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MODERNIZACIÓN Y RECONVERSIÓN DEL SECTOR AGRÍCOLA
Un Campo para Innovar

La innovación y la transferencia tecnológica comienzan a aparecer poco a poco en el campo. Pero falta esfuerzo y constancia para seguir la línea iniciada hace años por el sector agrofrutícola. Sólo así la agricultura podrá insertarse con éxito en los mercados internacionales.

Las transformaciones que está sufriendo desde hace más de una década la economía mundial, en términos de preferencias, competitividad, bloques comerciales regionales, disminución del proteccionismo y globalización de los mercados, han obligado a introducir importantes cambios en la estructura productiva del sector silvoagropecuario mundial.

En Chile, el tema no es nuevo. La reconversión agrícola ha sido uno de los asuntos más analizados en los últimos siete años, tanto a nivel de Gobierno como de los gremios empresariales, institutos de investigación y entidades de apoyo a las nuevas tecnologías. Es decir, ya es ampliamente reconocido que los procesos de apertura y globalización de la economía mundial están colocando como elemento central de la competitividad las capacidades de innovación y desarrollo tecnológico.

Para el Gobierno, la inserción y competitividad del sector agrícola nacional en el escenario internacional sólo es posible a través de transformaciones tecnológicas. Según el Ministro de Agricultura, Carlos Mladinic, "Chile muestra un saldo tecnológico notable dentro de los países en desarrollo, lo cual le permite disponer de tecnología de punta en sectores claves del sistema agropecuario. Aun cuando el país ha avanzado acorde con los cambios que se van produciendo en el mundo, le queda, sin embargo, un largo camino que recorrer".

Lo mismo se podría afirmar en cuanto a aportes en Investigación y Desarrollo (I+D) agrícola. Chile destina, en términos generales, alrededor de un punto porcentual del PIB sectorial, lo cual demuestra una desproporción en relación con los esfuerzos realizados por países más desarrollados, donde el gasto en I+D es de 1,5 a 2 veces superior a la cifra nacional.

Otro aspecto que resulta necesario destacar respecto al gasto en investigación se refiere al origen de los fondos. A diferencia de los países desarrollados, donde los aportes a I+D surgen por partes iguales desde el sector privado y público (hay incluso casos en los cuales hay más aportes privados que públicos), en Chile existe un fuerte predominio del Estado por sobre los aportes del sector empresarial.

No obstante, no sería justo hablar de una agricultura que no innova. Se trata de un sector variado, donde cohabitan áreas de punta con otras francamente deprimidas.

En el caso de la agroindustria nacional, ésta es realmente moderna y está en condiciones de competir con cualquiera. Pero no pasa lo mismo con la agricultura tradicional, donde si bien ha habido cambios importantes, han sido insuficientes. No obstante, se han logrado rendimientos importantes en producciones de remolacha y maíz, como también en las cosechas de trigo y en las producciones de leche y productos cárneos.

El mayor desafío que enfrenta el Gobierno es lograr traspasar estos avances tecnológicos hacia los pequeños productores, que son miles. Para Mladinic, "los éxitos se han dado hasta ahora en los grandes y medianos, razón por la cual queremos que llegue a todos y que las ganancias vayan en forma creciente y no decreciente según el estatus de cada sector".

Frente a esta diversificación, el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Ricardo Ariztía, estima que antes de evaluar al sector es necesario focalizarlo y detectar cuáles son sus problemas. No obstante, "prácticamente la mitad de la agricultura está en el rubro exportación, en tanto la otra mitad sustituye exportaciones. La tendencia lógica es que crezca la agricultura de exportación, algo que este año sucederá".

Acciones en marcha

En este complejo panorama intervienen múltiples variables. Desde la asignación de recursos, el óptimo uso del suelo, reglas claras de riego y, especialmente, una infraestructura vial que permita llegar a los puertos de embarque con los productos exportables. Todo ello sin dejar de considerar los factores financieros o climáticos.

En este empeño por transformar, modernizar y adecuar el sector agrícola a los escenarios mundiales, el Gobierno ha implementado una serie de acciones que han favorecido estos cambios, entre las cuales destacan el desarrollo de los mercados externos, el apoyo a la investigación, al financiamiento, a la transferencia tecnológica e inversión en infraestructura. Entre otros programas destacan el apoyo al fomento forestal, el apoyo a la productividad y desarrollo institucional del sector y perfeccionamiento de los mercados externos.

Paralelamente, se han desarrollado instrumentos de política tecnológica que podrían acotarse en tres grandes grupos:

  • Los fondos que financian proyectos, entre los cuales está el Fondo Nacional para el Desarrollo Tecnológico y Productivo (Fontec); el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef); la Fundación para la Innovación Agraria (FIA).

  • Los programas de transferencia tecnológica, como el Programa de Investigación, Innovación y Transferencia Tecnológica y el Programa de Desarrollo de Normalización Técnica y de Certificación de Calidad.

  • Los institutos de investigación, como el Instituto de Investigaciones Tecnológicas.

Esta infraestructura de oferta tecnológica está, sin embargo, fuertemente concentrada en tres grandes actores: el INIA (Instituto de Investigaciones Agrícolas), las universidades y los fondos concursables.

Dentro del presupuesto para 1998, la Corporación de Fomento (Corfo) ha previsto aumentar en un 23% el volumen de recursos destinados al fomento y modernización de la actividad productiva nacional, elevando de 13.400 a 18.400 las empresas que recibirán beneficios por sus programas.

El incremento más importante está en los programas de apoyo al sector agrícola, para los cuales se contemplan recursos por $ 6.081 millones. Estos incluyen fondos por $ 2.354 millones para Proyectos de Fomento (Profos) y asistencia técnica, que permitirán aumentar la cobertura de estos instrumentos desde 1.000 a 4.000 empresas agrícolas en relación a 1997; otros $ 1.639 millones para la facilitación de acceso al crédito, y $ 2.088 millones para un nuevo programa de reconversión forestal.

Aterrizar los cambios

Una visión global respecto a los problemas del sector, a su necesaria renovación y a sus potencialidades viene desde la Fundación Chile. Eduardo Bitrán, director general de la institución, estima que la incorporación de Chile a bloques comerciales ha generado logros importantes en el ámbito exportador, no obstante ha tenido implicancias en el tipo de cambio y en pérdidas de competitividad en una serie de actividades agrícolas que fueron muy importantes en el pasado.

Aun cuando el escenario descrito por Bitrán puede parecer negativo, aclara que hay que pensar hoy en día en un país exitoso en el ámbito internacional, en un país que no tiene crisis de balanza de pagos y con un tipo de cambio diferente. Un mejor escenario financiero económico, en el cual, sin embargo, algunos subsectores agrícolas tendrán, necesariamente, que cambiar.

Por ello afirma: "No me cabe ninguna duda de que actividades que fueron rentables para la agricultura hasta los años '80 han dejado de serlo y ya no lo serán en el futuro. Por eso hay que pensar y buscar opciones para los agricultores cuyas producciones no van a ser rentables. Hay una dispersión de productividad y, en el fondo, se trata de que los cultivos que son menos rentables en ciertas gamas agrícolas van a ser menos viables o dejarán de serlo. Sin embargo, siempre habrá otros que van a seguir produciéndose".

Un claro ejemplo de éxitos en reconversión se detecta en agricultores que han derivado al sector forestal. Es necesario reconocer que existe una cantidad importante de agricultores que, probablemente disponen de tierras de clase 3, 4, 5 y 6, y que las usan para actividades agrícolas bastante marginales, muy poco rentables y que han estado generando un problema de degradación del recurso suelo.

Frente a esta situación, Bitrán propone que una alternativa para ese tipo de suelos sean las plantaciones forestales. La idea es que los empresarios puedan combinar la forestación con algunas áreas dedicadas exclusivamente a la actividad agrícola. Pero no faltan los obstáculos. El problema es que una persona que ha vivido de una agricultura de subsistencia no puede esperar 15 años hasta que maduren los bosques. De esto, afirma Bitrán, se desprende que se requiere una innovación institucional y financiera que le permita anticipar los flujos futuros que tendrá. Uno de los programas destinados a hacer frente al tránsito de reconversión es la securitización forestal, un proyecto que comenzó a realizar Corfo y que hoy sigue en Fundación Chile.

Un modelo exitoso

Otras buenas posibilidades de modernización en actividades tradicionales se inscriben en el proceso exportador. Por ejemplo, la fruticultura orientada hacia el mercado de frescos fue un gran paso, ya que se aprovechó la diferencia estacional con el Hemisferio Norte. Ese sector sigue siendo atractivo, aun cuando ha disminuido la actividad por problemas de apreciación del tipo de cambio que ha sido muy pronunciado durante el año pasado.

Con todo, el desarrollo de la fruticultura orientada a la exportación en fresco permitió el nacimiento de la agroindustria que aprovecha productos de calidades inferiores y que ha generado un boom que hace 15 años era inexistente. Así es como se desarrolla la industria de deshidratados, frutas y hortalizas, congelados, conservas, etc. Estos productos han crecido hasta llegar a niveles de exportación del orden de los mil millones de dólares.

Otro sector en esta línea ha sido la producción y exportación de vino. De US$ 50 millones a comienzos de la década, se llegará a más de 300 millones este año.

No obstante, el caso más paradigmático se encuentra en los berries. Las especies que se agrupan en esta familia comprenden la frutilla, frambuesa, moras, grosellas y ahora se han agregado cuatro más de reciente introducción y que han dado origen al libro "Berries para el 2000", editado por la Fundación Chile. Se trata de las especies cranberry, arándano, lingonberry y sanddom.

Dentro de esta familia frutal, la especie más conocida y de mayor comercialización en Chile fue, hasta los años '80, la frutilla, original del Sur de nuestro país y entonces considerada una exquisitez. Sin embargo, la especie que marcó el inicio de las producciones de berries destinados a las exportaciones fue la frambuesa, planta que hasta mediados de los '80 cubría no más de 400 hectáreas entre la Región Metropolitana y la VII Región. Hoy, esa superficie supera las 3.000 hectáreas. Las exportaciones de este producto equivalen a un valor por sobre los US$ 17 millones. La frambuesa chilena representa el 6% de la producción mundial.

En los últimos años, la estrella de los berries ha sido el arándano, que ha mostrado el crecimiento más acelerado desde el momento de su introducción al país. Las primeras plantas llegaron a fines de los '80, pero fue a partir de los '90 cuando se desencadenó un fuerte impulso en nuevas plantaciones. En sólo cinco años este fruto generó al país ingresos por más de US$ 7 millones.

Estas alternativas productivas para el país provienen del proyecto "Cuatro nuevas especies para la agroindustria de exportación", cofinanciado por Conicyt a través del Fondef.

Es éste el camino que deberá seguir nuestra agricultura para lograr altos niveles de productividad y competitividad.

Ricardo Ariztía, que fue por varios años presidente de Fedefruta, ve el escenario con claridad: "En esta realidad, las ventajas que tenemos en relación con el resto del mundo dicen relación con el clima, aislamiento fito y zoosanitario, capacidad empresarial y laboral (asociada a una capacidad exportadora que se ha demostrado con creces) y mercados abiertos. Lo último, es que estamos en el Hemisferio Sur con 375 millones de habitantes y nosotros, generalmente, alimentamos al Hemisferio Norte que tiene 4.600 millones de consumidores. Esa ventaja comparativa es la que tenemos que aprovechar".

 
Revista Correo de la Innovación.
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¿Le gusta la carne de avestruz?

En cuatro años más, si todo sale como se ha propuesto, los chilenos estaríamos comiendo no sólo huevos sino que también carne de avestruz. Ahora ¿cómo es y qué sabor tiene esta carne? Ya lo sabremos. El hecho es que la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) del Ministerio de Agricultura llamó recientemente a concurso para la adjudicación de este proyecto. Las propuestas se cerraron el 6 de octubre. El propósito de la licitación es "contribuir a la innovación productiva del medio pecuario, al establecer un paquete tecnológico que permita manejar en forma eficiente el rubro avestruces, como también reforzar el escaso material genético existente en la actualidad".

Dentro de las exigencias que hizo el FIA a los interesados se estipula que el agente ejecutor del proyecto desarrolle las actividades en un tiempo máximo de 48 meses. El FIA proveerá las primeras doce especies (variedad cuello negro) que deberán criarse entre la V y VII Región.

Es posible que esta información entre en el ámbito de lo exótico, pero no es así. La explotación de esta ave constituye una industria emergente en Francia, España, Canadá, Sudáfrica, Israel, Estados Unidos y Australia, entre otros. Los principales países importadores de carne congelada y fresca son Suiza, Francia, Alemania, Japón y Holanda. Anualmente se venden en los mercados mundiales 1.500 toneladas de carne, 180.000 pieles y 160.000 kilos de plumas.

 

Hallazgos con futuro

  • A comienzos de este año, el INIA informó del descubrimiento del más importante nicho económico del Hemisferio Sur, el cual permitirá producir en la Novena Región las variedades de manzanas del clima frío de Europa y del mercado asiático.

  • Investigadores de la Escuela Nacional Superior de Agronomía de Toulouse, Francia, han logrado obtener melones transgénicos cuya duración alcanza 50 días sin que se alteren su sabor y aroma. Ello ha sido posible gracias al uso de la ingeniería genética, que permite modificar las enzimas responsables de la coloración, contenido de azúcar y acidez de los melones, así como el etileno, responsable de la maduración de las frutas y verduras.

  • La Universidad Arturo Prat de Iquique entregó a inversionistas privados un paquete de tecnologías aplicables a cultivos biológica y económicamente rentables en unas 40.000 hectáreas de la Pampa del Tamarugal, superficie que podría incorporarse a la explotación agrícola del país. El trabajo en agricultura en esta zona es posible por la existencia de la principal reserva de aguas subterráneas de la Primera Región, que es el acuífero del Tamarugal, cuya extensión es de 130 kilómetros y alcanza un total de 27 millones de metros cúbicos de agua, volumen que permite satisfacer toda la demanda de agua potable de Iquique.

  • En septiembre pasado, los ganaderos de Magallanes pusieron en marcha una nueva tecnología traída de Europa que consiste en la identificación electrónica del ganado. El sistema permite la introducción de un microchip en la zona subcutánea de los animales, cuyo manejo computarizado permitirá conocer el historial del animal, su capacidad productiva y la detección del lugar físico donde se localiza.

  • El Campus Antumapu de la Universidad de Chile desarrolló un proyecto que consiste en la obtención de un significativo aumento en la producción de manzanas y peras a través de la aplicación del sistema denominado "raleo químico", que permite optimizar el uso de productos químicos en estas especies. Asimismo, el Departamento de Producción Agrícola de la misma Universidad elaboró otro proyecto que permite el desarrollo y obtención de variedades especiales de limones y paltas. En limones, la nueva variedad es más jugosa, de cáscara delgada y sin pepas. En el caso de la palta, se trata de una variedad de piel más gruesa, cuesco pequeño y sin fibras.

 

Institutos en red

De acuerdo con un trabajo denominado "Esquema institucional del Sistema Científico Tecnológico Agropecuario de Chile", elaborado por el IICA, los institutos más importantes que están relacionados con el área silvoagropecuaria y acuícola son los siguientes:

  • Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), creado por el Ministerio de Agricultura en 1964. Representa el componente más importante en el sistema. Su misión es generar, adaptar y difundir conocimientos científico-tecnológicos que contribuyan a desarrollar la competitividad de los diversos actores que intervienen en el sector silvoagropecuario y agroindustrial nacional.

  • Instituto Forestal (Infor-Corfo), creado en 1961 con la misión de desarrollar la técnica forestal y la correcta aplicación de ésta. Sus acciones son promover, coordinar, fomentar y realizar las investigaciones forestales y de productos forestales. Su financiamiento proviene básicamente de contratos con Corfo para la realización de proyectos de investigación.

  • Instituto de Fomento Pesquero, creado en 1963. Sus principales funciones son la investigación científica y el asesoramiento en materia pesquera; realización de estudios sobre naturaleza, distribución y densidad de los recursos oceánicos vivientes; mejoramiento de los métodos de pesca; economía de la explotación y comercialización del pescado y otros productos pesqueros; adiestramiento de personal en laboratorios e industrias y control de calidad.

  • Centro de Información de Recursos Naturales (CIREN), creado en 1985 por el Instituto de Investigación de Recursos Naturales. Sus objetivos son establecer y mantener centralizada y sistematizada la información sobre recursos naturales del país, además de fortalecer un sistema de información ambiental en cooperación con la Comisión Nacional del Medio Ambiente.

  • Instituto de Investigación Tecnológica (INTEC), creado en 1968 para estudiar y proponer al Consejo de Corfo las medidas necesarias para promover en el país la investigación tecnológica y los estudios para el desarrollo de nuevos productos industriales y el perfeccionamiento de los existentes. Además, realiza investigaciones tecnológicas y desarrollo de productos, tanto a solicitud de las empresas como por iniciativa propia.

  • Fundación Chile. Esta institución es diferente a las demás. Se origina en 1974 por un contrato de transacción entre el Gobierno de Chile y la International Telephone and Telegraph Sud América (ITT). La Fundación se orienta principalmente a una labor de transferencia tecnológica. Para ello generalmente no realiza investigación original, sino que selecciona, adapta a las condiciones locales y difunde tecnologías que ya han sido empleadas con éxito en otros países. Además, pretende combinar armónicamente la creación de nuevas empresas, la prestación de servicios al sector productivo y la difusión de tecnologías.

En el sector privado también hay numerosos institutos que ejecutan actividades de investigación, destacando las empresas de biotecnología, grandes empresas forestales, hortofrutícolas, agroindustria láctea y empresas acuícolas.

 

PRINCIPALES GRUPOS DE CULTIVO
USO DEL SUELO CENSO 1976 CENSO 1997
Frutales 89.487 233.973
Viñas 106.016 86.256
Cereales y chacras 1.053.989 774.011
Leguminosas y tubérculos 210.889 127.204
Cultivos industriales 126.330 70.263
Hortalizas y flores 103.835 113.113

 

SUPERFICIE AGRÍCOLA Y FORESTAL
TOTAL Sup. Agrop. Sup. Forestal No Agrícola
Censo 1976 37,2 28,7 8,4 -
Censo 1997 49,8 27,1 19,9 2,7

 

POBLACION ANIMAL
TIPO DE ANIMAL CENSO 1976 CENSO 1997
Bovino 3.380.367 4.141.545
Ovino 5.678.325 3.710.459
Porcino 890.781 1.722.403
Caballar 443.991 415.184
Mulares 44.360 31.172
Caprinos 1.134.516 738.183
Llamas 70.338 79.365
Alpacas 27.264 45.282

 

APORTES DE LOS FONDOS SEGÚN EL SECTOR ECONÓMICO.-
Minería 13,8%
Manufacturera 15,8%
Pesca y Agricultura 15%
Otros 14,5%
Agropecuario y Forestal 36%