Urgente: Ampliar la mirada

Imagen de Juan Emilio Cheyre
Juan Emilio Cheyre

Director fundador del Centro de Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Se desempeñó como comandante en jefe del Ejército entre 2002 y 2006. Posee los grados académicos de Doctor en Ciencia Política y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid; Magister en Planificación y Gestión Estratégica por la Academia de Guerra del Ejército; y Magíster en Ciencia Política con mención en RR.II. de la PUC.

Recientemente me ha correspondido asistir, exponer y debatir en varios programas vinculados al futuro de Chile. Uno de ellos se relacionaba con las características que tendrá Santiago el 2041. Otro, se basaba en una investigación de los últimos cien años de nuestra historia, así como las características dominantes y escenarios que marcarán los primeros treinta años de este siglo.

Siempre en este tipo de actividades, con fuerte énfasis en el análisis prospectivo, aparece el tema de la innovación. Se trata de un requisito indispensable para que se cumplan las metas de crecimiento y productividad. Su efecto será factor clave para que seamos capaces de competir en un mundo complejo, diverso, incierto y que privilegia sólo a aquellos que muestran eficiencia. El mundo de hoy lleva a que sólo las mejores opciones triunfen en los mercados. En ellos, la competencia estará fuertemente marcada por los factores innovadores, con incidencia en la calidad, precio, oportunidad, soporte técnico y otros factores que terminarán haciendo la diferencia.

De allí que, si de innovación se trata, me surgen dos imperativos aplicables a Chile. El primero es la necesidad de ampliar la mirada al mundo, ya que el público objetivo, o la audiencia receptora de nuestros mensajes o productos de mayor relevancia, están lejos y manejan códigos muy diferentes a los que nosotros conocemos. Un innovador requiere acercarse cultural y sociológicamente a dicha realidad y entender las necesidades, requerimientos, mercados y aparatos productivos de Europa, Asia y Norteamérica.

El segundo requisito es un cambio de mirada, o al menos un enfoque diferente, a lo que tradicionalmente consideramos como "asuntos de interés" para aplicar nuestras capacidades. Me refiero a que el esfuerzo innovador debería enfocarse, no solamente a nuevos horizontes, sino que a abordar nuevos fenómenos. En ese sentido menciono, a modo de ejemplo, los servicios y las actividades conexas. Chile, en general, ha puesto énfasis a los procesos productivos, pero el futuro va por otro carril. Debemos pensar en una integración con los países vecinos y que estos aprovechen nuestros puertos para proyectarse al Asia. Ahí veremos una necesidad clara de innovación en trámites aduaneros, control fitosanitario, eliminación de burocracia, nuevos procesos logísticos, eficiencia portuaria, comunicaciones, patentes, cédulas de identidad inteligentes, entre muchas otras.

En fin, creo que el innovador es un creador de algo que no existe o de aquello que existiendo puede tener una mejor solución desde una nueva óptica.
 

Fecha : 
30 julio, 2010