EMPRENDIMIENTO  
RAYOS UV EN UVA DE EXPORTACIÓN
Luminosa emboscada a las plagas
Tiembla la Falsa Arañita de la Vid. La luz Ultravioleta Pulsada destruye hongos, insectos y bacterias, sin contaminar ni dejar residuo. Una innovación tecnológica con mucho futuro para los exportadores chilenos de frutas y verduras.
Elena Gaete

Es una luz poderosa, invisible, sin los colores brillantes y fluorescentes que luce en la Guerra de las Galaxias. Su implacable eficacia sirve, entre otras cosas, para exterminar hongos, bacterias, insectos y plagas en frutas y verduras. Se trata de la luz ultravioleta, que aplicada en ciertas dosis en determinados productos agrícolas, podría convertirse en la salvación de los exportadores chilenos. Sobre todo los exportadores de uva de mesa.

Hasta hace poco esta tecnología estuvo reservada al uso médico y militar. De hecho, durante la Guerra del Golfo las tropas norteamericanas usaron este polémico haz luminoso para identificar blancos hacia donde dirigir misiles y cohetes. Finalizado el conflicto bélico, la tecnología quedó disponible para los privados. Entre ellos, para el chileno Manuel Lagunas Solar, un investigador de la Universidad de California, en Davis, y gran colaborador de la Asociación de Exportadores de Chile.

Al contrastar la capacidad para esterilizar que tiene este rayo recto (más peligroso para la vida en la medida que se desvanece la capa de ozono), Lagunas Solar se dio cuenta de que mediante ciertas pulsaciones esta punzante luz era capaz de controlar hongos, bacterias e insectos en la uva, sin dejar residuos ni alterar los productos 'iluminados' (y no irradiados).

Pura energía positiva

Era lo que los productores agrícolas estaban esperando. Según un acuerdo adoptado en Montreal, a partir del año 2001 queda prohibido el uso del bromuro de metilo, gas tóxico para el hombre que lo manipula y enemigo fatal de la capa de ozono pero, hasta ahora, el único elemento capaz de controlar hongos y demás invasores de la uva de mesa, sin dañarla.

Este gas letal tiene un espectro de uso bastante amplio y es difícil de sustituir. Para evitar pudriciones se aplica en el almacenamiento de chocolates y granos, como maíz o trigo. Su poder exterminador es especialmente útil en la cuarentena vegetal, garantizando a los mercados de la fruta un producto no contaminado.

"Una de las principales ventajas que tiene Chile como exportador de frutas es que aquí existen mínimas plagas, por lo tanto, se ocupan pocos pesticidas, lo que permite el acceso a muchos mercados", dice Miguel Canala, encargado del proyecto UV Pulsada de la Asociación de Exportadores.

Mientras se acorta el plazo para terminar con el uso de este compuesto químico, el insistente ácaro rojizo, que trepa racimos y follajes en la uva, se sigue reproduciendo. Es la famosa 'Falsa Arañita de la Vid', a la cual, en realidad, no le gusta la uva. Su debilidad es la hoja, y cuando escapa al riguroso control de las fumigaciones se come la superficie de ellas, anulando su función en la fotosíntesis.

Minúscula, casi transparente cuando tiene poca edad y de color rojo cuando es adulta, hasta parece inofensiva.

Al insinuarse la UV Pulsada como un eficaz reemplazante del Bromuro de Metilo en los tratamientos de post cosecha de la fruta de exportación, también se presenta como el próximo 'Rambo' para este tipo de ácaro, según los experimentos del investigador chileno en la Universidad de California.

"Este profesor nos había hecho varios trabajos de investigación -recuerda Miguel Canala-; entre ellos, el registro de los generadores de anhídrido sulfuroso, que son unos papelillos que generan SO2 y se instalan dentro del embalaje para la conservación de la uva. Después, en 1989, elaboró toda la información técnica que sustentó nuestra argumentación de que la uva con cianuro fue envenenada fuera de Chile".

Hace dos o tres años vino a Chile y trajo esta nueva idea. La asociación se interesó y postuló al Fondef para financiar en forma compartida el proyecto. Con rapidez inusitada se formó un equipo de trabajo, el que lidera en Chile el profesor de la Facultad Agropecuaria de la Universidad Católica de Valparaíso, Eugenio López Laport. "Me pidió dirigir el grupo de trabajo después que le conté el tratamiento cuarentenario que en 1991 desarrollamos en la Universidad para la chirimoya, por el mismo ácaro de la uva.

El bromuro de metilo pudre esta fruta, así que ideé un tratamiento de encerado que fue autorizado en Estados Unidos y hoy permite exportar chirimoyas hacia ese mercado".

Tecnología futurista

El grupo lo integran las universidades Católica de Valparaíso, de California (EE.UU.), Pontificia Universidad Católica de Chile y la Asociación de Exportadores. Por la Universidad Católica de Chile, el profesor Bernardo Latorre se hizo cargo de la acción de la UV Pulsada sobre la Botriris. En la Universidad Católica de Valparaíso, los profesores Ximena Garay y Eugenio López tomaron la parte relacionada con el ácaro, mientras el investigador chileno de la Universidad de California se mantuvo en la parte de la luz UV Pulsada.

A dos años de iniciado el proyecto, las conclusiones son auspiciosas. Se demostró que la UV Pulsada no sólo controla el ácaro sino, además, hongos, insectos y bacterias; que es limpia, no deja residuos y es absolutamente inocua para la salud.

La segunda parte -en la que se está ahora- consiste en diseñar la máquina que permite iluminar racimos de uvas en toda su superficie.

"Es un desafío para el diseño, porque tiene que tener una fuente de iluminación que asegure llegar a todos los rincones. No cualquier superficie ni cualquier compuesto absorbe la energía que viene en el haz luminoso. En la uva, por ejemplo, rebota, no se calienta, pero el ácaro sí absorbe toda la energía", explica Eugenio López.

Se ha calculado que un material reflactante dentro de la cámara permita no absorber esta energía y que el rebote del rayo, en múltiples direcciones, no deje rincón sin luz UV. Ya existe la Lámpara Exímera, especie de tubo fluorescente que en vez de iluminar en una sola dirección expulsa la energía como una especie de ducha. Es más económica que el láser (tiene un costo aproximado de US$ 35.000), proporciona la misma longitud de onda y, además, ilumina todo de un viaje. Eso resolvería el problema de iluminar granos de uva sin manipular el racimo.

La Asociación de Exportadores está ultimando los detalles de esta segunda parte del proyecto, responsable de la aplicación comercial, que será presentado en el Fontec a comienzos de marzo.

Para operar esta máquina se deben tomar ciertas precauciones, advierte Eugenio López. "NO debe entrar gente no autorizada en el área de iluminación y hay que usar lentes, delantal y guantes como medida de seguridad; en realidad, nada tan distinto a lo que se exige durante las aplicaciones de pesticidas. En caso de imprudencia, el rayo produce quemaduras, incluso llagas".

El plazo para finalizar el proyecto es tres años y se cumple en diciembre de 1997.

La velocidad a la que se ha avanzado hace presumir que en el primer semestre de este año ya debería estar listo el equipo. Para su realización, el Fondef aportó $174 millones y la Asociación de Exportadores puso el resto, $ 72 millones. La primera inversión consistió en la compra de un equipo láser que costó cerca de US$ 70 mil y que hasta enero de 1997 estuvo en la Universidad de California. Según los acuerdos, este equipo de precisión debe quedar definitivamente en la Universidad Católica de Valparaíso.

Patente compartida

Una vez que finalice el proyecto y se informe sobre todos sus beneficios, habrá que hacerle una proposición oficial a la universidad californiana, considerando que es la dueña de la patente. Además, si el proyecto genera nueva tecnología que pueda ser patentable, las universidades de ambos países, además del gremio de los empresarios frutícolas, participarán de los beneficios que ofrece dicha propiedad.

Esta innovación tecnológica, aparte de relajar el ánimo de los exportadores de uva de mesa, podrá ser usada en distintos tipos de fruta; también, al limpiar patógenos y partículas de polvo, como descontaminadora de aguas y para absorber del aire hasta cristales de pesticidas. Este fue el primer proyecto de carácter internacional que financió el Fondef, lo que obligó, incluso, a un cambio en sus estatutos.

La jefa de Control de Seguimiento de Proyectos del Fondef, Araceli Jaqueih, dice que los contratos traen una cláusula que estipula que la institución que desarrolla el proyecto se queda con la patente, pudiendo transferir la tecnología al sector privado. Pero como en este caso se trató de un desarrollo tecnológico ya existente hubo que modificar algunas de las disposiciones.

 
Revista Correo de la Innovación.
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LOS UV EN EL BANQUILLO

Hace cerca de 15 años que en Chile se estaba indagando sobre alguna alternativa al bromuro de metilo. Cuando se conoció este proyecto hubo diferentes reacciones.

Quienes se admiraron y lo aplaudieron y los que, por el contrario, mantienen serias reservas. Entre ellos está Horst Berger, profesor de la facultad Agraria y Forestal de la Universidad de Chile, quien trabaja en la parte post cosecha.

Reconoce que se trata de una energía limpia, inocua y muy efectiva. Y que era urgente encontrar un sustituto al bromuro de metilo que no implicara intervención tecnológica en la producción. Sin embargo, a su juicio, esta es una tecnología cara y difícil de implementar. Además, agrega preocupado, el proyecto está enfocado hacia la uva de mesa, es decir, son muchas pelotitas donde debería llegar la luz; por lo tanto, para que sea efectivo el tratamiento habría que rotarla, y no sé si un racimo tratado de esa manera va a quedar en buenas condiciones para la exportación.

El profesor Berger calcula que este tratamiento a la uva debería existir en cada packing del país (cerca de mil) y no todos los agricultores están en condiciones económicas de adquirir esta nueva tecnología, sobre todo cuando muchos de ellos funcionan en ramadas donde ni siquiera existe luz eléctrica, expresa.

Por otra parte, pese a que los investigadores del proyecto han hecho todo lo posible por marcar las diferencias entre los efectos inocuos de los rayos ultravioletas y los productos irradiados, esta impresión de parte de los consumidores se advierte como una fuerte barrera para la introducción de esta tecnología. Se sabe que los productos bañados con esta luz son 'iluminados', no irradiados, pero esa diferencia poco se conoce. Y quizás el desafío es cómo superar este detalle en el mercado.