COOPERACIÓN  
MISIONES TECNOLÓGICAS
Por el Mundo con los Ojos Abiertos

Las misiones tecnológicas permiten a las empresas chilenas salir al exterior para actualizar y adaptar las nuevas tendencias productivas y comerciales que están en marcha en los principales centros industriales y de investigación.


Ejecutivos chilenos instalados en primera fila en un prestigiado seminario internacional en Alemania. Otro grupo visita, con credenciales preferenciales, centros e institutos tecnológicos de vanguardia en Australia. Empresarios criollos recorren, codo a codo, con sus anfitriones, modernas industrias en los Estados Unidos.

Son distintas escenas de un mismo programa que nació en enero del año pasado para apoyar acercamientos selectivos de empresarios, ejecutivos y técnicos de empresas aglutinadas en un mismo sector, a centros de interés tecnológico en el extranjero.

Los destinos: exposiciones o ferias tecnológicas; foros, seminarios o talleres; visitas a industrias de tecnología de punta; recorrido por institutos tecnológicos que cuentan con investigaciones o proyectos de vanguardia.

Pero, además de la adquisición de conocimientos de primera mano, hay otros beneficios no menos interesantes que surgen de la relación entre pares, como son las posibilidades de nuevos negocios y lazos comerciales emergentes.

Las Misiones Tecnológicas son una de las iniciativas más recientes, ágiles y exitosas del Fondo Nacional de Desarrollo Tecnológico y Productivo (FONTEC). Y buscan repetir experiencias históricas de otros países en períodos de urgente necesidad de una renovación productiva.

Es lo que hizo Alemania tras la II Gurra Mundial, los japoneses a partir de los 50, Taiwán o Corea del Sur a fines de los 60, o ya derechamente en la década de los 80, Malasia y todos los países del sudeste asiático.

En efecto, los llamados países tigres impulsaron decididamente el envío de empresarios y ejecutivos de alto nivel a los principales centros del planeta en materias de innovación tecnológica, convencidos de que ésta es una inversión altamente rentable, ya que los empresarios interesados en colocar productos competitivos en el mercado son, al fin y al cabo, los más hábiles captadores de la tecnología y las innovaciones que están en boga.

Para la concreción de una Misión Tecnológica es menester que cinco o más empresas planteen un programa perfectamente definido y comprometido, para visitar por un período -que generalmente oscila entre diez o veinte días- algún centro tecnológico avanzado, o bien empresas líderes y aquellas ferias más destacadas.

El apoyo del FONTEC es sustancial en la absorción de los costos que, aparte del transporte, alojamiento y estadía, contempla la organización de la misión, así como la difusión posterior de los conocimientos adquiridos entre empresas del ramo o afines.

Al comenzar este programa los aportes del FONTEC cubrían hasta el 60% de cada proyecto (con cifras de hasta US$ 60.000 por Misión); pero a partir de este año la subvención cubre hasta un 42% del costo total de la Misión. En todo caso, cada Misión siempre va acompañada de una contraparte del FONTEC o de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO).

Buena Inversión

Según Tomás Vial, presidente de FONTEC, al cofinanciar cada misión, el Estado está expresando su interés por movilizar empresarios y ejecutivos chilenos en pro de la adquisición y el perfeccionamiento en nuevas tecnologías. "Sencillamente es una buena inversión -dice Vial- ya que la rentabilidad económica va más allá del beneficio privado de los propios empresarios participantes, puesto que se genera una externalidad y un efecto de demostración muy importante para el conjunto de los sectores que se movilizan." Contribuye, al mismo tiempo, a mejorar la competencia y a enfrentar en mejor pie el desafío de la segunda fase exportadora de la economía chilena.

En las primeras evaluaciones del programa de Misiones Tecnológicas, surgen claramente tres beneficios directos, ligados a la eficiencia: 1. Cada grupo de empresarios que acude en una Misión articula actividades económicas que antes no habían establecido entre ellos, produciéndose asociaciones y convenios diversos, ya sean formales o informales.

2. Al conocer la última tecnología en el rubro que les es propio, los empresarios cuentan con nuevos instrumentos para definir sus prácticas y tácticas de producción, de acuerdos a tendencias y mercados, según sus particulares exigencias.

3. Genera una red de contactos en el exterior que les permite a los empresarios chilenos permanecer ligados a los centros tecnológicos y a las empresas líderes para mantener o impulsar procesos de asistencia técnica, asociaciones o similares.

El desafío actual es poder responder a una demanda cada vez más creciente de los empresarios nacionales por participar en estas Misiones Tecnológicas. Intentar estar al día y adquirir tecnología, lo mismo que generar redes de contactos, es una cuestión de supervivencia; es la base de la vida empresarial moderna, se asegura en FONTEC, que este año espera concretar 40 Misiones y llegar a 50 en 1997.

 
Revista Correo de la Innovación.
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Beneficios Tangibles

Pocas veces nuevas experiencias empresariales pueden exhibir resultados que dejan tan conformes a quienes han participado, y presenten, al mismo tiempo, dividendos tan palpables, como ha sucedido con las Misiones Tecnológicas.

La posibilidad de tener acceso de primera fuente a nuevas tecnologías, de concretar operaciones y negocios con firmas o agentes internacionales, junto con el fortalecimiento de relaciones y vínculos entre las propias empresas nacionales participantes, asoman como el común denominador a la hora de los primeros balaces.

Ejemplos destacables hay varios. Uno de los más relevantes fue la visita a Asia, en mayo del año pasado, de trece empresas afiliadas a la Asociación de Industrias Electrónicas (AIE). La principal tarea de la Misión fue la visita a la Feria Internacional Electrónica de Primavera en Taipei, Taiwán, la más importante del mundo en equipos de manufactura electrónica, instrumentos y medidores, insumos electrónicos, equipo de telecomunicaciones y computadores, entre otros. A la cita, en el Trade Exhibition Center de Taipei, concuren 1.400 expositores de todo el mundo.

Mariano Pola, gerente general de Micrológica S.A., participó en esa Misión y describe su experiencia como totalmente beneficiosa: "Que alguien pueda decir 'se me prendió la ampolleta y ahora voy a crear un producto nuevo' ciertamente es muy difícil, pero, sin duda que el estímulo a la imaginación es muy importante. Estas Misiones, en lo sustancial, sirven mucho para ver qué está pasando afuera, para generar nuevas oportunidades de negocios y lazos con el extranjero. Pero también para fomentar la asociatividad entre las empresas chilenas del rubro. Se crean relaciones de primer nivel y, durante el periplo, cada participante se siente integrante del equipo chileno en una cita internacional; un equipo chileno que cada vez tiene más peso y presencia." Otro caso de resultados a la vista fue la Misión de transferencia tecnológica que realizaron seis empresas nacionales del rubro médico al Centro de Restauraciones Neurológicas de La Habana, uno de los más prestigiados en el mundo por sus terapias y soluciones en el tratamiento de afecciones neurológicas.

Lo más relevante de esta Misión fue la suscripción de un precontrato con dicho centro para permitir la transferencia tecnológica a centros nacionales, para mejores tratamientos y soluciones médicas.

Clave también fue la Misión que realizaron cinco empresas elaboradoras de alimentos para animales, que asistieron en agosto del año pasado al Foro de Alimentos Balanceados, en Miami; un certamen líder a nivel mundial en temas relacionados con la nutrición animal, tecnologías de procesamientos de alimentos y nuevas tecnologías de avanzada relacionadas.

La cita permitió a las empresas chilenas insertarse en un nuevo circuito internacional, logrando concertar negocios con China y Corea del Sur, al tiempo que posibilitó la creación de Departamentos de Exportaciones en las empresas participantes.

Otro caso importante fue la Misión Tecnológica que llevaron siete empresas de la pujante industria del salmón a visitar países productores de ovas en Europa (Dinamarca, Finlandia, Suecia, Irlanda, Escocia y Noruega) y a un evento internacional en París sobre Prevención de la Diseminación de Enfermedades en Organismos Acuáticos, a través del intercambio comercial internacional.

La producción nacional de ovas no alcanza a cubrir el 50% de las necesidades de los productos locales, por lo cual las empresas chilenas del rubro deben importarlas, lo que implica riesgos como la introducción de enfermedades, como ya ha ocurrido, afectando negativamente a la producción.

Los empresarios nacionales, tras su viaje, lograron elaborar un Reglamento de Enfermedades, para así establecer medidas de certificación y control a sus proveedores; también aumentaron las medidas sanitarias que disminuyan los riesgos de enfermedades.

Las Misiones Tecnológicas también han significado notables oportunidades de progresos, adquisición de nuevas tecnologías e inserciones en mercados internacionales, para empresas de aserraderos, industria maderera y el sector metal-macánico forestal, así como a productores lecheros.