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Marcas sectoriales: una oportunidad de crecimiento para las PYMES chilenas

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Patricia Noda

Directora Ejecutiva del Comité Marcas Sectoriales de CORFO.
Es Magister en Gestión y Políticas Públicas de la Universidad de Chile, especializada en temas relacionados a la promoción de exportaciones e innovación. A nivel académico, impartió clases de Estrategias de Desarrollo Económico en la Universidad de Chile y participó en investigaciones de la CEPAL. Actualmente cursa un Magister en Comunicación Estratégica en la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile.

En su experiencia laboral destaca su jefatura del departamento de Desarrollo Estratégico de ProChile, agencia perteneciente al Ministerio de Relaciones Exteriores, encargada de la promoción de exportaciones, donde se desempeñó por 10 años. Luego se desempeñó como Subdirectora de Desarrollo en Innova Chile de CORFO, agencia perteneciente al Ministerio de Economía, encargada del desarrollo y fomento productivo de Chile.

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Como parte del anuncio del programa PYME 2.0, el Presidente de la República, Sebastian Piñera, dio una fuerte señal en cuanto al apoyo que brindará el gobierno a las pequeñas y medianas empresas, asumiendo que su crecimiento contribuye directamente al desarrollo del país y a la creación de empleos, elementos clave para promover una sociedad con mayor igualdad de oportunidades.
    Hoy nos enfrentamos a una asimétrica realidad: más del 99% de las empresas en Chile pertenece al segmento PYME, el cual que genera cerca del 60% del empleo. Sin embargo, sólo representan el 25% de las ventas y menos del 2,5% de las exportaciones. Estas cifras no sólo reflejan una brecha relevante, también nos señalan que como gobierno debemos intentar resolver una falla de mercado y reforzar nuestro compromiso con las pymes para elevar su competitividad.
    Así también, tenemos desafíos en términos de internacionalización de nuestras empresas. Al comparar el crecimiento de las exportaciones chilenas en el período 1985-1997 y 1997-2008, se observa que durante el primer lapso hubo un promedio de 10% de crecimiento, mientras que el segundo disminuyó a un 6%. Para revertir esto, es necesario políticas públicas eficaces que generen alternativas para mejorar la competitividad y el crecimiento de las exportaciones chilenas. Así también, se requiere políticas públicas orientadas a agregar valor a los bienes y servicios producidos en Chile, a través de instrumentos de promoción y marketing al nivel propio de una economía globalizada.
    Sin embargo, “salir al mundo” exige hacerlo de manera sólida, cohesionada y planificada. Esto implica gestionar una asociatividad empresarial solvente y representativa, establecer atributos, estudiar los potenciales mercados y conocer a nuestros competidores. No sirve hacerse “visible” en el extranjero si no tenemos claridad de que lo estamos haciendo en el lugar indicado, de la manera correcta y mediante una promesa factible de cumplir. Ello, porque mostrar atributos implica una promesa de valor para los consumidores respecto de los beneficios de un producto o servicio.
    En tal sentido, políticas asociadas a la gestión de marca (branding) de sectores exportadores, son una alternativa para mejorar los resultados en materias de diferenciación y valor agregado. Esto implica desarrollar capacidades público/privadas en comunicación estratégica, publicidad, políticas de posicionamiento, investigación de mercados y comunicación digital, entre otras. Todas ellas contribuyen a aumentar el valor percibido, disposición a pagar y fidelidad de los clientes hacia los productos y servicios chilenos.
    La tendencia mundial en países de economías pequeñas y en desarrollo es llevar este trabajo a nivel sectorial (Brasil, Nueva Zelandia) para superar las fallas de mercado, generadas por el tamaño y reconocimiento de empresas nacionales en los mercados externos. Se trata de un área de acción con características de bien público, en que el Estado apoya un área en la que no existen incentivos para la inversión privada. Al apoyar este proceso, se fomenta la creación de una masa crítica bajo una modalidad asociativa, permitiendo que empresas que no pueden realizar acciones de largo plazo planifiquen estrategias con mayor perspectiva.
    Las empresas de este siglo son globales, independiente de su tamaño. Los mercados son cada vez más abiertos, y Chile tiene ventajas comparativas en este tema. Posee una amplia red de acuerdos comerciales con más de 50 países de Asia, América Latina, Unión Europea y EE.UU. 
    Esto es mucho más que un dato, es una gran oportunidad. Éste ha sido el motor del Comité Marcas Sectoriales de Corfo, que a la fecha tiene once proyectos en ejecución, con nueve marcas sectoriales en etapa de posicionamiento. Se trata de rubros diversos, entre los que se encuentran iniciativas del ámbito vitivinícola, arquitectónico, audiovisual, gastronómico y minero, entre otros. Esto ha implicado un estrecho trabajo público-privado con doce asociaciones y/o corporaciones,  que involucran la participación y beneficio de más de 1.500 PYMES. 
    Uno de los focos de este comité es apoyar proyectos asociativos con alta representatividad sectorial. Esto, por múltiples razones:
•    Establece bases comunes para el trabajo de promoción y difusión de exportaciones y atracción de inversiones, ya que la gestión de valores intangibles, especialmente la marca, es la principal vía de diferenciación en el mundo actual.
•    Posicionar una marca en un mercado globalizado requiere mucho esfuerzo e inversión, lo que generalmente no está al alcance de las PYME. La promoción de marcas sectoriales o colectivas permite tener economías de escala en branding, compartiendo costos en estudios de mercado, definición de atributos, publicidad y difusión, entre otras acciones de posicionamiento.
•    Las marcas sectoriales permiten la asociatividad sobre la base de una estrategia y visión común público-privada. Al participar asociativamente se generan requisitos y condiciones de producción que elevan los estándares de las empresas participantes.
    Trabajar la gestión de marcas a nivel sectorial, en definitiva, es mucho más que una campaña marketing y publicidad. Es una oportunidad para que las PYMES den un salto en la planificación de sus negocios, se generen confianzas y mutuos beneficios a través del trabajo asociativo y, por cierto, contribuyan a mostrar al un país con nuevos atributos.