EDITORIAL  

Así vemos la innovación

Alvaro Díaz

La innovación y sus múltiples relaciones son el hilo conductor de esta revista, que nace al amparo del PROGRAMA de INNOVACIÓN TECNOLÓGICA 1996-2000 coordinado por el Ministerio de Economía y que integra a los fondos tecnológicos FONTEC, FONDEF y FONSIP. Aunque la referencia central serán los retos de la innovación tecnológica, siempre iremos más allá para abarcar sus dimensiones sociales, institucionales y culturales, tanto dentro como fuera de las empresas.

En este sentido, esta revista pretende informar y hacer reflexionar sobre el SISTEMA NACIONAL DE INNOVACIÓN EN CHILE: sus instituciones, sus mercados, sus vínculos con el mundo y su dimensión territorial.

La misión de esta revista es difundir iniciativas, experiencias, oportunidades y desafíos de la innovación . Se hace también porque las empresas y la sociedad chilena requieren conocer los instrumentos públicos disponibles. Y en este sentido nuestro rol será invitar a la acción, favorecer un clima de cooperación para la innovación, invitar a una reflexión más profunda sobre los desafíos de la innovación y apoyar el desarrollo de nuevas experiencias.

Nuestra mirada es amplia y no se excluirá a ningún sector de la sociedad o la economía. No sólo trataremos las innovaciones de productos y de procesos, sino también las innovaciones en gestión y organización. No sólo abordaremos innovaciones radicales sino también aquellas innovaciones INCREMENTALES que se realizan día a día en las empresas chilenas. Y no solamente consideraremos al empresario como sujeto de la innovación, sino también a trabajadores, profesionales y a quienes laboran en ciencia y tecnología.

Asumimos que la innovación siempre tiene dos caras: hace emerger nuevas prácticas y disuelve aquellas más tradicionales. Genera nuevas rutinas y hace olvidar otras. Construye nuevos oficios, mientras otros tienden a desaparecer.

No es sorprendente, entonces, que en su desarrollo hayan resistencias y conflictos de intereses. Sus impactos positivos suelen acompañarse de efectos negativos que no pueden subestimarse. A la larga, el balance de uno y otro dependerá del grado de difusión de la innovación y de la extensión de la concertación social. En efecto, si la innovación se reduce a un segmento reducido de la economía y sólo beneficia a unos pocos, excluyendo al resto, es muy posible que la resistencia social a ella tienda a incrementarse. Por el contrario, mientas más oportunidades tengan todos para innovar, mientras más inclusiva y concertada sea la innovación, mejores posibilidades tendrá la sociedad de adoptarla como un proceso permanente para enfrentar los desafíos del presente y futuro.

Por lo anterior, esta revista evitará las banalizaciones, no exaltará lo nuevo por lo nuevo ni tampoco hará apología de cualquier novedad. La innovación representa un cambio en cómo la gente trabaja y se organiza para producir bienes y servicios. Es por tanto una oportunidad y un desafío cuya finalidad última debiera ser aumentos de productividad, de sustentabilidad y de bienestar para toda la sociedad. Es por ello que las visiones simplistas no son útiles. La innovación es difícil y requiere esfuerzo sistemático. La innovación es riesgosa y requiere perspectiva de futuro. La innovación es conflictiva y requiere cooperación. La innovación es una oportunidad temporal y por ello requiere decisión de aprovecharla AQUÍ Y AHORA.

La revista tiene también un claro trasfondo cultural. Para difundir la innovación se requiere romper sus secretos. Bajarla del pedestal de los dioses, develar que es una actividad bastante menos romántica de la que suponemos y desmitificar al innovador quitándole esa aureola de "SUPERHOMBRE" que solemos otorgarle, olvidando que es un chileno como cualquier otro. También se trata de superar el lenguaje tecnocrático y desprovisto de humor, recordando que al final y al principio se trata de personas con sus capacidades, iniciativas, conocimientos, creatividad y voluntad de cooperación.

 
Revista Correo de la Innovación.
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