ESPECIAL  
Más vale prevenir que curar

Hoy las empresas se rigen por dos políticas principales: 
la de medio ambiente y la de desarrollo productivo. Hacia la integración de ambas apunta lo que se conoce como Producción Limpia, que busca aplicar una  estrategia ambiental preventiva e integradora, que considere a la vez la eficiencia, competitividad y rentabilidad del sector productivo.

 

Muchos culpan a Pedro de Valdivia por haber fundado Santiago en el valle del río Mapocho. Ello, porque la decisión del conquistador privó a la ciudad de las características físicas necesarias para una buena ventilación  atmosférica, lo que se ha tornado la principal causal de los actuales problemas de contaminación de la capital, origen de las cientos de afecciones de sus habitantes, y un verdadero dolor de cabeza para las autoridades.

Otros, sin embargo, apuntan a factores económicos y sociales con el dedo acusador: el excesivo crecimiento de la ciudad, el acelerado proceso de industrialización que vivió el país, y el exagerado centralismo, que suponía como condición para el desarrollo productivo la presencia en la capital. Esto generó, durante una época, la concentración de las principales industrias nacionales en esta urbe sumida en los faldeos cordilleranos.

Este agitado desarrollo del proceso productivo encontró al Estado chileno sin una reglamentación clara respecto a las consecuencias que tenía para el entorno. Así, y para no detener el avance de la modernidad, cada repartición pública comenzó a elaborar reglamentos que daban solución puntual a temas ambientales específicos, en la medida que éstos aparecían, lo que generó una intrincada y compleja red de normas legales.

Más allá de las buenas intenciones, este sistema de cuidado ambiental tenía sus días contados; necesariamente, debía llegar el momento en que las autoridades generaran una normativa integral, de largo plazo, que conjugara el inevitable desarrollo del país con la necesidad de preservar las riquezas naturales.

 

Los Primeros Agentes de Coordinación

En 1994, el Congreso aprobó la ley 19.300 sobre Bases del Medio Ambiente y, con ello, se creó oficialmente la Comisión Nacional del Medio Ambiente  (Conama). Integrada por los ministros Secretario General de la Presidencia, de Relaciones Exteriores, Defensa, Economía, Planificación, Educación, Obras Públicas, Salud, Vivienda, Agricultura, Minería, Transportes y Bienes Nacionales, se estableció que la misión de esta entidad era coordinar los diversos organismos públicos en materias relacionadas con el medio ambiente, e impulsar una política nacional coherente en ese ámbito.

Los resultados alcanzados en cuatro años de trabajo han sido variados. Sin embargo, pocos desconocen los avances logrados por la Conama en materia de legitimar el tema ambiental en nuestra sociedad (ver recuadro aparte).
A poco andar, las autoridades comprendieron que no sólo era necesario fiscalizar en el tema medioambiental, analizar orígenes y consecuencias, definir políticas de largo plazo; también se mostró ineludible la necesidad de enfrentar los problemas que se originaban en los procesos industriales, esencialmente contaminantes. Para ello, se dispuso una estructura más amplia, cuya función era incentivar lo que en los países desarrollados ya denominaban como la Producción Limpia.

En ese marco, el Gobierno desarrolló la Política de Fomento a la Producción Limpia, creada al alero del Ministerio de Economía y que, según su definición, es una estrategia de gestión empresarial preventiva para productos, procesos y organización del trabajo. Se trata, por tanto, de facilitar el cumplimiento con la legislación ambiental, incorporando criterios de competitividad.
 

PL: estrategia preventiva e integradora

En la actualidad, las empresas se rigen por dos políticas principales: de medio ambiente y la de desarrollo productivo. Sin embargo, los expertos coinciden en que falta integrarlas para arribar a lo que se conoce como desarrollo productivo sustentable.

Entre los principios de la Producción Limpia, se conciben aspectos como la aplicación de tecnologías más eficaces en los procesos de elaboración de productos, la mejor utilización de la energía y los recursos, mejoramiento de las condiciones de trabajo y reducción al mínimo de los desechos, ya sea mediante prácticas de reciclado o de reutilización de los mismos. Se trata de un esfuerzo para obtener la mayor eficiencia posible en cada una de las etapas del ciclo de vida del producto.

Esta nueva visión de la producción echó por tierra las antiguas visiones de las naciones industrializadas, que generalmente habían ignorado el tema, diluyendo o dispersando la contaminación, relativizando sus efectos para que parecieran menos perjudiciales, o tratando de controlar las emisiones y residuos. No se consideraba la alternativa de prevenir la generación de residuos en el origen del proceso.

La Producción Limpia o ecoeficiencia o prevención de la contaminación responde a esta última postura: busca aplicar una estrategia ambiental preventiva e integradora, que considere a la vez la eficiencia, la competitividad y la rentabilidad del sector productivo.

El sector privado, si bien ha mostrado apertura hacia el tema, también se ha mantenido expectante. Javier Hurtado, del área de Medio Ambiente de la Sociedad de Fomento Fabril, Sofofa, indica que el éxito de esta iniciativa depende del Estado y de los entes reguladores. Son ellos quienes deben ofrecer un sistema de reglas claras, en las que al empresariado le resulte transparente su participación.

 

Pasos y Casos

La producción limpia existe desde hace algunos años en nuestro país, quizás no conceptualmente, pero sí en la formulación de soluciones en torno a la descontaminación.

En 1993, se introdujo el cambio de combustible de leña a gas licuado en las panaderías capitalinas. La inversión, cercana a los $10 millones por panadería, logró reducir casi a la mitad las emisiones de material particulado, obteniendo de paso la simplificación de sus declaraciones de impacto ambiental y modificando en lo esencial la fabricación del pan.

Por otra parte, Codelco desarrolló nuevas técnicas de producción limpia en los hornos flash y el convertidor de El Teniente, que ahora concentran los contaminantes, ahorrando energía y mejorando el desempeño ambiental y las condiciones laborales.

Asimismo, el proyecto de prevención de la contaminación ambiental conocido como EP3 estuvo orientado a poner en práctica ejemplos de producción limpia y demostrar la potencialidad económica de éstos. Se asesoraron 27 empresas de diversos sectores, diagnosticándose 84 oportunidades en que se podían mejorar los procesos.

Todos éstos han sido hitos en la búsqueda de soluciones que conjuguen el cuidado del medio ambiente con la rentabilidad. Pasos ha habido muchos. En algunos, ha primado la creatividad criolla. En otros, las condiciones y medidas han sido impuestas por el mercado internacional. Pero todos, sumados a la creación de políticas, normativas y acuerdos, han ido configurando una malla de acciones que ha sentado las bases para que la Producción Limpia sea una realidad en nuestro país.   

 

 

 

 

Revista Correo de la Innovación.
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¿QUE ES LA PRODUCCION LIMPIA?

Según el Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas (PNUMA), Producción Limpia es: 
La aplicación continua de una estrategia integrada de prevención ambiental a los procesos y a los productos, con el fin de reducir los riesgos a los seres humanos y al medio ambiente. 
-  En cuanto a los procesos, la producción limpia incluye la conservación de las materias primas, el agua y la energía, la eliminación de las materias primas tóxicas y la reducción de la cantidad y de la toxicidad de todas las emisiones al agua y a la atmósfera y de residuos. 
-  En cuanto a los productos, la estrategia tiene por objeto reducir todos los impactos durante el ciclo de vida del producto, desde la extracción de materias primas hasta el residuo final. 
La producción limpia se consigue mediante la aplicación de los conocimientos, la mejora de la tecnología y el cambio de las actitudes. La Producción Limpia es hoy en día una opción de gestión medioambiental, que ha demostrado ser, además, la etapa previa a las alternativas de tratamiento o disposición de residuos, con las cuales no es incompatible.
¿COMO IMPLEMENTAR LA PRODUCCIÓN LIMPIA EN LA EMPRESA?
  • ¿Cómo comenzar?: el diagnóstico

No se puede gestionar de forma correcta aquello que no se conoce o no ha sido correctamente medido. 
El diagnóstico ambiental es la evaluación de un proceso industrial, para determinar las oportunidades de prevención y reducción en el origen de la contaminación y las alternativas viables. Para ello la Secretaría Ejecutiva de Producción Limpia elaboró un manual denominado «Manual de Auditorías en Producción Limpia» que será lanzado por el Ministro de Economía el próximo 23 de noviembre en el marco de las actividades del mes de la Producción Limpia. Ello constituye una etapa previa a partir de la cual la empresa tendrá la información suficiente para decidir programas y ejecutar proyectos de prevención de la contaminación, para cada alternativa seleccionada. 

  • ¿Qué opción elegir?: las alternativas

Cabe estudiar en detalle la viabilidad técnica y económica de las alternativas seleccionadas, analizando las tecnologías disponibles, los cambios necesarios en la etapa de proceso, las necesidades de formación, etcétera.  Un análisis económico permitirá disponer de datos sobre la inversión, los costos de operación y mantenimiento, y compararlos con los datos del proceso actual. Asimismo, permitirá calcular los ahorros, el período estimado de retorno de la inversión, el valor actual neto y la tasa interna de rentabilidad. 

  • ¿Cómo se materializan las alternativas?: el proyecto

La implantación de las alternativas escogidas puede ser tan simple como la compra de un equipo o el cambio de determinados hábitos de trabajo, o tan compleja como la ejecución de un proyecto multidisciplinario o el rediseño de un producto.  Está demostrado que un porcentaje elevado de la reducción de la contaminación puede obtenerse mediante actuaciones que representen un costo mínimo y, en consecuencia, un retorno inmediato de la inversión. 

  • ¿Qué hemos conseguido?: evaluación y seguimiento

El éxito de un proyecto de prevención de la contaminación se mide por la reducción de la cantidad de residuos generados pero, también, por la posible disminución de su toxicidad, ahorros, mejora en la calidad y productividad, la satisfacción de los empleados y clientes, entre otros. 
El seguimiento de la iniciativa permitirá sugerir nuevas oportunidades de prevención de la contaminación que realimenten el proceso.

Conama: 
AL RITMO DE LAS POLÍTICAS AMBIENTALES
Javier Vergara, abogado especialista ambiental,      sostiene que en los temas de control ambiental, sólo a partir de 1994, cuando se dictó la Ley de Bases del Medio Ambiente, se comenzó a formar al interior de la Conama un grupo de ingenieros con conocimientos en el tema, y recién en 1995 las autoridades de Gobierno comenzaron a plantearse el tema de la Producción   Limpia, por lo que era imposible que la entidad lo    abordara con anterioridad.

La Comisión Nacional del Medio Ambiente ha sido blanco de numerosas críticas, especialmente de parte de organismos no gubernamentales relacionados con el tema ambiental. Desde el Gobierno, hay quienes señalan que la entidad no tiene las atribuciones necesarias para ser más efectiva y que su modo de funcionamiento dificulta resultados más concretos. 
Sin embargo, las evaluaciones deben ser hechas a la luz del contexto en que se ha desarrollado la labor del organismo. Al menos así lo considera Javier Vergara, abogado especialista ambiental, que tuvo una activa participación en los inicios de la Conama, y en la comisión que creó la ley 19.300.
A su juicio, el análisis debe diferenciar dos períodos de cuatro años, una suerte de primera y segunda etapa. Indica que, en los temas de control ambiental, sólo a partir de 1994, cuando se dictó la Ley de Bases del Medio Ambiente, se comenzó a formar al interior de la Conama un grupo de ingenieros con conocimientos en el tema, que empezaron a elaborar propuestas. Antes no había personas que hubiesen reparado, por ejemplo, en el tema de los residuos líquidos o sólidos... Eran otras las prioridades.
Por otra parte, señala que recién en 1995, las autoridades de Gobierno comenzaron a plantearse el tema de la Producción Limpia, por lo que era imposible que la Conama lo abordara con anterioridad.
Considera que en los últimos cuatro años el organismo ha avanzado en varios aspectos, pero reconoce que en otros como el control de residuos ha sido más lento. Cree que ello se debe a la falta de una visión global en el tema productivo del sector industrial para que, al tomar una decisión, pueda determinar qué hacer con los residuos. Se precisa una visión más integradora, ya sea a través de la regularización o de la negociación y, de ser esta última, debe realizarse en forma estandarizada y clara.
Explica que, en la mayoría de los países industrializados se privilegió inicialmente una regulación por áreas, pero posteriormente se dieron cuenta de que era mejor abordar el tema ambiental en forma integral, es decir, mirar el proceso como un todo.
Opina que, en su labor, la Conama debería preocuparse de que los industriales puedan establecer un programa de gestión ambiental y de posibilitar la participación de todos los actores. Para tener una política de producción limpia, se deben procurar los niveles de estándares más o menos claros, de tal manera que se pueda brindar la asistencia técnica necesaria a quienes la requieren, asevera. 
La producción limpia debe trabajar en forma directa; si sabes cuáles son los límites que te impone la ley, puedes determinar qué hacer con tus residuos, concluye.