Está claro que hace un tiempo ya el diseño dejó de ser una herramienta secundaria sólo capaz de hacer que las cosas se vean más bonitas. Cualquier producto que sale al mercado hoy en día y que pretende acaparar cierta atención y, por ende, ser un éxito comercial, debe tener incorporado un diseño novedoso y creativo, que, en definitiva, lo haga destacarse de su competencia. A través del diseño es posible obtener valor agregado. En ese sentido, el diseño debe ser visto como una herramienta estratégica.