VISION  
CHILE, AÑO 2000
Cuando el Futuro nos alcance
El año 2000 está a la vuelta de la esquina. Preguntamos a un sacerdote, un militar en retiro, una dirigenta sindical, un filósofo y una periodista y escritora cómo creen ellos que será nuestro país dentro de cinco años.
Roberto Palet

Cinco años parecen un plazo suficiente para que se produzcan cambios importantes en Chile. Para que la innovación se haga sentir en ámbitos como la educación, la vida cotidiana, el trabajo, la organización social. Para que no seamos los mismos. Pero ¿lo perciben así las personas consultadas? Por otra parte ¿coinciden los adultos y los niños sobre el futuro que se nos viene encima? Para levantar una cartografía de los cambios que se supone que tendrán lugar, instamos a nuestros entrevistados a que dejaran hablar a su lado menos racional; por ello dimos luz verde a las intuiciones, a las premoniciones, que no tienen como respaldo estudios, encuestas o curvas de tendencia.

Organizamos las respuestas en dos partes: por un lado, éstas se agrupan por temas a fin de buscar concordancias y diferencias. Y aquellas que tienen que ver más bien con el ámbito de acción de cada uno son reproducidas bajo la fórmula de entrevista.

Temida globalización

La llamada 'globalización' es un proceso que no implica ya sólo intercambios de productos y servicios, sino también un 'toma' y 'daca' de estilos de vida, de modelos culturales y hasta legales. El desarrollo de las telecomunicaciones y de las nuevas tecnologías de la información- en las que nuestro país ha tenido un desarrollo explosivo en los últimos años- incide directamente en este proceso.

Frente a ese optimismo, Humberto Giannini (filósofo y académico de la Universidad de Chile) vislumbra un porvenir no muy entusiasta. "La idea de la globalización en nuestro país me parece bastante ilusoria", señala. "los chilenos somos de alma insular; por eso Chile es uno de los países en los que la globalización es un elemento distorsionador. Recibiremos más información, pero será desmembrada y desarticulada y eso creará confusiones terribles", agrega.

Concuerda con ese análisis en gran medida Faride Zerán (escritora y periodista).

Haciendo hincapié en la falta de valor para enfrentar los temas más urgentes que requiere nuestra sociedad, señala que no cree en que la máquina traiga una mayor comunicación, en sí. "En un país en el que no se encaran los grandes temas pendientes, no creo que el que haya más Internet o más computadores signifique una comunicación más fluida. Incluso puede que esto se transforme en un sucedáneo, en una cortina de humo", señala.

De la opinión contraria es Ernesto Videla (ex oficial del Estado Mayor del Ejército de Chile y experto en temas de defensa), aunque no deja de plantear ciertas prevenciones. Para él la globalización implicará romper las barreras, desdibujar las fronteras. "Llegaremos a un modelo como el europeo, en el que las fronteras, que fueron causa de guerras y de muerte de millones de personas, ahora son elementos de referencia y no obstáculos. Vamos hacia eso y no hay que temerle", asegura Videla.

El ex militar, sin embargo, no deja de plantear ciertas interrogantes. "Hay que pensar que nosotros estuvimos no hace mucho al borde de una guerra con Argentina.

Ahora vamos a tener cierto grado de dependencia energética por el gas, y ellos de nuestra energía eléctrica", señala. "El intercambio de recursos puede ser origen de conflictos: Estados Unidos ha hecho la guerra cuantas veces ha visto lesionados sus intereses", agrega.

Sin embargo, cree que esos temores o riesgos tienen una solución en la medida de que se normen correctamente los mecanismos de solución de conflictos. "Echo de menos en los acuerdos firmados esas instancias claras para solucionar diferendos", señala.

María Rozas (dirigenta del colegio de Profesores, de la Central Unitaria de Trabajadores -CUT- e integrante del Consejo de la Organización Internacional del Trabajo -OIT) opina que el tema de la globalización y la integración se está planteando exclusivamente en términos economicistas. A pesar de ello, cree posible que haya más empleo, e incluso más ingresos, aunque sólo para algunos sectores.

"Para otros habrá pérdida de empleos, porque desaparecerán las áreas no competitivas, habrá regiones que resultarán perjudicadas al soportar la movilidad de la mano de obra que buscará mejores destinos", sostiene.

Incluso desde un punto de vista estrictamente económico, la globalización puede traer graves inconvenientes, ya que los empresarios tendrán que competir con mano de obra muy barata, e incluso subsidiada, como es el caso de la Apec, "donde mucha gente trabaja por apenas un plato de arroz" afirma la dirigenta.

Revoluciones que vienen

Queríamos saber qué cambios tecnológicos acabarían transformando profundamente nuestra sociedad en los años que vienen. A medida que preguntamos nos dimos cuenta de que no sólo se nos avecinan fuertes cambios tecnológicos, sino también sociales y culturales.

Ernesto Videla, por ejemplo, cree que el desarrollo tecnológico del país avanzará en todos los campos. Preguntando sobre si se veía subido al tren rápido Santiago- Valparaíso, dijo que sí, "por una razón fundamental: éste es un país con esperanza.

Yo nací y viví durante muchos años en un país absolutamente convencido de que era subdesarrollado y que no dejaría de serlo nunca. Ahora el desarrollo ya no es una utopía. Está al alcance de la mano".

Además no cree tan lejana la posibilidad de que tecnologías como el TV cable o Internet estén dentro de poco insertas incluso en los barrios más modestos. "Será lo mismo que pasó con la radio portátil. Antes era un lujo, hoy vas al campo y ves a los campesinos trabajando con los audífonos puestos".

Para Giannini, estos avances son más bien retrocesos. Cree que las telecomunicaciones alcanzarán dentro de pocos años campos como la educación ahorrando papeleo, pero distanciando las relaciones interpersonales. "En este país las relaciones han de ser más personalizadas por razones de cohesión social. La técnica tendrá consecuencias negativas dadas las condiciones sicológicas del chileno: la insularidad de su alma", apunta.

Explica el filósofo que la electrónica y la conectividad producirán sistemas de encierro en las personas. "El 'teletrabajo', que ya está sucediendo, significará que esa idea tan hermosa del trabajo en equipo peligra. Existirá un falso trabajo en equipo en el que la máquina o el sistema será lo único que ligará a las personas. El sujeto tenderá a desaparecer y lo único que irá quedando será algo mucho más amplio que nos asimilará y absorberá los lugares públicos: la técnica", señala.

Los avances en las comunicaciones, sumados a la integración económica, la globalización y al desarrollo en general, producirán en nuestro país una secularización de la sociedad. Esa es la opinión del sacerdote jesuita Fernando Montes (rector del Instituto Latinoamericano de Doctrina y Estudios Sociales, Ilades). Sin embargo, su opinión no es necesariamente negativa al respecto. "No toda secularización es mala: el hecho de desacralizar algunas cosas puede ser fruto de una vivencia muy profunda del cristianismo. La mayoría de edad del hombre no debe ser temida".

Una secularización entendida como una negación de la dimensión religiosa y espiritual sí debe ser temida, según el sacerdote, aunque se muestra optimista al respecto. "Ese es el gran desafío y el gran aporte que puede hacer América Latina y Chile al mundo: transitar al desarrollo sin perder su alma".

La reforma educacional es otro de los grandes desafíos de nuestro país. Sin duda, su aplicación producirá transformaciones no tan sólo en el mundo escolar, sino también sociales y culturales. Así lo cree María Rozas. "Sólo el hecho de extender la jornada producirá cambios claves. Por ejemplo, el niño tendrá mejores oportunidades de adquirir valores conductuales, entre ellos, aprenderá a jugar o hacer de la recreación un derecho legítimo. También recuperará el valor de trabajar en equipo. Creo que hará resurgir la relación humana".

En la familia, opina, el impacto será inmediato. "La madre podrá trabajar más tranquilamente si ya lo está haciendo; si no, tendrá tiempo para desarrollarse como persona ya sea aprendiendo a ser mejor madre, dueña de casa o ingresando al mercado laboral".

A nuevo siglo, nueva cara

Los cambios que ya se están produciendo y los que vendrán ¿cómo afectarán nuestra vida diaria?, ¿seremos más arrogantes?, ¿seguiremos siendo machistas?, ¿tendrá significación el "si vas para Chile...."? Para Faride Zerán, la arrogancia es, desgraciadamente, ya una realidad. "Es un complejo típico de nuevo rico. Los nuevos ricos son así: arrogantes, ostentosos, no tienen pudor en mostrar, no sólo su riqueza, sino también su estupidez. Yo quiero apostar a que, en diez años más, Chile será menos estúpido y, por tanto, menos arrogante".

Respecto al machismo cree que es una anacronismo que tenderá a desaparecer.

"Tengo el convencimiento de que esta sociedad debe resolver sus temas pendientes, es decir, democratizarse, y eso implica tanto a hombres como a mujeres. En ese contexto, pensar que el machismo siga campeando es absurdo".

"Yo creo que es verdad que los hombres se prueban en la miseria, pero también en la riqueza", afirma Humberto Giannini, coincidiendo en cierta manera con Zerán. "Si bien es falso que seamos ricos, la relativa buena situación económica del país nos está probando mal".

Y agrega: "Estos últimos veinte años han sido muy complicados en nuestro país.

Decíamos que éramos los más demócratas de América Latina: falso. Descubrimos que no lo éramos, que jamás lo fuimos, que no nos gusta serlo. Hemos demostrado que no tenemos conmiseración con los que sufren, porque queremos olvidar lo que nos recuerda problemas. Resulta que no somos tan acogedores, tampoco como creíamos, al menos en Santiago. En el sur y en el norte todavía queda gente abierta, pero Santiago es lo menos acogedor del mundo", señala.

Peleas y temores

Las polémicas, los debates, los temas que impostergablemente habremos de enfrentar ¿cuáles serán? Al respecto las opiniones fueron diversas, aunque tangencialmente todas apuntaban a un concepto tan abstracto como cotidiano: la modernidad.

Faride Zerán fue quien más insistentemente se refirió a él. Su misma columna (ver texto adjunto) apunta en esta dirección. Para ella, los temas que los chilenos tendríamos que discutir, son aquellos que ya desde hace bastante tiempo debimos haber resuelto. "son todos temas que debieran debatirse abiertamente, sin tabúes, sin censura, sin vetos. Yo no podría pensar que, el Chile del siglo XXI todavía no tendrá ley de divorcio. No puedo pensar que se va a seguir penalizando el aborto, incluso en situaciones en las que en cualquier país del mundo no es sancionado. No puedo pensar que en Chile del siglo XXI aún se esté discutiendo si los chilenos somos aptos o no para ver "La última tentación de Cristo".

Fernando Montes opina que la modernidad es el gran debate que habremos de asumir los chilenos en todas sus dimensiones. "Creo que la pregunta más de fondo, en la que vamos a tener que entendernos y definirnos, es ¿qué es la modernidad? ¿Es más moderna una sociedad en la que cada uno vive su propia vida hasta el suicidio? ¿O podemos soñar otra modernidad? Por ejemplo, me parece aberrante lo que sucede en el deporte. Cuando uno deja de amar para bajar una décima de segundo y ser el primero, entonces deja de vivir. En ese contexto el debate de la modernidad es el debate del hombre: y el hombre ¿dónde está?".

Los temores forman parte de nuestra vida personal, pero también social. Hay sociedades con tendencia a temerle a la muerte, al fracaso, al extranjero. Que se lo pregunten si no a los perseguidos por las leyes del 'macarthismo' en los Estados Unidos de los años '50. Por eso nos preguntamos cuáles serían nuestros temores del próximo siglo.

En opinión de Ernesto Videla , "se agudizarán los temores asociados al progreso. El temor a lo desconocido, la inquietud por la deshumanización del hombre". Para el ex militar, nuestro país parece consciente de los problemas que conllevan la modernidad y el desarrollo. "Un sistema altamente competitivo, creo que tiene que ir asociado a una gran madurez y esa madurez se basa en elementos morales. El hecho de que la gente se cuestione y que los jóvenes estén privilegiando la relación con la familia, el hacer deporte, la vida al aire libre, eso son manifestaciones de una sociedad muy sana", agrega.

El sacerdote Fernando Montes también apunta a la gran competitividad de nuestra sociedad como fuente de temores. El los define como "temores asociados a una sociedad que de una lucha de clases ha pasado a una lucha de todos contra todos".

"El exceso de insistencia en la autorrealización puede dejar un lastre muy grande de soledad", afirma. Junto con ello, también vislumbra esperanzas, casi derivadas de esos temores. "Yo uso mucho la fórmula del vaciado. Esas soledades y ese descontento expresado en las drogas, un sexo descontrolado, un hiper trabajismo o un exceso de televisión, se convertirán en un llamado muy hondo a la espiritualidad".

La equidad que no llega

El tema de la justicia social es recurrente. Mientras hay encuestas que nos sitúan entre los países con peor distribución de la riqueza, otros estudios afirman que la desigualdad es un escollo para el desarrollo. Nos preguntamos, entonces, si esa conciencia del problema se traduciría en políticas concretas o todo seguirá igual.

"Lo veo difícil. Así como estamos y sobre todo en la medida en que el Estado reduce sus ingresos, teniendo menos posibilidades de mejorar la equidad". Así se expresa María Rozas, para quien el futuro, en este sentido, no es muy prometedor a pesar de aquellas promesas que hablan que para el 2000 seremos un país con una renta media comparable a la de países europeos de desarrollo medio, como España. "En ese indicador tenemos que incluir a 500 mil trabajadores que ganan $ 60 mil y a empleadores privados que ganan $ 7 millones mensuales".

Y puntualiza que "coincidiré en el análisis con el ministro de Hacienda en el sentido de que subirá el ingreso promedio de los chilenos para el 2000, pero una gran mayoría seguirá diez o quince veces por debajo de ese promedio".

Escepticismo similar es el de Fernando Montes. "Por muy bien que nos vaya, es imposible que dentro de diez o quince años podamos, como sociedad, responder a todo lo que la televisión nos propone como imprescindible para ser feliz".

Esa desigualdad objetiva y subjetiva, opina, puede llegar a ser campo abonado para la aparición de líderes populistas. "Esto está unido a una despreocupación por lo político. Entonces, puede llegar un mesías que ofrezca fácilmente lo que sea y encontrará un campo abonado para sus propuestas".

 
Revista Correo de la Innovación.
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ERNESTO VIDELA, EX OFICIAL DE EJERCITO

  • La integración económica. "Cuando nos metemos en estos procesos hay que pensar siempre en la posibilidad de que haya una crisis. Si nosotros tenemos el gas de Argentina, eso es un avance, pero también podría ser una fuente de conflicto si hay escasez de gas".
  • Ejército conjunto chileno-argentino. "Hoy día no existe motivación para un ejército común. ¿Para enfrentarse a quién?, ¿para defenderse de quién?, ¿de Brasil? Si planteamos eso nos vamos derecho a una guerra.
  • El ejército profesional. "Veo la tendencia política más que militar, hacia un ejército profesional. El problema es que no le han puesto número y habrá que ver cuál es su costo".
  • Amenazas futuras a la seguridad. "Las hipótesis vecinales están y estarán siempre vigentes. El problema es el grado de factibilidad de esas hipótesis. Hoy en día yo no veo plazos críticos para ninguna de esas hipótesis.
  • Una mujer general. "No me imagino a una mujer cumpliendo todas las etapas que se han de cumplir para llegar al generalato. No hablo de inteligencia, sino de habilidades físicas".

 

MARÍA ROZAS, DIRIGENTA SINDICAL

  • Perspectiva-país. "Criticamos a los empresarios por no tener una perspectiva-país, y el movimiento sindical tampoco me parece que la tiene".
  • Amigos y enemigos. "Seguimos viendo al empresario y al Gobierno como enemigos -aunque con justa razón- y no somos capaces de mirarlos como aliados cuando también pueden serlo".
  • La CUT del 2000. "Debemos realizar un enorme esfuerzo por hacer de la CUT una organización capaz de enfrentar y adelantar los procesos y no asumir los conflictos cuando ya están en desarrollo. O sea, tener capacidad de presentar propuestas".
  • Conflictos y negociación. "Siempre habrá conflictividad, porque a los empresarios chilenos les cuesta asumir otra perspectiva de país. Pero también hay que ser más autocríticos y conseguir adelantarnos a los conflictos para buscar salidas".

 

FERNANDO MONTES, SACERDOTE JESUITA

  • Avance de las iglesias evangélicas.
  • Me temo que tendremos una generación que no se va a sentir ligada ni a la Iglesia Católica ni a la Pentecostal.

  • El poder de la palabra. "Nuestro desafío es cómo presentar la verdad sin tener que darle con ladrillos en la cabeza a la gente para que nos escuche".
  • El sucesor de Juan Pablo II. "Imagino que el próximo Papa será italiano".
  • Obligada castidad. "El celibato no pertenece al dogma de la Iglesia, sino que es algo disciplinario. Ahora, la Iglesia va a defender siempre el celibato como modo de vida de Jesucristo".
  • Fundamentalismo Católico. "Dado el Concilio Vaticano y las enseñanzas, es muy difícil que la Iglesia Católica caiga en esa trampa".