sistemática. Dice que la gran ventaja que actualmente tenemos es que la innovación se puede gestionar para que sea un fenómeno que se repita de forma periódica por los próximos 500 años. Además, explica que “se trata de un paradigma nuevo, surgido en las últimas décadas, que avizora a la innovación de manera repetible y metódica y no producto del azar o de situaciones puntuales que la gatillaran”.

El director de RASU lamenta que en Chile son muchas las gerencias que no han asimilado la real dimensión de la innovación y su meta de crear valor. “Veo como muchos gerentes generales se marean con esto. Ponen el foco sólo en tener buenos números a fin de año y se olvidan de la posibilidad de generar valor a través de la innovación”. Y explica que el fenómeno es inverso: dice que primero está la creación de valor, que es la que trae consigo las utilidades y ganancias. Pero que tampoco se trata de ser el primero en ofrecer cualquier cosa. “Entre otras cosas, innovar se relaciona con ser el primero en ofrecer algo que tenga valor y que sea reconocido por la gente. Sino, no tiene ningún destino la innovación”.

Raúl Rivera dice que existen ejecutivos que les va bien y que dicen que no necesitan de la innovación para ser prósperos hombres de negocios. No obstante, asegura que a ellos les irá bien por un tiempo, pero que a la larga, se trata de un modelo que tiene “patas cortas” porque se sustenta éxitos, según él, conseguidos gracias a tener al Estado de su lado que impide la aparición de competidores y le ayuda a mantener una posición de privilegio. “Y en este mundo globalizado, la gente está cada vez más consciente de esos privilegios y los va a castigar”, añade.

A su vez, Iván Vera afirma que la escasa visión gerencial en torno a la innovación se debe a un problema sistémico que supera a quienes dirigen los destinos de éstas. “A los gerentes los evalúan por el cumplimiento de metas relacionadas con utilidades y no con la creación de valor para la gente, que en esta ecuación está antes que las ganancias”. Asegura que falta la visión al respecto hacer que se pierda el foco que la innovación es un instrumento que le mejora la vida a la gente y a quien la desarrolla. Nada más y nada menos.

 

Sin comentarios Deja tu comentario