DOSSIER  

Nuevos conceptos de la eficiencia
Con la globalización de la economía, han surgido planteamientos innovadores acerca de la organización del trabajo, los vínculos entre las empresas, y cómo deben relacionarse al interior de éstas sus accionistas, ejecutivos y trabajadores, para aumentar la productividad y competitividad. Y así ganar la batalla por los mercados. Al rebobinar la historia, saltan a la vista aquellos procesos que representaron verdaderos hitos en los enfoques de organización u gestión del factor humano. Una análisis de la sociológa Cecilia Montero.

Hacia los años '20, la exigencias de una industria concentrada y masivav chocaban con el control que los obreros de oficio ejercían sobre el ritmo, la forma de realizar el trabajo y las cantidades producidas. Impresionado por las restricciones voluntarias a la productividad de parte de los trabajadores, un ingeniero, F.W. Taylor, identificó una solución: definir una norma de trabajo.

A base de un estudio riguroso de los modos operatorios, ritmos y tiempos de los mejores trabajadores de una fábrica, se definió la one best way (única y mejor manera) de hacer las cosas, que debía redundar en el aumento de la productividad. Se midió en detalle el rendimiento da cada puesto de trabajo, para poder estandarizar las actividades y luego acelerar su ejecución. La imagen arquetípica fue la del ingeniero que se paseaba por los tallerres con el cronómetro en la mano.

Se planteó allí una distinción tajante entre concepción y ejecución. "Ustedes no están aquí para pensar", les dijo Taylor a loa trabajadores. La oficina de métodos era la encargada de reunir todos los conocimientos en posesión de los obreros calificados y traducirlos en un conjunto de normas. Mediante la expropiación del saber obrero, se buscó optimizar la relación entre la máquina y el esfuerzo humano.

La descomposición de los procesos de trabajo en tareas simples, permitió definir con presición cada puesto de trabajo, fijar una escala de remuneraciones y un rendmiento óptimo, con lo que dismuniyeron los costos de producción. También bajó la calificación obrera.

El fordismo

Ford dio la siguiente vuelta de tuerca al desarrollar la cadena de montaje. Al introducir la correa transportadora que moviliza la pieza sobre la cual intervienen los obreros, la cadencia quedaba regulada mecánicamente, sin depender del obrero, sino de la velocidad dada a la correa que pasa delante de cada operario.

La división de tareas y la cadena de montaje potencian aún más la posibilidad de fabricar en gran escala productos estandarizados, con costos decrecientes.

Pero la genialidad de Ford no estuvo solamente en haber perfeccionado el taylorismo con un nuevo tipo de control del trabajo obrero, sino también en el desarrollo de un nevo sistema de acumulación, basado en el consumo de masas.

La instauración de un salario nominal diario de cinco dólares (el five dollars a day) le permitirá asegurar un aprovisionamiento continuo de mano de obra, generar un poder de compra y crear nuevas condiciones para la reconstitución de la clase obrera.

El principio fordista consiste en ligar producción y consumo: para mantener la produccción de grandes volúmenes, los asalariados debían ganar lo suficiente para tener acceso a los bienes producidos por la industria. De esta manera el obrero podría comprar los mismos bienes que contribuía a fabricar, por ejemplo, el Ford T que se fabrica en la planta.

Control y gestión

La difusión del taylorismo y del fordismo en la industria norteamericana agravaron el problema del control y gestión de los recursos humanos que tenían las grandes empresas ( grandes concrentraciones de trabajadores, inestabilidad, bajo rendimiento). Ello motivó la realización de los primeros estudios sobre el comportamiento obrero en las fábricas.

El más importante experimento de Ciencias Sociales realizado hasta la fecha en una industria se llevó a cabo entre 1927 y1939 por Elton Mayo, en la planta Hawthorne, de la compañía Western Electric, a petición de los ingenieros.

Un equipo de investigadores de la Havard Business School desarrolló un conjunto de experiencias y de entrevistas a trabajadores de la planta buscando determinar los factores que explicaban la fatiga, el desinterés obrero y las variaciones en el rendimiento.

Los investigadores descubrieron que la conducta obrera no estaba asociadad a simples cambios en las condiciones físicas o económicas, sino que incluía diversos componentes que se convertían en temas a abordar y solucionar. Como la existencia de una moral industrial o clima laboral; la constatación de que los obreros de un taller constituyen un grupo social en el seno del cual existen ciertos hábitos, normas y compromisos, en suma, un sistema de relaciones y el descubrimiento de que la organización formal de la fábrica esconde una organización latente, informal, en la cual los individuos se mueven por una lógica d los sentimientos, entre otros.

Sobre esta base Elton Mayo concluye que la clave para que el sistema industrial funcione mejor no está en manejar incentivos económicos ( salarios), o políticos (tipos de autoridad). Para él, la experiencia industrial es fundamental social.

En definitiva, los métodos y técnicas derivados de la llamada Escuela de Relaciones Humanas fueron un instrumento importante que las empresas utilizaron para lograr la disciplina laboral que requería la industria de masas.

Las debilidades del modelo de acumulación fordista quedaron en evidencia durante la crisis del petróleo que afectó a las economías industrializadas en 1974-75.

A partir de esa fecha se percibe que el antiguo modelo ya no logra asegurar un aumento un aumento sostenido de la productividad con aumento de los salarios y del consumo. Los nuevos sistemas de organización de la producción han ido desplazando algunos de los viejos principios de la producción de masas.

Así, se fabrica en menor escala, series má cortas, productos más diversificados. La oferta no es rígida sino que se adapta a las necesidades cambiantes del cliente. En lugar de simplificar las tareas, se busca enriquecer el trabajo. Las distancias entre concepción y ejecución se acortan mediante la participación obrera en grupos de discusión, círculos de calidad, etc.

Todo esto ha dado lugar a un debate que busca determinar si la tendencia es a reemplazar las antiguas prácticas por un postfordismo con involucramiento de los trabajadores, o si se trata de una renovación, o neofordismo, que no altera los princiios básicos de la producción de masas.

Este debate se da en forma diferente en los países en desarrollo donde los principios fordistas no alcanzaron a dar forma a un verdadero Estado del bienestar sino a lo que el economista francés Alain Lipietz ha llamado un fordismo periférico donde la mayor productividad coexiste con salarios bajos y empleos precarios.

Revolución microelectrónica

Los nuevos patrones de la competitividad imponen procesos radicales de reestructuracón de los sistemas productivos. La ventaja comparativa alcanzada por Japón radica en saber asociar las nuevas tecnologías (la microelectrónica) con nuevas formas de organizar el trabajo (la producción flexible).

La economías europeas, en particular Francia e Inglaterra, entran en una fase de reconversión, con elevadas tasa de desempleo, lo que genera nuevos problemas sociales. La economía norteamericana también sufre una caída de Producto, pero logra mantener una mayor tasa de creación de empleos, aunque demora muchos años en recuperar el crecimiento.

Decae también la conflictividad social, y con ello una visión confrontacional de las relaciones sociales. Al estudiar las nuevas formas de las acción colectiva surge la necesidad de salir de los muros de la empresa para comprender los orígenes de la segmentación de una clase obrera que ya ha dejado de ser ese proletariado homogéneo de la sociedad industrial.

Quedan de manifiesto así las insuficiencias del sistema educacional y de la capacitación profesional. Esto lleva a invertir en un vasto campo de estudio, el de la relación entre empresa y escuela, entre educación y empleo.

En este marco, nuevos problemas reciben una atención preferencial: la segmentación del mercado de trabajo, la mano de obra temporal, los empleos precarios, la estrategias de flexibilidad, el control de la inmigración, la desocupación de los jóvenes.

Surge con urgencia el tema de la productividad, y vuelve a estudiarse la tecnología y el proceso de trabajo; pero ya no se ve el cambio tecnológico como sinónimo de progreso ( o de alienación) sino como factor de competitividad en una lucha comercial ineluctable.

Símbolo de la revolución tecnológica de los '70 y '80 son los ingenieros y técnicos; en ellos se radica la innovación ya que manejan el conocimiento empírico de la máquina y el razonamiento hipotético-deductivo de la ciencia. Los procesos microelectrónicos sustituyen el trabajo material.

En los últimos quince años, la discusión ha estado marcada por el tema de la competitividad, lo que condujo naturalmentede vuelta al estudio comparativo de los sistemas de organización del trabajo. En forma ininterrumpida hasta la fecha, ingenieros, economistas, sociólogos y administradores de empresas, escrutan y comparan sistemas alternativos de producción industrial. El texto de Michael Porter The Competitive Advantage of Nations es el mejor ejemplo de esta preocupación.

Nuevos modelos

Dos grandes modelos productivos se han constituido en referentes de estudio para intentar solucionar la crisis de productividad y competitividad, que acucia a los administradores.

El modelo japonés basa su competitividad en el uso de la microelectrónica para reducir los tiempos de producción y aumentar la calidad; una combinación de técnicas de gestión internas (JIT,CCT) y una relación estrechay de largo plazo con una cadena de proveedores.Ello le permite responder rápidamente a una demanda cambiante.

El modelo italiano, en cambio, basa su competitividad en el tejido de relaciones económicas y sociales entre un conjunto de pequeñas empresas localizadas en un determinado territorio, donde la producción y la economía suoonen todo un funcionamiento social y cultural.

Los nuevos modelos o paradigmas productivos tienen en común el haber puesto al descubierto el peso de los sistemas de relaciones empresarios-Estado, la calificación de la mano de obra, y las presiones competitivas que pesan sobre la producción local.

Los nuevos modelos de organización productiva provocan una renovación de los enfoques conceptuales del comportamiento de los agentes económicos. una perspectiva noveosa es el esudio de las redes locales como base de la sinergia productiva y de la importancia de la confianza y de valores compartidos para la eficiencia organizacional.

Es común concebir las relaciones contractuales como operando, ya sea en forma competitiva a través del mercado o bien obedeciendo a la lógica jerárquica de la organización.

La vida económica ocurre según Williamson (1975) entre mercados y jerarquías. Pero si se mira a la firma como un nexus de contratos, lo que interesa es conocer qué tipos de relaciones contractuales desarrolla con sus proveedores y clientes y en qué medida relaciones más estrechas aumentan la eficiencia.

En los negocios no todo es comportamiento interesado (self interest) en un mercado de agentes anónimos y racionales. La producción, la innovación y las transacciones comerciales ocurren en mercados organizados y entre agentes que se relacionan en forma instrumental pero también comunicativa. Las empresas pueden competir a distancia, a través del mercado; pero también interactúan, aprenden unas de otras, y se lanzan en proyectos conjuntos.

Por otro lado, las partes que establecen relaciones contractuales no son siempre independientes y autónomas; en ocasiones los contratos ocurren porque hay dependencia y coerción.

Lo que se desprende es una visión de la actividad económica insertas en sistemas de relaciones no-económicas.

Las relaciones socales permiten disminuir los costos de transacción y, en ese sentido, no pueden considerarse una barrera al desarrollo.

Las relaciones personalizadas que se dan en transacciones industriales y comerciales pueden ser una base valiosa para aumentar la eficiencia y la estabilidad en los negocios. El construir redes puede ser visto como una inversión para construir relaciones más seguras con clientes y proveedores, en orden a evitar las conductas oportunistas.

Las relaciones contractuales pueden darse a distancia, entre agente maximizadores racionales que tratan de obtener los mejores precios y calidades, o bien entre contrapartes que han establecido relaciones de confianza. En situaciones de incertidumbre en que hay involucrados pocos compradores y vendedores se puede optar por la seguridad y el largo plazo.

El precio deja de ser la variable discriminatoria principal y entra a jugar el factor confianza. El compromiso mutuo provee la estabilidad y la flexiblidad necesarias en relaciones contractulaes de largo plazo. La variable confianza aparece como factor de competitividad. La confianza es un estado de ánimo, una expectativa de una de las partes contractantes respecto de que la otra le va a responder de una manera predecible y mutuamente aceptable. En consecuencia, aumenta la predictibilidad de los comportamientos, el cumplimiento de los compromisos y disminuyen los costos de transacción.

 
Revista Correo de la Innovación.
Copyright © 1997
¿HOMOGENEIZACIÓN O DIVERSIDAD?

En los estudio de procesos de trabajo existen dos tendencias. La primera, propia de un determinado tipo de pensamiento económico, se puede caracterizar como despolitizada con respecto a las grandes cuestiones del cambio social que marcaron el debate en los años '50 y '60. Supone la existencia de un nuevo paradigma productivo ya consolidado y enfatiza los efectos homogeneizadores de la competencia internacional.

Resurge así el tema de la modernización, identificada ya no con el cambio social, sino con la adecuación necesaria a un nuevo patrón, un nuevo one best way: el paradigma postfordista, entendido como un "modelo integrativo de empresas, que tiende a desdibujar las oposiciones entre los intereses del capital y del trabajo", y donde, en general, está ausente el actor sindical.

La seguda posición, más propia de los sociólogos, es la que recalca las especificidades nacionales y celebra la diversidad.

Más allá de la diferencia de enfoques, los estudios recientes constituyen una base suficiente como para interrogarse sobre las formas de regulación salarial emergentes a raíz de la reconversión exportadora. En esta perspectiva hay que situar la preocupación creciente por los temas de institucionalidad laboral, flexibilidad y productividad.

 

MODERNIZACIÓN CRIOLLA

Cuando ya se creía que los métodos tayloristas estaban superados, en Chile muchas industrias comienzan recién a introducir métodos de racionalización del trabajo. El cronometraje es una de las técnicas que se difunden en los packing de fruta para aumentar el rendimiento de las trabajadoras temporeras.

En la Administración Pública los problemas de insatisfacción laboral no provienen solamente de bajos salarios sino también de la distancia jerárquica que separan a los que piensan de los que ejecutan. La modernización del Estado pasa también por renovar los sistemas de gestión.

 

ENTRE EL AJUSTE Y LA RECONVERSIÓN

La crisis de la deuda externa, los procesos de apertura comercial y los cambios en los patrones internacionales de competitividad terminaron con el modelo de desarrollo adoptado por los países de América Latina entre los años '30 y '70. La cuestión clave ya no es la industrialización o el desarrollo endógeno, sino el ajuste y la reconversión exportadora.

La economía y la competitivad vuelven a ganar supremacía sobre la política. El tema es cómo ajustarse a los patrones dominantes a escala internacional y cómo recuperar alguna forma de inserción en el orden económico mundial.

En los medios empresariales surge una verdadera fiebre por alicar los conceptos de gestión norteamericanos y japoneses. Aumenta la oferta de seminarios, charlas y cursos sobre gestión estratégica, calidad total, reingeniería de proceesos, etc.

En el ámbito acdémico ya no interesa la clase obrera ni las situaciones de trabajo, sino la modernización tecnológica; allí se busca establecer el ritmo de penetración de las nuevas tecnologías, y si ellas traen un efecto destructivo sobre el empleo y las calificaciones.