Ni los propios funcionarios se lo creían. En una encuesta a empresario chilenos, el Servicio de Impuestos Internos (SII) fue evaluado como uno de los organismos que más contribuye al desarrollo del país. Llama la atención porque, tradicionalmente y en buena parte del planeta, si hay algo que disgusta al empresario, es pagar impuestos. Sin embargo, dicho resultado no es fruto de la casualidad, sino de un ambicioso programa de modernización implementado desde el inicio de la transición democrática.

Conciente de la necesidad de mejorar la eficiencia de la gestión y su relación con el usuario, que no es otro que el contribuyente, y sin dejar de lado la necesaria rigurosidad en la fiscalización del pago de impuestos, el SII ha estado llevando a cabo diversas iniciativas.

Entre ellas se cuenta la apertura de nuevas unidades a lo largo del país, la modernización de su infraestructura informática, la simplificación de los procesos sancionatorios, la descentralización de su gestión, delegando responsabilidades en directores regionales y jefes de unidad.

También se ha desarrollado un interesante modelo de atención integral. Este, basado en el proyecto "Ciclo de Vida del Contribuyente", ha involucrado el rediseño de procedimientos de atención de público, agilizándolos, simplificándolos y eliminando requisitos innecesarios, de modo que el contribuyente se beneficie de la disminución de costos y de tiempo. A modo de ejemplo sirva el tan innovador como arriesgado proyecto "Tiempo Máximo de Espera", que se acaba de inaugurar. En él, el Servicio se compromete a atender al usuario antes de 30 minutos, en caso contrario, debe recibir y procesar sus antecedentes y remitirle el trámite terminado a su domicilio.

 
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