Innovación en Chile

Innovación y naturaleza

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Juan Ladrón de ...

Ingeniero Agrónomo y Economista Agrario con 13 años de experiencia a cargo de procesos y proyectos de desarrollo de políticas, incentivos y regulaciones de sectores basados en recursos naturales renovables. Desde octubre de 2006 es asesor ambiental del ministro y jefe de la Unidad de Políticas de Innovación del Ministerio de Economía.

Innovar es la capacidad de transformar conocimiento en un nuevo bien o servicio que será útil en un mercado o en la sociedad. En esencia, es una característica propia del ser emprendedor y que apela a una serie de atributos que le son críticos: iniciativa, creatividad, perseverancia, riesgo, colaboración.  A innovar se aprende e implica no sólo adoptar una nueva forma de hacer las cosas distinta del “más de lo mismo”, sino que impulsar un modelo de negocio que permea a toda la empresa y que sistematiza la creación y adaptación.
 
Como no es fácil ni se da automáticamente, cuando hablamos de innovación también nos referimos a la política pública orientada a dar las condiciones para que surjan más empresas innovadoras, que atañe, entre otras, a la ciencia, al capital humano y al apoyo al emprendimiento y la transferencia tecnológica.  
 
El país necesita con urgencia esta energía creadora. ¿Es compatible con la conservación de la naturaleza?
 
Tiene que serlo. Aunque parezca una pérdida de foco respecto del propósito de aumentar la competitividad, la realidad es que los sectores de más potencial dependen estrechamente de este capital natural; la acuicultura, los agroalimentos, el turismo y el sector forestal existen gracias a la calidad de las aguas, del clima, del suelo y de los paisajes.
 
Entendido así, la naturaleza no es sólo accesorio estético de gerencias corporativas. El emprendedor puede y debe adoptar un enfoque de conservación del patrimonio natural en tanto parte de su activo, tal como lo hace con el capital humano o las inversiones en activo físico. Haría un pésimo negocio si un empresario turístico o un acuicultor va destruyendo los activos que son su sustento. No obstante, esto ocurre y es aquí donde entra el Estado.
 
El rol del Gobierno es clave, pues debe dar señales, corregir vacíos y proveer una serie de insumos y condiciones, que si no lo hace, los privados no podrán ver el beneficio de probar cambiar y hacer algo nuevo y –paradojalmente- de cuidar el medio ambiente que hace rentable sus negocios.
 
Por lo tanto, es evidente que la innovación debe ir de la mano con la conservación de la naturaleza. Sin embargo, requiere explicitarse al interior de la empresa y, dado el peso que tiene la política y la regulación ambiental en estos sectores con potencial, es clave que exista una política ambiental que reconozca su rol de incentivo y de promotor de cambios en la cultura de empresa y en los emprendedores.

 

Fecha : 
18 diciembre, 2009