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Apuesto por la innovación

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Roberto Castro

Subgerente de nuevos negocios y nuevos medios de TVN.Ingeniero Comercial de la Pontificia Universidad Católica de Chile, con especialización en Marketing. Se ha desempeñado en labores relacionadas con marketing y comunicaciones en empresas como Procter&Gamble, The Coca-Cola Company, Modern Times Group y British Petroleum.

La reunión comenzó a las 8.45. La presentación del nuevo proyecto era importante. El expositor se había preparado mucho para este momento, y los miembros de la gerencia estaban interesados en escuchar lo que saldría de todo aquello.

 La presentación avanzaba rapidamente y el interés de la audiencia por un proyecto de este tipo iba creciendo. Las caras demostraban impresión, ya que nunca habían discutido este tipo de ideas en el comité. Por la naturaleza del proyecto quedaban muchas puertas abiertas, caminos inexplorados y oportunidades insondadas, el espíritu general de innovación se extendía por la sala. Al terminar la presentación se abrió la discusión y comienzaron las preguntas.

Todos mirarón al gerente del área para leer entre sus ojos si el proyecto tenía o no su venia. Éste, luego de un par de comentarios generales, lanza la pregunta al resto de los presentes. - ¿Y qué opinan?. Hay un breve silencio antes de que un ejecutivo de la plana mayor lance a la mesa sus comentarios. "Creo que no consideraron la coyuntura económica mundial, hay un entorno recesivo que no está reflejado, además la tasa me parece muy baja, creo hay riesgos adicionales que no están en la evaluación y finalmente creo que le falta modelar mejor la evaluación financiera".

Todos asintieron con sus cabezas, dado que lo expuesto tenía mucho sentido y era pertinente. Había que tener cuidado, esos factores son siempre importantes de considerar. Hubo un par de comentarios más que fueron una copia de lo que se había dicho anteriormente. A nadie le pareció sensato ir contra la corriente y respaldar un proyecto de esta naturaleza. Todo el trabajo de idear, pensar, recolectar y evaluar un proyecto. Todo el trabajo de presentarlo coherentemente, de dar luces sobre los posibles caminos y mostrar algo distinto e innovador. Todo el esfuerzo de innovar, al final del día, se juega en situaciones como la anterior. En nuestra cultura, el opinar negativamente es algo valorado. Se premia a quién "se da cuenta" de lo que faltó incluír y no se consideró, venga o no al caso.

Probablemente luego de un comentario como el anterior, todo el resto del equipo, aunque el proyecto y la idea les parezca buena, no harán más que comentarios destructivos. Quien presentó el proyecto no le quedará más alternativa que volver a su escritorio y eliminar de raíz todo razgo de innovación, ya que la innovación generalmente es causante de riesgo, y son pocos los que realmente quieren arriesgarse. Ya sea seamos parte de ese comité evaluador, seamos quién presenta dentro de la empresa un proyecto diferente o una idea innovadora, tenemos que incluír dentro de nuestro ADN el riesgo necesario para innovar.

Está bien hacer críticas, y las críticas son destructivas por naturaleza, pero una crítica construída desde el miedo a el riesgo es totalmente diferente a una creada desde el miedo a no ser lo suficientemente innovadores. La innovación requiere dejar de lado nuestro ego y apostar por las ideas, que hoy más que nunca son parte del inconsciente colectivo de una organización, sólo nos queda liderarlas o verlas morir. Yo elijo lo primero.

Fecha : 
5 enero, 2010