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ECOLOGIA
Lombrices para el agua
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De bajo costo y fácil de implementar, el tratamiento ecológico de aguas servidas desarrollado por el Laboratorio de Biofísica de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile, ya forma parte de las exportaciones no tradicionales del país. A través de un convenio con la Universidad de Montpellier, Francia, se trabaja en conjunto en dos plantas piloto, una en cada país, para expandir esta experiencia en Europa y Africa.

Financiado por el Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef), y llevado adelante por el doctor José Tohá y su equipo, el proyecto ya está siendo probado a nivel domiciliario. Vecinos de las comunas capitalinas de La Reina y La Florida afectados por la pasada sequía, ya decidieron aplicar este sistema y recuperar el agua utilizada para regar sus jardines.

Este es, sin embargo, sólo uno de sus potenciales usos. También puede descontaminar agua de residuos industriales que contienen desechos orgánicos, como mataderos e industrias procesadoras de productos lácteos, carne de cerdo o harina de pescado, entre otras.

En cuando a su impacto medioambiental, se trata de una tecnología que no emplea elementos químicos que dañen el entorno, y permite reutilizar el agua tratada para procesos industriales.

Victor Garrido y Francisco Izquierdo, dos amigos del profesor Tohá, tuvieron la idea, no obstante no tuvo los resultados deseados en sus aplicaciones iniciales. Sólo más tarde, en el laboratorio de la Escuela de Ingeniería y el con apoyo de Fondef, se pudo desarrollar.

Tras dos años de trabajo, en 1994 se construyó en Melipilla una primera planta piloto para tratar el agua servida de una población de mil personas.

El sistema tiene dos etapas. En la primera está el tratamiento de los biofiltros en la cual prácticamente se hace desaparecer o se reasimila toda la materia orgánica. Ello se logra a través de un sistema formado por piedras en la parte inferior, seguido de una capa de piedrecillas más finas, una capa de aserrín y humus, con muchos microorganismos y lombrices.

El agua fluye desde arriba y al pasar por este sistema, la materia orgánica es consumida por los microorganismos y las lombrices. Finalmente, sale abajo el agua clara, habiéndose reducido en un 96% la carga orgánica. En la segunda fase, el resto de los microorganismos es abatido por una lámpara ultravioleta.

Según sus creadores, los usos del sistema son múltiples. Puede emplearse en edificios, poblados y ciudades. Para los cinco millones de habitantes que tiene Santiago, se requerirían solo 50 hectáreas de infraestructura. Aparte de la planta de Melipilla, hay otros proyectos que se están desarrollando en Chiloé y Pirque para productos lácteos.

También hay conversaciones con una empresa pesquera y una industria porcina.

El debut internacional de este proyecto Fondef, a través del convenio con la Universidad de Montpellier, está llevando a la construcción de una planta en Caldera, III Región, donde entre otras cosas se puede aprovechar la energía eólica para bombear el agua y hacer el sistema más económico.

Esta tecnología fue seleccionada para su presentación en la feria de la APEC (Consejo para la Cooperación Económica del Asia Pacífico) realizada en Corea en 1995, donde tuvo una gran aceptación. Asimismo, desde Ecuador y Argentina han hecho consultas para el tratamiento de aguas para las industrias avícola y porcina.

 
Revista Correo de la Innovación.
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