ENTORNO  
FUNDACIÓN EDUCACIÓN-EMPRESA
Jugar y crear

Novedosos cursos y programas han logrado una notable expansión entre escuelas y liceos de estrechos recursos, bajo la premisa de desarrollar en los alumnos una actitud emprendedora.

La iniciativa ha conseguido involucrar a la empresa privada y a sus ejecutivos en el tema de la educación.


Marcelo Hernández

Niños de tercero básico, que a esas alturas promedian entre ocho y diez años, abocados al diseño de un plano regulador para su ciudad. Otros escolares, ya más grandes y finalizando la Enseñanza Media, insertos en la creación de una compañía 'real' con todas las de la ley: directorio, acciones, estamentos de producción, mercadeo y ventas.

No se trata ciertamente de clases comunes y corrientes en establecimientos de bajos recursos de algunas regiones de nuestro país, pero sí corresponden a ejemplos de un plan que se ha ido ensanchando considerablemente desde hace poco menos de cuatro años, cuando comenzó a operar en Santiago la Fundación Educación-Empresa, una iniciativa sin fines de lucro cuya misión primordial es desarrollar en jóvenes chilenos la creatividad, el espíritu emprendedor y el respeto por la iniciativa privada.

Aunque la idea no es original de estas tierras, pues está basada en el 'Programa Junior Achievement' de las cotizadas universidades estadounidenses de Harvard y Princeton, la notable expansión de cursos y programas logrados en Chile desde 1993 a la fecha en la capital y algunas regiones dan perfecta cuenta de que acá el plan ha sumado adeptos y elogios.

A cargo de desarrollar el proyecto en Chile estuvo Francisco Javier Píriz Simonetti, el actual director ejecutivo de la Fundación, quien abandonó sus actividades empresariales vinculadas al petróleo tras ser 'cautivado' por esta iniciativa.

En ella invirtió sus mejores impulsos y energías, conformando así una entidad en la cual confluyeron personalidades de diversos ámbitos del acontecer nacional, especialmente del sector empresarial, todos bajo el objetivo de "involucrar a la empresa privada y a sus ejecutivos en el gran desafío de la educación, en el sentido de favorecer una mayor igualdad de oportunidades, entregando herramientas que permitan crear ingresos y mejorar la calidad de vida de personas de escasos recursos".

Clara muestra del abanico de participantes se aprecia en la conformación del Directorio, donde hace de cabeza como presidente el economista y ex Ministro del régimen militar Carlos Cáceres, mientras que de vicepresidente figura José Joaquín Brunner, el actual Ministro Secretario General de Gobierno del Presidente Frei.

Otros nombres de la mesa: Edmundo Hermosilla, Joaquín Lavín y José Antonio Guzmán, por citar a los más connotados. Por cierto, el compromiso de estas personalidades ha redundado en una imagen de fiabilidad que se ha traducido también en el apoyo financiero de más de 60 empresas que actualmente colaboran con la Fundación.

Metodología distinta

Los diferentes programas que imparte la Fundación Educación-Empresa corresponden a cursos para ser aplicados desde el jardín infantil inicial hasta la misma universidad, aunque el énfasis por ahora ha estado centrado en la Educación Básica y Media.

Las escuelas y liceos favorecidos corresponden, en su mayoría, a centros educacionales de escasos recursos dependientes de corporaciones municipales, sociedades de beneficencia o particulares subvencionados, que han mostrado interés en que sus alumnos "participen de la aventura de ser jóvenes emprendedores", según señala Trinidad Ried, product manager de la Fundación.

El gran 'plus' en el desarrollo de los programas, "más allá de los contenidos, está en la metodología que se aplica", agrega Ried, al destacar que lo más motivador para los estudiantes es la forma práctica y entretenida con que se imparten los cursos, a través de juegos, simulaciones, actualizaciones y refuerzos positivos, los cuales inducen a los niños a aventurarse con iniciativas, a argumentar sus razones y plantear soluciones, pero no sólo desde un lado meramente teórico, sino que también desde la práctica misma. En argot educacional, el sistema se denomina 'aprender haciendo'.

Los cursos de Educación Básica duran seis sesiones de 45 minutos y son impartidos por profesores universitarios colaboradores de la Fundación. Los de niveles superiores se desarrollan con 12 a 18 sesiones y son asesorados por ejecutivos, empresarios y profesores universitarios.

Entre los cursos de mayor éxito figuran 'Nosotros Mismos', para el nivel de kinder, en el cual a través de la lectura de un cuento y actividades prácticas los niños asumen la importancia de desarrollar sus propias ideas en conjunto con la premisa de trabajar en equipo. También destaca 'Nuestra Ciudad', para tercero básico, unidad en la cual los alumnos se introducen en el mundo de la construcción como actividad y en el rol que cumple el urbanista en la planificación del crecimiento de una metrópolis.

Pero, sin duda, los cursos 'estrella' han sido aquéllos para alumnos mayores, como 'La Compañía', que dura 15 sesiones de dos horas y media y está orientado a terceros y cuartos medios y liceos técnicos-profesionales. Se trata de que los estudiantes formen una compañía 'real', desde la obtención del capital inicial, venta de acciones, la elección de un directorio, de productos a comercializar, campañas de mercadeo y finalmente ventas.

Con el asesoramiento de empresarios y ejecutivos, generalmente de firmas que han auspiciado la realización de estos mismos cursos, durante 15 semanas los alumnos ejecutan todas las tareas involucradas en una compañía de verdad, incluyendo contabilidad, impuestos, sueldos, etc. Tras el lapso estipulado, la compañía se cierra, previa liquidación y los dividendos se 'reparten' entre los accionistas.

Para Francisco Javier Píriz "la idea es que por esta vía los jóvenes no sólo tomen contacto con el mundo empresarial, sino que aprendan a trabajar en equipo, tomar decisiones y se esfuercen por sacar adelante un proyecto común, porque lo más valioso de esta experiencia es que los jóvenes toman conciencia de que la empresa más importante es la propia y que lo que sean en el futuro dependerá, en gran medida, de su capacidad de emprender, crear y asumir riesgos".

Los mejores alumnos de 'La Compañía' han recibido interesantes estímulos, como la participación durante una semana en México en el Foro Internacional de Emprendedores, al cual han asistido becados los dos mejores alumnos del programa en 1995 y 1996.

En 1997 los destacados fueron Blanca Núñez, del Colegio Técnico Profesional de Hotelería y Turismo de Inacap, y Gonzalo Garfias, del Colegio Padre Hurtado, quienes compartieron una semana en México con otros 700 estudiantes latinoamericanos en un encuentro internacional del Junior Achievement.

"Siento que me han dado confianza en mí mismo, me siento más preparado para enfrentar el mundo exterior, porque no es fácil formar una empresa y tener éxito. Lo importante es ser verdaderamente perseverante, porque muchas veces las cosas no resultan a la primera tal como uno las planea", indica Gonzalo.

Otro programa de gran connotación ha sido aquél denominado 'MESE' (corresponde a su sigla en inglés: Management and Economic Simulation Exercise), más conocido como 'Juegos de Negocios'. Se trata de una competencia que consiste en ejercicios de simulación para la toma de decisiones empresariales, buscando que los alumnos se introduzcan en el funcionamiento de un mercado abierto y globalizado.

Uno de los directores de la Fundación, el alcalde de Las Condes Joaquín Lavín, es uno de los más entusiastas impulsores del proyecto: actualmente en seis liceos municipalizados de Las Condes se realizan actividades.

"Gracias a estos cursos, los jóvenes aprenden a no esperar que la vida les sea regalada y a que les sucedan cosas, sino a ser 'busquillas' y generadores de sus propios destinos, a darse cuenta de que el éxito depende de sí mismos", señala Lavín.

 
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