CASOS  
INVESTIGACION
La solución en un kit

Un problema de interés nacional, la marea roja, debiera crear una solución de carácter global. Parte de ella se ha logrado con el desarrollo de tecnologías de detección rápida de toxinas marinas.


El florecimiento de algas tóxicas, la comúnmente llamada marea roja, constituye una constante amenaza para la salud humana y la industria conservera. Hasta ahora, la detección de este fenómeno tenía un elevado costo y sus resultados no eran inmediatos sino que requerían períodos de pruebas que, en definitiva, hacían impracticable la extracción o acuicultura en zonas remotas. Este fenómeno resulta crítico para las empresas del sector radicadas en las regiones del extremo sur del país (Décima, Undécima y Duodécima).

Con el objetivo de paliar esta dificultad, la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, en colaboración con empresas del sector, el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) y la Universidad de Magallanes, desarrolló un proyecto de investigación para conseguir sistemas de detección rápida y de bajo costo de las toxinas marinas. El proyecto, desarrollado desde 1994, ha cumplido, según sus impulsores, buena parte de los objetivos trazados. Entre éstos se encuentra un kit de reactivos que permite la detección rápida de las toxinas y la instalación de laboratorios especializados de bajo costo en las instituciones mencionadas y en las plantas conserveras Trans Antartic, ubicada en Puerto Montt, y Comtesa, en Puerto Chacabuco.

Para el doctor Benjamín Suárez, director del proyecto, otro impacto relevante de la investigación ha sido la creación de un grupo de expertos que ha ganado experiencia concreta en el estudio y manejo de los impactos de las toxinas VDM diarreica y VPM paralizante. Por primera vez en Chile, agrega el académico, se han podido establecer perfiles cuantitativos de las toxinas marinas de nuestras costas, se han logrado cultivos de tóxicos en laboratorio, se ha avanzado en el conocimiento de las variables oceanográficas y desarrollado métodos de defensa para plantas procesadoras y faenas en terreno.

Desde el punto de vista de las empresas, esta tecnología mejora considerablemente la competitividad en los mercados externos de sus productos pesqueros. Entre otras razones porque permite la extracción de moluscos bivalvos en amplias zonas que permanecían en veda permanente y el control de los productos que ingresan y salen de las plantas.

Homologado por el Instituto de Salud Pública en 1995, este sistema de detección se viene realizando en el laboratorio de toxinas marinas de la Universidad de Chile, junto al del IFOP de Punta Arenas. El Servicio Nacional de Pesca ha utilizado los servicios de estos laboratorios para la certificación, de sitios y partidas de mariscos para la exportación, en el marco del Programa de Sanidad de Moluscos Bivalvos Sernapesca-Unión Europea. Tras la instalación de sus laboratorios, las empresas mencionadas realizan, a su vez, controles rutinarios de la materia prima de sus plantas. Esto ha permitido, según fuentes cercanas a las empresas, un aumento en su producción de conservas.

Contacto: Benjamín Suárez (U. de Chile). Fono: 678 6308.

 
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