PIONEROS  
Lo complicado y apasionante de inventar y negociar

Una pequeña empresa chilena está a punto de asociarse a los grandes distribuidores internacionales de equipamiento oftalmológico. Gracias a un invento propio, podría abrir las puertas del éxito comercial a la innovación hecha en casa.

No es usual que una empresa se dedique a la innovación como actividad única y exclusiva.  Tampoco lo es que un académico universitario abandone la seguridad de las aulas por la aventura de la invención. Pero Luis Paredes se decidió por este camino y junto al ingeniero Alfredo Zolezzi fundó hace cuatro años, en la ciudad de Viña del Mar, la firma Ultratech. La única empresa que aparece en Impuestos Internos con el giro de innovación tecnológica, asegura.
Bachiller en química, master en economía, doctor en física, estudioso de filosofía de la ciencia, ex académico de la Universidad Federico Santa María y, en sus propias palabras, ingeniero renegado, decidió transformar en un negocio el tema que le apasionó desde sus años de estudiante: cómo desarrollar tecnología con un fin productivo.

Ultratech posee doce proyectos que se encuentran en diferentes etapas de desarrollo. Uno de ellos está a punto de transformarse en la entrada triunfal de la empresa al mercado de la innovación: se está negociando la venta de la patente con las más importantes firmas de equipamiento oftalmológico del mundo. Se trata del sistema Visiontech que permite hacer un diagnóstico objetivo a pacientes con cataratas, uno de los principales problemas a la vista causante de ceguera. El diagnóstico por esta vía no sólo es más preciso y comprensible para los pacientes, sino que permite hacer un seguimiento acabado de la evolución del mal.

De esta forma, es también la antesala de un segundo proyecto: un tratamiento no quirúrgico de las cataratas que actualmente está en experimentación y que promete convertirse en una verdadera revolución en la medicina ocular (ver recuadro).

Además del área médica, Ultratech ha desarrollado trabajos en otros dos frentes: la minería y los recursos naturales. En la primera, desarrollaron un sistema para determinar la temperatura en el interior de un Convertidor Teniente un reactor utilizado en la minería del cobre que ya ha despertado el interés de varias empresas. Y, en la segunda, elaboraron un método enzimático para la extracción de aceites de avellana y rosa mosqueta.

 

En las fronteras del conocimiento

Antes de fundar Ultratech, Luis Paredes había trabajado en otros proyectos, en el área minera, desarrollando soluciones desde su disciplina: Creo que la física, por estar en la base de la ingeniería, tiene muchas cosas que decir. Pero la gente que estudia ciencia termina generalmente reducida al ámbito académico, que es muy interesante, pero no tiene grandes conexiones con el sector productivo. Hay también cierto rechazo en las empresas hacia el mundo de la ciencia por considerarlo demasiado volado. Pero ambos mundos deben trabajar juntos.

En 1986, Paredes generó un sistema para optimizar la lixiviación tratamiento bioquímico utiliza-do para purificar minerales, disolviendo el material inservible que está en uso en algunas faenas mineras, aunque con modificaciones. Y, en 1990, patentó un sistema para medir volúmenes en estanques de cualquier geometría que está pronto a comercializarse.

A partir de 1991 comenzó a trabajar con su socio,  Alfredo Zolezzi, relación que se formalizó en 1994 con la creación de Ultratech. La política de la empresa es rescatar la creatividad y el entusiasmo de  los profesionales jóvenes, otorgándoles un espacio para la innovación. Yo trabajé muchos años en la Universidad y vi pasar cantidades de gente con inteligencia notable pero que, al terminar de estudiar, entraban al sistema y perdían la oportunidad de hacer cosas. La idea es aprovechar ese potencial. Hay cosas en las que nunca podremos competir con los países desarrollados, pero hay otras donde no tenemos nada que envidiarles. Una de ellas es elrecurso humano, dice Paredes.

En cada proyecto se trabaja con equipos específicos formados por especialistas contratados por horas, de manera que puedan combinar esta labor con otros trabajos. El Estado, a través de iniciativas como el Fontec, financia parte de los proyectos y, el resto, lo pone la empresa, asociándose a veces con inversionistas privados. Pero, advierte Paredes, éstos no suelen interesarse en un proyecto en etapa de investigación y desarrollo, sino sólo cuando hay un producto final. 

El enfoque del trabajo es siempre multidisciplinario y eso tiene una razón de fondo: Los problemas que puedes resolver en tu especialidad ya los han resuelto los especialistas; los problemas que siguen sin resolverse son los que requieren la participación de distintas disciplinas. Este fue para mi un punto de partida dice Paredes.

La opción por el camino de la innovación, sin embargo, no es fácil, y de eso puede dar cuenta la trayectoria de Ultratech. Nuestra empresa tiene las ventajas y las dificultades que tiene, en general, la innovación tecnológica. Lo interesante es estar trabajando en las fronteras del conocimiento, además de las atractivas potencialidades de venta y  rentabilidad. Por otro lado, el problema es ser una empresa sin caja chica, que debe cubrir los gastos mientras negocia con empresas que no tienen los mismos apremios y que se toman todo el tiempo del mundo, explica.

Pero, a su juicio, hoy en día se cuenta con un terreno más fértil para este tipo de iniciativas, ya que en el país está cambiando la mentalidad respecto de la innovación: Hasta hace un par de años, cuando uno hacía una demostración, la pregunta que surgía de inmediato en el interesado era en qué otra parte del mundo se está aplicando esto. Se tendía a pensar que no era posible que nosotros fuéramos capaces de generar cosas completamente nuevas.

 

Negociar es otro cuento

La experiencia de sus primeros años como inventor le valió para reafirmar su vocación innovadora y, también, para conocer el lado oscuro de esta actividad: En ese tiempo yo era muy ingenuo. Hice algo, no supe protegerlo y después quedó en el dominio público. Al principio uno ve esto sólo como el atractivo de descubrir cosas, pero transformarlo en un negocio es otro cuento, es generar las interfaces que comunican el desarrollo tecnológico con el comercial, desde la idea al proyecto. El negocio que hay detrás de la venta de una patente es un proceso complicado, pero apasionante, señala.

De acuerdo a su experiencia, cuando una empresa pequeña va a negociar con una importante, generalmente lo hace desde una situación de desmedro. Paredes cuenta que ya intentaron transar la patente de Visiontech con una importante empresa nacional, la que en un principio se mostró interesada en repartir las ganancias por igual. Pero, pese a que sus propias estimaciones decían que éstas serían millonarias, se trataba de un negocio chico para ellos, en comparación con los grandes volúmenes que implicaban sus proyectos. Por eso condicionaron su entrada a un porcentaje mayor de ganancias: el 90%.
Obviamente la gestión no llegó a puerto y Ultratech está negociando ahora en el plano internacional. Queremos lograr la suficiente fortaleza para que el trato sea en un plano horizontal, señala Paredes. Para ello, están intentando una experiencia nueva con la ayuda estatal (Ver recuadro), que consiste en un respaldo de país para tratar con importantes entida-des extranjeras en las mejores condiciones. Es muy distinto que una empresa con un proyecto que tiene expectativas comerciales vaya a negociar sola, a que sea el propio Estado de Chile el que haga la presentación a través de sus representantes, agrega.
La estrategia se está inaugurando con el sistema de diagnóstico Visiontech. Para Paredes es un buen augurio: nosotros pagamos el noviciado, pero será mucho más fácil para los que vienen después.

 
Revista Correo de la Innovación.
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UN INVENTO VISIONARIO

En Chile, entre el 50 y el 60% de la población está o estará afectada por algún grado de cataratas. Este mal, que consiste en la opacificación del cristalino en forma de características nubes, es la principal causa de ceguera en el mundo. El avance progresivo de la opacidad impide que la luz llegue a la retina, haciendo que el paciente pierda la capacidad de percibir formas y colores. En la actualidad este proceso sólo tiene una alternativa: la cirugía. En Chile se practican cuarenta mil operaciones al año. Pero este tratamiento, además de ser riesgoso y de alto costo, no siempre puede llevarse a cabo ni tampoco asegura éxito en todos los casos.
Investigando la posibilidad de desarrollar un tratamiento no invasivo y ambulatorio basado en el ultrasonido, Luis Paredes y Alfredo Zolezzi se encontraron con que había un escollo previo que salvar. El oftalmólogo, al examinar el cristalino, sólo ve un montón de manchas blancas y toma apuntes. Cuando el paciente vuelve, al cabo de unos meses, es imposible que el especialista se acuerde de esas manchas. Estas crecen de manera completamente aleatoria, lo que se traduce en que el diagnóstico es absolutamente subjetivo y ambiguo. Lo que nosotros hicimos fue cuantificar esta subjetividad, explica Paredes.
Bajo su dirección trabajó, durante un año, un equipo integrado por el médico Walter Lips, el ingeniero electrónico Alex Börger y el matemático Orlando Campos. El resultado fue la creación del sistema Visiontech: una cámara de video, conectada a la lámpara de hendidura del oftalmólogo, registra una imagen análoga que es digitalizada por el computador y procesada por un software que permite cuantificar el estado del paciente, observar su evolución en el tiempo por medio del registro de imágenes y hacer una proyección respecto del tratamiento.
El sistema fue aplicado con éxito en el Hospital Naval de Viña del Mar: Lo probamos con pacientes reales y funcionó tan bien que empezamos a pensar que podía ser una oportunidad comercial. Lo patentamos y estamos en la etapa de transformar una idea tecnológica, que tiene una finalidad productiva, en un negocio. 
En la actualidad  están negociando con distintas empresas extranjeras interesadas en comprar la patente, entre las que destacan las norteamericanas Topcom American Corp. la mayor distribuidora mundial de equipos oftalmológicos y Haag Streit la más prestigiada de las empresas de oftalmología en el mundo, además de la francesa Thompson.
El potencial comercial del producto es realmente notable. Estudios hechos por consultoras especializadas han llegado a estimar en cinco millones de dólares su rentabilidad en un año, lo que multiplica varias veces la inversión inicial en el proyecto cien mil dólares, de la cual Fontec aportó el 40%.
Paralelamente, Ultratech continuó el desarrollo de su prometedor tratamiento no quirúrgico de las cataratas. Este combina el ultrasonido con la aplicación de un agente químico para recuperar la transparencia del cristalino. El tratamiento sería ambulatorio e implicaría un período de recuperación mínimo, además de tener un costo muy inferior a la cirugía. En los próximos meses, los socios de Ultratech se trasladarán a Europa para realizar pruebas de validación en un centro nuclear.
Una vez superada esa etapa, y con el camino hacia el mercado internacional allanado por la experiencia del proyecto Visiontech, el tratamiento podría convertirse en la próxima revolución de esta área de la medicina.

 

EL IMPULSO FINAL

El apoyo de Fontec para la investigación y el desarrollo son un primer paso muy importante, pero las cosas no terminan allí. Cuando un invento tiene éxito y llega a un estado en que se puede vender la patente en el extranjero, no se le puede dejar abandonado a sus propios medios, afirma Luis Paredes.
Y esa apreciación la comparte también la Corfo. Por ello, la entidad está dando los primeros pasos para apoyar los proyectos en la etapa de atraer inversiones y, de esta forma, dar continuidad al esfuerzo desplegado por las instancias de fomento. El proyecto Visiontech es también pionero en la búsqueda de mecanismos que creen mejores condiciones para la negociación con grandes empresas.
Según informa el Director de Promoción e Inversiones de Corfo, Andrés Parker, se trata de un proyecto aún incipiente, pero que promete ser un buen negocio para todo el sistema, porque puede significar 
el retorno de nuestra inversión en investigación por la vía de una comercialización exitosa.