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Vinculación universidad-empresa

Imagen de Thierry de Saint Pierre
Thierry de Sain...

Ingeniero Civil Matemático Universidad de Chile; Dr. en Informática Universidad de Paris 6, Francia; diplomado en Administración de Empresas, Depto. Ingeniería Industrial, U. de Chile. Entre 2007 y 2009 fue subdirector de Bienes Públicos para la Innovación e Innovación Precompetitiva de InnovaChile, de Corfo. Además es socio fundador de North Supply Business (1994-2003), especialista en servicios y soluciones en internet y seguridad para empresas productivas y del sector de las telecomunicaciones.

En las últimas dos décadas el principal crecimiento de los países desarrollados se explica por la generación de conocimiento que luego es transformado en nuevos productos. Un ejemplo de esto es Google que, ofrecen nuevos servicios de búsqueda, o industrias generadas a partir de investigaciones de apoyo a redes de computadoras del ministerio de Defensa de Estados Unidos (proyecto ARPANET). Éstos generan un enorme valor a la economía, y en el caso del país del norte, explicarían más del 30% del crecimiento de la economía en la década del 90.

Chile se ha incorporado a la OCDE y se acerca a los países desarrollados. Pero ¿cómo llegar a serlo? Hay consenso que con la misma receta de los últimos años: siendo proveedor de materias primas con poco valor “tecnológico” agregado, no vamos a llegar a la meta propuesta. Australia, Nueva Zelandia e Irlanda han recorrido un camino parecido al nuestro, y nos muestran una dirección diferente, pues su éxito se basó en diseñar y aplicar una estrategia para transformarse en una sociedad y una economía del conocimiento.
 
¿Qué es una economía del conocimiento?
Se caracteriza por utilizar el conocimiento como elemento fundamental para crear valor añadido en los productos y servicios en cuyo proceso de creación o transformación participa. Éste implica métodos, maneras de resolver problemas, “know how” y el diseño y uso de nuevas herramientas tecnológicas.
 
Por su complejidad y por su visión sistémica nos referiremos al ecosistema del conocimiento en que se incorporan todos los actores que participan en la generación del conocimiento. Uno de los principales actores de este ecosistema son las instituciones que “generan conocimiento”, tales como universidades, centros de investigación, investigadores naturales e inventores, empresas de base tecnológica o instituciones de gobierno. No todo lo que se genera es directamente aplicable, por ejemplo; cuando investigamos el origen del universo no estamos generando tecnología directamente aplicable; en otros casos un conocimiento podrá tener aplicación en el mediano o largo plazo, por ejemplo; cuando Alan Turing desarrolla el conceptos de máquinas de Turing que luego dará curso a la industria de la computación.
 
Y finalmente, hay conocimiento que se desarrolla para resolver necesidades específicas de un sector económico o de una industria o para crear un producto o una nueva industria, que mejor ejemplo que la investigación y desarrollo que llevó a crear una industria del salmón en el sur de Chile y la investigación de vacunas contra el virus ISA que afecta esta misma industria.
 
Cuando el conocimiento se transforma en la generación de productos o servicios, nuevos o mejorados, en el mercado hablaremos de innovación que por lo tanto también tiene su propio ecosistema.
 
Otro actor fundamental que lleva el conocimiento generado bajo forma de prototipo de laboratorio o de prueba de concepto técnica, a la fase de prototipo comercial son las empresas de base tecnológica, generalmente empresas PYMES o nuevas empresas “spin off” que toman el riesgo de desarrollar el producto, escalarlo y llevarlo al mercado.
 
Un tercer actor, es el conjunto de entidades financieras, socios, inversionistas, capitalistas ángeles, fondos de capital de riesgo y finalmente el sector bancario que son aquellos que están dispuestos a financiar el desarrollo del proyecto o de nueva empresa, mediante una prima asociada al nivel de riesgo que incurren.
Finalmente, el Estado juega un rol relevante al apoyar financieramente etapas muy tempranas del proyecto en el cual este tiene elevados niveles de incertidumbre o riesgo y a veces baja apropiabilidad, que lo hacen poco atractivo para los privados.
 
El tercer rol de las universidades
A las universidades se les reconoce hoy tres grandes roles, el primero es la formación, el segundo es la investigación y el tercer rol es la difusión hacia la sociedad y las empresas, del conocimiento generado al interior de estas.
 
1)     Investigación asociativa con la industria: establecen un contrato de desarrollo de un proyecto de investigación que es de interés de la empresa y que es transferido por este medio.
2)     Transferencia tecnológica: generan conocimiento cuya propiedad intelectual es protegida vía patente o secreto industrial, el que puede ser transferido a las empresas vía el licenciamiento y el pago de royalties. También está entregar el conocimiento (por ejemplo el software) en dominio libre y generar un financiamiento vía servicios.
3)     Extensión y asistencia técnica industrial: la universidad entrega asistencia técnica a la industria vía contratos cortos de apoyo técnico, pasantías de estudiantes, servicios técnicos.
4)     Desarrollo del emprendimiento: el conocimiento se transfiere vía la creación de nuevas empresas dónde muy a menudo participa el investigador y su equipo. En esta nueva empresa puede haber participación directa de la universidad a través de algún fondo de capital de riesgo.
 
Los fondos públicos han apoyado en forma importante y creciente estas estrategias. En particular Fondef de Conicyt e InnovaChile han diseñado sendos instrumentos para cofinanciar  proyectos presentados en forma asociativa por universidades y empresas.
 
Un factor importante del éxito de estas estrategias de transferencia es la cultura al interior de las organizaciones, por ejemplo; que el sistema de incentivos esté claramente definido en la universidad.
 
La situación en Chile respecto de la vinculación universidad-empresa en términos de los niveles de patentamiento, los ingresos por licencias o por empresas creadas refleja indicadores muy por debajo de las mejores prácticas internacionales (situación que desarrollaremos en un artículo posterior).
 
Esta vinculación es uno de los grandes desafíos que abordamos como sociedad para avanzar hacia una sociedad del conocimiento de tal forma de poder generar una masa importante de Pymes innovadoras con base tecnológica que ayuden a superar los desafíos del país, de sus clusters y particularmente hoy en día del desafío de la reconstrucción de las regiones siniestradas. Se requiere de las universidades que con su conocimiento, aporten a pensar nuevas y mejores soluciones, más efectivas y más eficientes, que basadas en las tecnologías incrementen la calidad de vida de los habitantes de esas regiones, así como innovaciones tecnológicas que apoyen el desarrollo productivo de esas regiones, tales como nuevos sistemas de información geográficos de los recursos naturales, el desarrollo de nuevas variedades frutícolas, la introducción de otras especies acuícolas, la gestión sofisticada del recurso marino, el desarrollo del secano costero, la introducción de energías alternativas basadas en recursos forestales, entre otros.
Fecha : 
18 marzo, 2010